ERC se abre a facilitar la elección de Pedro Sánchez
Las estrategias de los partidos se mantienen ocultas y los números para la investidura de Pedro Sánchez siguen sin salir. Solo ERC abrió ayer un resquicio a la posibilidad de facilitar su reelección. “No hemos venido a bloquear”, dijo el republicano Gabriel Rufián
Las cuentas de la investidura siguen en el aire. Este es el saldo de la primera ronda de conversaciones abiertas por el PSOE con todas las fuerzas políticas a excepción de Vox y EH Bildu. La negativa a darle su apoyo le ha llegado al socialista de varios frentes: unos —Coalición Canaria— porque no apoyarán a un Gobierno que se sostenga en Podemos; otros —Navarra Suma— porque el PSOE les disputa el Gobierno de la comunidad foral; y PP y Ciudadanos, porque han anunciado que jamás apoyarán a Sánchez haga lo que haga y porque le acusan de querer propiciar en el futuro un referéndum en Cataluña o aliviar la situación de los presos independentistas.
Este es el marco en el que debe desenvolverse el PSOE y del que han tomado plena conciencia Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, y el secretario de Organización, José Luis Ábalos, tras sus conversaciones de estos días. Solo ERC abrió ayer un resquicio a que Sánchez pueda ser investido. No se verbalizó en la reunión de Lastra con el portavoz republicano, Gabriel Rufián, pero este públicamente afirmó que su grupo no venía al Congreso “a bloquear nada”.
Rufián insistió en la necesidad de dialogar en esta nueva etapa tanto de “los derechos nacionales de Cataluña” como de las políticas sociales y económicas para el conjunto de España. Y agregó un aviso con un destinatario muy evidente: tachó de “irresponsable” la antes de pronunciarse en contra de forzar nuevas elecciones. La abstención de los 15 diputados de ERC daría a Sánchez la investidura. El partido catalán quiere ver primero cómo se comporta el PSOE en la vorágine pactista de los próximos días en Ayuntamientos y comunidades, sobre todo en Barcelona.
amenaza del líder de Podemos, Pablo Iglesias, por empezar a pensar en unas nuevas elecciones generales si el PSOE no accede al final a su petición de un Gobierno de coalición. El PSOE dedujo de esa advertencia de Rufián que ERC hará lo posible por evitar otros comicios, aunque esos no eran los aliados iniciales con los que querían contar los socialistas.
Pedro Sánchez consideró posible disponer del apoyo de su socio preferente, Unidas Podemos, y completar la votación en segunda vuelta para su investidura con más síes que noes. Pero esos planes, por el momento, no han cuajado,
ante la negativa de Coalición Canaria y de Navarra Suma de ofrecer su abstención.
Otro grupo que ayer ratificó que votará en contra —algo ya previsto por el PSOE— es Junts per Catalunya. “No se dan las condiciones para facilitar la investidura de Pedro Sánchez”, señaló su portavoz parlamentaria, Laura Borrás, tras entrevistarse con Lastra junto con su compañera de grupo Miriam Nogueras. Borrás fue tajante y explicitó de nuevo que su formación no hará la menor concesión si el PSOE no cambia de actitud sobre los tres diputados presos —juzgados por rebelión— que están suspendidos de funciones por una decisión de la Mesa del Congreso apoyada en un informe de los letrados. Los dos representantes de Podemos en la Mesa votaron en contra de esa suspensión, y eso sirvió a Borrás para sostener que el PSOE podría haberse opuesto también, si hubiera querido, a que los diputados presos perdieran sus derechos como parlamentarios.
Junts per Catalunya demanda, además, empezar un diálogo sobre las aspiraciones nacionalistas catalanas, sin precisar plazos, horizonte ni objetivos finales. “Estamos donde estábamos”, recalcó Borrás. Las expectativas del PSOE, ahora que no puede sumar los votos de los grupos pequeños, vuelven a depositarse en ERC, aunque los socialistas subrayan que no han establecido aún ningún acuerdo con nadie. Ni siquiera con el PNV, con cuyos seis diputados se contaba de antemano.
El PSOE ve difícil que la colaboración con los peneuvistas pueda truncarse pero tras la reunión del martes ambas partes quedaron en volver a reunirse, sin plazo, con una agenda vasca sobre la mesa. En el encuentro entre Ábalos y el portavoz parlamentario vasco, Aitor Esteban, no hubo compromisos. El PNV no es partidario de la repetición de elecciones, porque en los últimos comicios les ha ido bien, y esa es la principal razón que esgrimen en La Moncloa para aventurar su apoyo.
El escenario se complicaría si no sale adelante un Gobierno en Navarra presidido por la socialista María Chivite y en el que previsiblemente estarían Geroa Bai (socio navarro del PNV) y Podemos. El PNV aún no ha dicho qué hará si Sánchez desautoriza al final ese Ejecutivo, que necesitaría la abstención de EH Bildu.
Ayuntamiento de Barcelona
En este panorama de pactos con múltiples ramificaciones, Rufián quiso evidenciar ayer su enorme distancia y enojo con la candidatura de la alcaldesa en funciones de Barcelona. “Hay que ver si Ada Colau es alcaldesa con los votos de un señor que deportó a miles de personas”, apuntó en referencia a Manuel Valls, ex ministro del Interior francés. Pero Colau no solo sería alcaldesa gracias al apoyo de Valls sino también del PSC en detrimento del candidato republicano, Ernest Maragall.
Rufián se guardó de vincular ese rechazo a lo que pueda pasar en la sesión de investidura en el Congreso: “No hemos venido a bloquear, salvo el 155 y las medidas represivas, pero tampoco a dar un cheque en blanco”, apostilló cuando se le preguntó si ERC estaría dispuesto a facilitar la investidura de Sánchez.
El puzle de los pactos abre un nuevo compás de espera hasta que se constituyan mañana los Ayuntamientos y, en los días siguientes, los Gobiernos autónomos. En el terreno retórico, la dirigente socialista Adriana Lastra apeló a la responsabilidad de “todos los partidos” para que no bloqueen la investidura de Sánchez: “No hace falta votar por quinta vez para que los ciudadanos digan que quieren que gobierne el PSOE”, afirmó.