El compromiso histórico de un país petrolero
Noruega basa su economía en la producción y exportación de petróleo y gas. Por eso, el compromiso alcanzado por el Fondo Global de desinvertir en compañías de combustibles fósiles se ha calificado como histórico. Le diferencia de otros fondos soberanos, que solo se han centrado en desinvertir en carbón. El país nórdico entiende que el creciente riesgo climático también obliga a desprenderse de esas inversiones. Además de buscar la diversificación ante la permanente caída del precio del petróleo, deja en evidencia que el dinero inteligente está en las energías renovables. en 2030, impulsado principalmente por las nuevas adiciones de capacidad de energía solar y eólica. La medida aprobada ayer supondrá un gran impulso para estas inversiones.
El Fondo de Pensiones Global del Gobierno noruego fue creado en 1990 para depositar en su seno los beneficios de los ingresos obtenidos por la explotación del petróleo y el gas. Su poderío inversor le ha constituido en el mayor fondo soberano mundial —por delante incluso de los de los países árabes— y uno de los principales inversores del planeta. Sus activos superan los nueve billones de coronas noruegas (más de 921.000 millones de euros), con casi un 70% (el máximo que tiene permitido legalmente) en renta variable. En el primer trimestre de este año, obtuvo un beneficio récord en cifras absolutas, con casi 75.500 millones de euros.
El objetivo del fondo es apuntalar una reserva de dinero que garantice las pensiones y el estado de bienestar del país cuando el combustible fósil se agote y deje de nutrir las arcas estatales.
El fondo es también un referente mundial en transparencia e inversión ética. Al margen de la nueva limitación legal introducida ayer, más justificada por razones económicas que éticas, hace años que el fondo excluye a empresas relacionadas con la fabricación de armas, cometen incumplimientos de los derechos laborales o son causa de contaminación ambiental.
Para ello cuenta con un comité ético que vigila las más de 9.000 firmas de las que tienen acciones y lleva a cabo investigaciones independientes si tienen dudas sobre alguna de ellas. En España sus inversiones alcanzan a 85 compañías, muchas de ellas del Ibex, por un valor de más de 9.500 millones de euros, sin contar con lo que tienen en deuda pública y otras inversiones a renta fija.