Los Verdes marcan distancias con Macron y Sánchez
Los ecologistas aspiran a hacerse con la presidencia del Parlamento Europeo
Las negociaciones de los grupos políticos del Parlamento Europeo sobre el programa de la próxima Comisión Europea arrancaron ayer con un claro distanciamiento de Los Verdes respecto a la alianza pergeñada por socialistas y liberales para hacerse con la cúpula comunitaria.
El grupo ecologista, que salió de las urnas el 26 de mayo con 75 escaños y se convirtió en la segunda fuerza más votada en Alemania, quiere rentabilizar su nuevo protagonismo sin convertirse en el apéndice de una nueva coalición, y reclama su propia cuota de poder en el inminente reparto de cargos. Fuentes del grupo acusan a los socialistas de cierta arrogancia y desconfían de una familia liberal que, bajo el liderazgo de Emmanuel Macron, ha refundado el grupo y lo bautizó ayer como Renew Europe (Renovar Europa). “No gobernamos para Monsanto o Volkswagen”, advierten desde el grupo ecologista, donde no parecen olvidar que importantes multinacionales financiaban hasta ahora algunas actividades del grupo liberal.
El distanciamiento de Los Verdes puede complicar la ofensiva de socialistas y liberales que, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez y Macron, apuestan por arrebatar al Partido Popular Europeo la presidencia de la Comisión. Los conservadores ocupan ese cargo desde 2004 y lo reclaman de nuevo por haber sido la fuerza más votada en las elecciones del 26 de mayo, con 179 escaños. Socialistas y liberales, que suman 259, consideran llegado el momento de cambiar. Pero sus votos se quedan lejos de la mayoría (376) para controlar la investidura.
Los populares, que tampoco se bastan por sí mismos, cortejan desde hace semanas a los ecologistas y han colocado la crisis climática entre sus prioridades. A favor de la colaboración entre conservadores y ecologistas también soplan los vientos de cambio en Berlín, donde la actual coalición de conservadores y socialistas hace aguas y no se descarta una alianza, inédita a nivel federal, entre la CDU de Angela Merkel y unos verdes en racha en Alemania.
El grupo Verde del Parlamento Europeo, que ayer reeligió como presidentes al belga Philippe Lamberts y a la alemana Ska Keller, parece dispuesto a aprovechar su nueva situación y vende cara su colaboración. Fuentes de la formación apuntan incluso a la posibilidad de asumir la Alta Representación de la Política Exterior de la UE o la presidencia del Parlamento Europeo, dos de los cinco puestos en juego en las próximas semanas.
Los otros tres —la presidencia de la Comisión Europea, del Consejo y del Banco Central Europeo— parecen reservados a las dos grandes familias políticas (conservadores y socialistas) y a unos liberales que con la aportación de los eurodiputados de Macron se han convertido en una bisagra casi imprescindible para la gobernabilidad de la UE.
Fuentes comunitarias apuntan la posibilidad de dividir el mandato del próximo presidente del Parlamento en periodos de dos años y medio y conceder la segunda presidencia a Los Verdes como recompensa por su participación en la creación de una amplísima mayoría parlamentaria que impida cualquier intento de bloqueo por parte de los grupos euroescépticos.
Los Verdes parecen tentados por la oferta. Pero fuentes del grupo advierten de que no aceptarán la colaboración a cualquier precio y que, llegado el caso, optarían por quedarse fuera de la hipercoalición y negociarían, como hasta ahora, ley por ley, para arrancar el máximo de concesiones.