González alerta de que los incendios forestales nunca fueron tan devastadores
Felipe González pide “cambiar el paradigma de la lucha contra incendios” para centrarse en la prevención a través de la gestión del paisaje. El expresidente valoró ayer la magnitud de un problema que gana relevancia con el cambio climático, en una ponencia
Los fuegos forestales han cambiado y son cada vez menos frecuentes pero más peligrosos. Así valoró González ayer el problema en el acto organizado por la Fundación Felipe González, en el que participaron el veterano político socialista, Marc Castellnou, jefe del Grupo de Actuaciones Forestales (GRAF) de los Bomberos de la Generalitat de Catalunya, Mónica Parrilla, responsable de la Campaña de incendios forestales de Greenpeace España y Francisco Castañares, presidente de la Asociación Extremeña de Empresas Forestales. Los cuatro coincidieron en la necesidad de pasar de la defensa al ataque contra los incendios.
“La gestión del paisaje es la única alternativa con garantías”, advirtió Castañares, que explicó que el cambio climático y éxodo rural facilitan la acumulación de combustible vegetal seco, que puede arder a gran velocidad y causar grandes incendios. El experto forestal aseguró que esa gestión del paisaje permitiría además liberar y producir una “gran cantidad de energía aprovechable y limpia”.
“El incendio nos pasa por encima y nos va a seguir pasando. Dentro de poco, vamos a tener que tratarlos como huracanes y evacuar toda una comunidad”, con expertos centrada en cómo se están transformando los incendios forestales y por qué ahora aparecen los conocidos como “megaincendios”. “Nunca fueron tan extensos y tan voraces los incendios como ahora”, aseguró ayer el exmandatario que reclamó prevención para acabar con el problema.
dijo Castellnou, que conoce de cerca la realidad de la lucha contra el fuego. El bombero e ingeniero forestal explicó que la llegada de incendios forestales denominados de “sexta generación” suponen un nuevo reto mayúsculo. Este nuevo tipo de catástrofe ambiental, que surge como consecuencia del cambio climático y el aumento de la masa forestal, tiene una dinámica de propagación propia: el fuego lanza columnas de convección a la troposfera que, al enfriarse en las capas altas, se desploman de nuevo sobre el suelo. Esto tiene un efecto multiplicador en la expansión del incendio, y puede provocar cientos de nuevos focos secundarios. “La energía que libera el incendio consigue cambiar la atmósfera y nuestros medios no sirven. Es algo que la ciencia aún no sabe explicar pero que es una realidad”, incidió el bombero con preocupación.
González respaldó lo comentado por Castellnou, y remarcó: “Cuanto más éxito tenemos en la extinción, más creamos las condiciones para tener un megaincendio”. Una paradoja que según el expresidente del Gobierno socialista se explica porque, al controlar los incendios más pequeños, aumentamos el combustible disponible en los montes y por tanto la posibilidad