El Pais (Galicia) (ABC)

La autodestru­cción del Betis

Rubi llega tras el despido de Serra Ferrer, el director deportivo que avaló su contrataci­ón y la salida de Setién

- RAFAEL PINEDA,

En un mes, el Betis ha perdido a su entrenador con contrato en vigor, Quique Setién, y al director deportivo que apostó por su destitució­n en una decisión de alto riesgo, Lorenzo Serra Ferrer. Lo curioso del asunto es que justo después de que el propio Serra avalara la contrataci­ón de Joan Francesc Ferrer Sicilia, Rubi, el nuevo técnico, los dirigentes del Betis decidieron desprender­se del propio Serra.

El presidente del club, Ángel Haro, y el consejero delegado, José Miguel López Catalán, le plantearon la pasada semana a Serra, un ídolo de la afición, una rebaja considerab­le de su salario y una merma trascenden­te de sus funciones ejecutivas. El balear no aceptó y presentó su dimisión el lunes. El anterior director deportivo tomó la decisión de contratar al técnico tras reunirse con el catalán, con el que ha mantenido varias conversaci­ones telefónica­s para planificar la próxima temporada. Ahora, se negocia el despido de Serra mientras ayer se ponía de largo a Rubi. Todo un proceso de autodestru­cción.

Con la afición muy enfadada con la salida de Serra, un mito para los béticos por su trabajo en el banquillo y la dirección deportiva en los dos últimos años, el presidente Haro dio un discurso previo a la presentaci­ón de Rubi donde dejó claras algunas cuestiones. “Los hombres y los nombres pasan. Lo importante es el Betis y no deben existir los personalis­mos”, aclaró el máximo dirigente verdiblanc­o ante el senado bético. En él estaban jugadores históricos de la entidad como Javier López, Julio Cardeñosa, Rafael Gordillo o Francisco Bizcocho. Quizás a Serra no se le perdonó que apostara por la destitució­n de Setién cuando los dirigentes estaban con el cántabro, en el que mantenían la fe a pesar de tener a la grada en contra. Serra quiso destituir a Setién incluso antes del final de la Liga. El cisma llegó a la hora de tratar el futuro del anterior entrenador. Parecía, entonces, que había ganado Serra. Nada más lejos de la realidad. Al final, el vicepresid­ente deportivo ha sido despedido. “Es una lástima porque Serra es historia del Betis, pero no ha aceptado los cambios que teníamos que hacer en la dirección deportiva”, aclaró López Catalán.

En medio de este huracán, con la figura de Serra idolatrada por la afición y la necesidad de dar un nuevo impulso a un club que se reinventa de forma continua, Rubi se mostró conciliado­r con todo lo que ocurre en el Betis. “Quiero manifestar mi máximo respeto a don Lorenzo Serra Ferrer, historia de la buena del Betis. Ya no está, pero que haya apostado por mí supone un plus de responsabi­lidad para devolverle la confianza”, aclaró Rubi, quien se trabajó un discurso muy halagador a la que será su nueva casa, donde ha firmado un contrato por las tres próximas temporadas con un salario anual muy cercano a los tres millones de euros brutos.

Sin Serra, el otro gran nombre que asomó por la sala de prensa de la ciudad deportiva del Betis fue el de Quique Setién. Una sombra también muy alargada para Rubi. “Tanto Setién como yo estamos en el mismo saco de los entrenador­es que quieren ganar siendo protagonis­tas con el balón y teniendo la iniciativa, aunque tenemos también miles de diferencia­s”, afirmó el técnico.

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/ ALEJANDRO RUESGA Alexis Trujillo, Rubi y Ángel Haro, ayer.

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