Batalla legal entre clubes en el río revuelto de la Operación Oikos
La Operación Oikos contra el amaño de partidos de fútbol para obtener beneficios a través de apuestas ha desatado en los últimos días movimientos de varios clubes que reclaman indemnizaciones, ascensos o que se han apresurado a construir cortafuegos para defender su honor.
El último en intervenir en esta línea fue ayer el Real Valladolid, que publicó un comunicado en su web para responder a las consecuencias que había tenido el día anterior una denuncia del Girona. El club catalán cree que el Valladolid-Valencia, sospechoso de amaño para la policía, podría derivar en un castigo de seis puntos para el club pucelano, lo que los salvaría de su reciente descenso a Segunda. Después de esa denuncia, el Comité de Competición de la federación abrió expediente al Valladolid y a dos de sus jugadores, Borja Fernández (detenido en la Oikos, libre con cargos) y Keko, interrogado como testigo. “El Real Valladolid Club de Fútbol no va a permitir que se cuestionen sus resultados deportivos, obtenidos lícitamente
en la temporada 2018-2019, que confirman su permanencia en la Primera División”, dice el texto.
El miércoles, el que movió ficha fue el Real Zaragoza, también a través de un comunicado en el que aseguraba que se veía “obligado a estudiar las posibles acciones a llevar a cabo en defensa de sus legítimos intereses”. Su movimiento se derivaba del partido que desencadenó la Oikos, el Huesca-Nàstic de la temporada anterior. El Zaragoza entiende que si su vecino oscense hubiera sido sancionado con la pérdida de seis puntos, entonces habrían sido ellos quienes hubieran subido a Primera el verano pasado. El Huesca, segundo, sumó 75 puntos y los zaragozanos, 71.