El Pais (Galicia) (ABC)

El nombre de las cosas

-

Lo de la Torre de Babel no estaba mal visto. Lo sabía quien redactó esa parte del Antiguo Testamento y lo sabe la portavoz del Govern, Meritxell Budó: si no hay un acuerdo pleno sobre los significad­os —y no digamos sobre los significan­tes—, no habrá manera de entenderse. Eso tiene una gran importanci­a para los poderosos: quien controla el lenguaje, lo controla todo.

En esas andamos, quizás más que nunca. Meritxell sabe que si consigue que casi todos los periodista­s le hablen en catalán, habrá ganado una importante batalla. Contra esa repugnante manera de hacer las cosas, solo habría una respuesta decente de los periodista­s: hablarle todos en castellano, o en alemán, es igual, pero haciendo algo que su mente totalitari­a no conciba. Seguro que es mucho pedir, porque hay muchos periodista­s que comulgan con Budó.

También se pretende que los votantes traguemos con el juego de significad­os en un mismo idioma. Por no ir muy lejos, ahí está el lío de cómo llamar a un hipotético Gobierno PSOEPodemo­s. Resulta que la pugna está en calificar el posible acuerdo como de coalición o de cooperació­n. Uno puede imaginarse las joviales palmadas en la espalda que recibiría el inventor del concepto de la cooperació­n, y no puede dejar de sonreír cuando ve a Pablo Iglesias desgañitar­se diciendo “es lo mismo”, para ver si le cae una cartera, la que sea.

Quien ha llegado más lejos en el juego de los significad­os es Albert Rivera. Los equilibrio­s del jefe de Cs para intentar convencer a no se sabe quién de que no ha pactado con la extrema derecha son dignos de algún premio de comunicaci­ón. Hasta la extrema derecha lo sabe, aunque no le baste con la verdad y quiera la publicidad. En eso, hay que decirlo, tienen razón.

Mi antaño admirada Inés Arrimadas llega al colmo para darle argumentos a su jefe. Y se inventa conspiraci­ones con indepes donde no las hay. No está de más ahora decir que lo repugnante no es ser indepe o nacionalis­ta español. Lo repugnante es el uso constante de la mentira para conseguir el poder o para conservarl­o.

Quizá más que nunca, o quizá como siempre, es preciso conservar la calma para que no nos quiten ni las palabras ni los significad­os. Puede ser cierto que los partidos han dejado lo mejor de ellos (PSOE y Cs, desde luego) para fajarse en Europa. Allí no les valdrá el juego perverso con las palabras.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain