Una lectura para huir de los tópicos
Aplicación Murillo. Materialismo, Charitas, Populismo
Duchamp o Hockney son algunos de los artistas de los que se muestran obras para descubrir en ellos la influencia del sevillano.
le relegó a la vez que se convirtió en referente popular en almanaques, vitolas y etiquetas.
concepto de charitas. En el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (CICUS), que también es parte de un antiguo monasterio, los comisarios proponen un replanteamiento del populismo en su obra. Las otras dos sedes son el Hospital de los Venerables y el de la Caridad, donde Murillo pintó buena parte de su obra y que guardan intacto el aire de la Sevilla barroca.
“La modernidad rechazó a quien estaba considerado como el más importante artista de España. Murillo es rechazado cuando llegan las vanguardias que, paradójicamente, coinciden con el rescate y gloria de otros tres del Siglo de Oro: Velázquez, Valdés Leal y Zurbarán. Sin embargo, Murillo desaparece y deja de ser una referencia. No obstante, en la reproducción técnica tiene una fama popular y aparece en almanaques, vitolas de tabaco, estampas y etiquetas. Murillo se convierte en el pintor de la carne de membrillo”, añade Romero, en referencia a la multiplicación del imaginario de Murillo en la iconografía de las devociones populares.
Conexión con Duchamp
Pero la devoción popular, los estamparios sagrados y la mística
kitsch adquieren de pronto una raíz heterodoxa. Es el pintor que queda perfilado en esta singular exposición que replantea los cimientos de lo murillesco. El espectador asiste a un curioso juego de influencias donde la obra de Duchamp conecta con Murillo. De forma sorprendente el famoso Carrying de Pepe Espaliú —la acción que realizó en 1992, cuando enfermó de sida, y fue trasladado, en brazos de unos y otros, desde el Congreso de los Diputados al Museo Reina Sofía— parece una proyección contemporánea de uno de los lienzos del artista barroco:
San Juan de Dios con un enfermo. Este cuadro se encuentra en el Hospital de la Caridad, donde se evoca aquella acción de Espaliú, junto al palanquín de Miguel Mañara, el fundador del hospital que encargó a Murillo la serie dedicada a las obras de misericordia y que creó esta institución benéfica de cuidado de moribundos en el siglo XVII.
En las distintas sedes se asiste a una lectura renovadora de la estética murillesca. La exposición se convierte en un edificio en cuyos pasillos se cruzan Murillo con Robert Morris, Julio Romero de Torres o Ilya Kabakov. El artista barroco inspira el minimalismo rococó, la abstracción vaporosa, la pintura que se feminiza, el misticismo conceptual o las performances de los cuidados. “Muchas de las prácticas visuales del arte de nuestro tiempo tienen, lo sepan o no, una relación directa con los modos de hacer de Murillo”, aclara Romero.