Piñera remodela el Gobierno en Chile en plena caída de apoyo
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reformó ayer por segunda vez en 15 meses su Gabinete, en medio de una caída de la popularidad a causa de la lucha contra la delincuencia y de una economía
Aunque las principales debilidades de su gestión son de carácter político, el presidente resolvió mantener a los tres ministros de esta área y realizar un ajuste en seis carteras sectoriales: Cancillería, Energía, Salud, Obras Públicas, Desarrollo Social y Economía. El jefe de Estado busca dar así un nuevo impulso a su mandato.
“Hay obstáculos que provienen en parte de la conducta de algunos sectores que han impedido que una agenda modernizadora, en muchos frentes, pueda avanzar y ver la luz del sol”, señaló que crece menos de lo prometido. Para Piñera, este año es crucial para sacar adelante sus reformas en el Parlamento, donde no tiene mayoría y le ha resultado complejo negociar con la oposición de la izquierda “obstruccionista” para La Moneda.
Piñera en la ceremonia de la sede del Gobierno. También se refirió al curso de la economía: “A pesar de las muchas dificultades internas y externas que enfrenta Chile (...) estoy seguro que con unidad, Chile volverá a crecer con fuerza, liderando el crecimiento de América Latina”.
El cambio ministerial, esperado hacía días, se concretó apenas dos horas después de que se diera a conocer la encuesta semestral del Centro de Estudios Públicos, una de las mediciones que la clase política espera con mayor expectación. El sondeo ratificó lo
que indicaban otros estudios: la caída continua de la popularidad del Gobierno. Según esta encuesta, un 25% aprueba la gestión de Piñera, 12 puntos menos que a finales de 2018. La desaprobación subió en 11 puntos, hasta el 50%. Son niveles de popularidad mediocres para un Gobierno que fue elegido con un 54%, uno de los mayores niveles para un presidente desde el retorno a la democracia en 1990.
El Gobierno lucha contra el tiempo: en 2020 se celebrarán elecciones municipales y de gobernadores y en 2021 las parlamentarias y presidenciales. En definitiva, Piñera tiene solo un año para concretar su programa de Gobierno, que contempla una reforma tributaria, laboral y de pensiones, entre otras iniciativas.
Un segundo problema es la relación con la oposición en el Parlamento, donde el centroizquierda y la izquierda gozan de mayoría. Los resultados económicos y en materia de lucha contra la delincuencia tampoco ayudan a Piñera, que los tenía como asuntos prioritarios. El complejo momento político del Gobierno, sin embargo, no representa hasta ahora mayores opciones para la oposición con miras a las presidenciales.