La epidemia de ébola que sufre Congo es ya la peor de su historia
El brote ha causado 280 muertes y los grupos armados dificultan su control
La epidemia de ébola que afecta al noreste de la República Democrática del Congo desde el pasado 1 de agosto se ha convertido ya en la peor de toda la historia en este país y la segunda en todo el mundo, tras la que afectó a África occidental en 2014-2016. Según las cifras facilitadas ayer por el Ministerio de Sanidad congolés, el actual brote ha alcanzado ya los 489 casos y los 280 muertos, superando en contagios a la epidemia de 1976, cuando se registraron 318 personas enfermas, e igualando la cifra de fallecidos de entonces.
El actual brote se declaró en la región de Kivu Norte y se ha extendido, por ahora, a la de Ituri, zonas en las que operan diferentes grupos armados desde hace décadas en un conflicto interminable, lo que complica el acceso del personal sanitario a muchos lugares así como su movilidad. “Las circunstancias de esta epidemia son diferentes y la convierten en muy complicada. Mi sensación es que, si no cambian las cosas, esto va a durar aún entre seis o nueve meses más”, asegura Luis Encinas, enfermero español y experto en ébola de Médicos sin Fronteras (MSF), quien regresó hace tres semanas de la zona afectada.
Precisamente, el pasado jueves se produjeron dos ataques armados con el resultado de 18 civiles muertos en Beni, muy cerca del epicentro del brote, cometidos supuestamente por la milicia islamista radical Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, por sus siglas en inglés). Los incidentes armados y secuestros son muy habituales en la zona. En noviembre el Ejército y la Brigada de Intervención de la misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo lanzaron una ofensiva para destruir los campamentos del grupo, en armas en este país y en Uganda desde hace 23 años.
Tras la declaración de la epidemia, el Gobierno y la comunidad internacional reaccionaron con relativa rapidez y movilizaron personal y recursos hacia la zona. De hecho, por primera vez se ha combinado la aplicación de varios tratamientos experimentales con una amplia campaña de vacunación que ha llegado a unas 42.000 personas, según el ministro de Sanidad, Oly Ilunga. Pese a ello, el rechazo de muchas comunidades a declarar los casos, vacunarse o trasladar a los enfermos a los centros de tratamiento se mantiene.
“La epidemia se está ramificando con cadenas de transmisión ocultas”, precisa Encinas. “No estamos en la epidemia de 2014, que surgió en una zona donde la gente se movía muchísimo de un país a otro, pero sería catastrófico que saltara a Goma o a campos de refugiados de Sudán del Sur”, añade.
Además de la inseguridad y de las deficiencias del trabajo realizado con las comunidades, que está en el origen del rechazo de la población a recibir atención sanitaria, el experto de MSF añade otros tres factores clave: “Hay una gran densidad de población en ciudades como Beni y Butembo, nunca antes se había producido una epidemia de esta enfermedad aquí y el sistema de salud es muy frágil, está debilitado y ello provoca, por ejemplo, que los estándares de protección del personal sanitario estén por debajo de mínimos aceptables”. Un total de 44 sanitarios se han contagiado ya y 12 han fallecido, según las cifras del ministerio.
La peor epidemia de Ébola de la historia se declaró a finales de marzo de 2014 en Guinea y se extendió rápidamente a Liberia y Sierra Leona. Tras dos años, se dio por erradicada en 2016 con un total de 28.646 contagios y 11.323 muertos.