El Pais (Galicia) (ABC)

Línea roja pluralista

- JORGE GALINDO

Es un hecho ineludible: Vox disfruta de poder de veto en la formación de Gobiernos. Estamos hablando de un partido netamente antiplural­ista, que mantiene posiciones que aspiran a desmontar institucio­nes y derechos que aseguran una distribuci­ón del poder razonable que proteja a las distintas minorías. Es, por tanto, también un proyecto antilibera­l. ¿Prefiere entonces Ciudadanos llevar adelante su programa ideológico de conquista del centrodere­cha o preservar la esencia liberal que le vio nacer?

En Europa hemos visto dos tipos de respuesta a este dilema. Unos minimizan el extremismo de su socio preferenci­al y maximizan el del contrario. El resultado es una política de bloques que empodera las posiciones antiplural­istas. Otros equiparan extremos y argumentan que la única salvación reside en las grandes coalicione­s de las formacione­s pluralista­s. Pero esta opción restringe la competició­n de políticas, y puede resultar contraprod­ucente si uno de los partidos afectados por el cordón sanitario aprovecha para acaparar todo el voto antiestabl­ishment.

Existe quizás una opción intermedia que permite variación de ideas dentro de los parámetros pluralista­s: el socio moderado puede definir una línea roja en la defensa de las institucio­nes que distribuye­n poder y protegen minorías, concediend­o a cambio programas dentro del eje izquierda-derecha. Si el extremo traspasa la línea no hay pacto de bloque ideológico, sino pluralista (o vuelta a las urnas).

En otra escala y parámetros esta es la misma lógica que debe mantener el centroizqu­ierda para poner a prueba a un movimiento (el independen­tista) que derivó hacia una ruptura constituci­onal basada en imposición nacionalis­ta. O para incentivar un espacio verde alejado del frentismo populista que caracteriz­ó al primer Podemos, hoy derrotado. Es, de hecho, la esencia de la posible apuesta de Colau, Collboni y Valls para Barcelona, así como la crítica del francoespa­ñol a la formación que lo acogió. Primero el pluralismo, luego lo demás.

Pero Cs parece haber renunciado al requisito ineludible para que la estrategia sea efectiva, pues las amenazas de pacto centrista o repetición electoral por su parte no son hoy creíbles precisamen­te por su empeño en alcanzar la cima del bloque, lo cual le impide meter a la derecha en la vereda pluralista. Renuncia así a la defensa de aquello que, en un principio, fue su razón de ser.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain