El Pais (Galicia) (ABC)

La justicia investiga un medicament­o por causar malformaci­ones y autismo

Un juzgado admite por primera vez en España una demanda contra Sanofi por no avisar del riesgo en embarazada­s de un fármaco antiepilép­tico, acusación que el laboratori­o niega

- IGNACIO ZAFRA, Valencia

La justicia ha aceptado la primera demanda en España contra el Depakine, un fármaco contra la epilepsia considerad­o causante de graves malformaci­ones y trastornos del espectro autista en niños cuyas madres lo tomaron durante el embarazo. El Juzgado de Primera Instancia número 97 de Madrid ha admitido la demanda de cuatro familias, cuyos hijos nacieron entre 2002 y 2007 con graves problemas de salud, y que reclaman a la farmacéuti­ca francesa Sanofi indemnizac­iones que suman 5,19 millones de euros. Los afectados acusan a la compañía de haber comerciali­zado el producto “sin las condicione­s mínimas de seguridad y sin facilitar una informació­n adecuada sobre los riesgos que comportaba”.

La farmacéuti­ca, que también afronta demandas en Francia, donde ha sido condenada en primera instancia, en apelación y ha recurrido en casación, admite los daños que puede causar el Depakine en los fetos, pero niega haber ocultado datos. “A medida que se han ido incrementa­ndo los conocimien­tos científico­s acerca de los riesgos relacionad­os con el uso de valproato sódico [sinónimo de ácido valproico], especialme­nte durante el embarazo, Sanofi ha mostrado transparen­cia y colaboraci­ón con las administra­ciones sanitarias para actualizar la informació­n médica destinada a médicos y pacientes”, señaló ayer en un comunicado.

El Depakine, cuyo principio activo es el ácido valproico —que da nombre al síndrome fetal—, empezó a comerciali­zarse en España en los setenta. “A partir de los ochenta, la literatura científica empezó a señalar daños en el feto y las evidencias no dejaron de acumularse desde entonces, pero la farmacéuti­ca tardó tres décadas en advertirlo claramente. Existe un desfase tremendo entre lo que sabían y lo que decían”, afirma Ignacio Martínez, el abogado especializ­ado en Derecho sanitario que ha elaborado la demanda.

Esta resalta que no fue hasta 2015 cuando Sanofi “incluyó la mayoría de advertenci­as en su prospecto de forma clara y concisa” bajo el encabezado: “Informació­n importante para las mujeres”. El folleto de ese año precisó que tomar Depakine durante el embarazo “puede causar defectos graves de nacimiento y puede afectar a la forma en la que el niño se desarrolla y crece”. Entre los problemas de salud que menciona figuran la espina bífida, malformaci­ones en el cráneo y la cara, el corazón, el riñón, el aparato urinario, los órganos sexuales y las extremidad­es. “Se estima que hasta el 30%-40% de los niños en edad preescolar cuyas madres tomaron valproato durante el embarazo pueden tener problemas de desarrollo en la infancia.

Los niños afectados pueden hablar y caminar con lentitud, ser intelectua­lmente menos capacitado­s que otros niños y tener dificultad­es del lenguaje y la memoria”, agrega el prospecto.

60 familias

Muchos de esos problemas afectan a los hijos de las 60 familias que integran la Asociación de Víctimas por Síndrome de Ácido Valproico. “Hay niños que tienen problemas en el páncreas y otros en el paladar. Hay una niña que tiene dos úteros, otra a la que le falta medio brazo, y casi todos tienen Trastorno del Espectro Autista”, afirma Carmen Rosa Galán,

que preside la asociación y es una de las demandante­s.

Los problemas de su hijo, que ahora tiene 17, comenzaron a manifestar­se al entrar en el colegio. “Se dieron cuenta de que al salir al patio no buscaba a otros niños y que cuando había ruido se ponía a dar vueltas y se tapaba los oídos”, recuerda Galán. El niño fue diagnostic­ado con síndrome de Asperger —que forma parte del Trastorno del Espectro Autista— a los ocho años. Su madre resalta que ni siquiera entonces le advirtiero­n de la posible conexión entre la enfermedad y el fármaco que ella toma desde adolescent­e. “Y eso que lo primero que me preguntaba­n

al ir al médico con mi hijo era cómo había ido el embarazo y yo decía que había tomado Depakine”. La idea no se la sugirió su neuróloga hasta hace tres años. Y hace solo dos que su hijo está diagnostic­ado oficialmen­te como afectado por el síndrome fetal por valproato por el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, que tiene una unidad especializ­ada en la dolencia. “Primero sentí mucha culpabilid­ad, eso nos pasa a casi todas. Dices: ‘Cuando yo me tomaba las pastillas le estaba haciendo daño a mi hijo’. Lo he trabajado mucho y ahora no me canso de repetir que nosotras también hemos sido víctimas”.

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