Ximo Puig consolida su peso como barón del PSOE al ser reelegido presidente
Ximo Puig fue reelegido ayer presidente de la Generalitat valenciana con 52 votos a favor y 46 en contra. El líder de los socialistas logró el apoyo de su partido, de Compromís y de Unides Podem tras el acuerdo tripartito alcanzado el miércoles. La pérdida de Andalucía y la dificultad de gobernar en Madrid consolida a Puig como uno de los barones del PSOE de mayor relevancia con poder político. La sesión de investidura estuvo marcada por el tono abrupto de Vox.
Ganada la carrera contra el reloj para llegar a un pacto, Ximo Puig, de 60 años, tenía asegurada la mayoría. No hubo sorpresas en la votación y el bloque de la derecha —formado por PP, Ciudadanos y Vox— rechazó la investidura del líder de los socialistas valencianos, que tomará posesión del cargo el próximo domingo. Sí quedó patente algún rescoldo de la negociación y de la tensión del momento político entre los socios, cuando la vicepresidenta de la Generalitat en funciones, Mónica Oltra, de Compromís, pidió lealtad a Puig, en alusión tanto a los pactos municipales, aún pendientes de cerrarse, como a la decisión del
presidente de anticipar las elecciones autonómicas. Antes, había ponderado las virtudes de la legislatura compartida y la importancia de luchar contra el cambio climático como uno de los objetivos del nuevo pacto de gobierno.
Puig elogió el trabajo de Oltra y acabó su réplica dedicándole un proverbio africano: “Si quieres llegar rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado”. De hecho, el presidente valenciano se pasó la jornada contestando porque su discurso de investidura lo había pronunciado el miércoles.
El tono más duro se produjo con la portavoz de Vox, Ana Vega, que desgranó el ideario de la formación ultraderechista contrario a las autonomías y a las leyes contra la violencia machista. “Se acabó la paz del corral”, aseguró elevando la voz, en referencia al “genocidio cultural español” y a la “imposición del valenciano”. “Este Gobierno combatirá todo lo que ustedes representan, de odio y de rencor”, replicó Puig.
Isabel Bonig, portavoz del PP, cargó las tintas contra el Gobierno de izquierdas porque no solo “no ha hecho nada”, sino que ha empeorado la situación en las listas de espera de la sanidad, los barracones escolares que no se han eliminado o el crecimiento de la pobreza infantil hasta el 33%. También le reprochó el pacto con los “comunistas”, en alusión a Unides Podemos. Puig rebatió sus cifras y le recordó que los comunistas fueron “una fuerza fundamental” para la llegada de la democracia y que votaron a favor de la Constitución, frente a los titubeos de Alianza Popular, el germen del PP.
Toni Cantó también se estrenó en las Cortes como portavoz de Ciudadanos con una intervención muy crítica contra el nacionalismo, la televisión autonómica y “la imposición del valenciano”. Definió a Compromís como la “Esquerra Republicana valenciana” y aventuró que “Miguel Hernández no habría podido publicar en la Comunidad Valenciana”, por escribir en castellano, y “no habría recibido ayuda para publicar”. Puig le espetó: “A Miguel Hernández quienes no le dejaron publicar son algunos de sus socios”, en alusión a Vox.