El Pais (Galicia) (ABC)

España presiona para que haya un presupuest­o anticrisis

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Los ministros de Finanzas de la zona euro aspiraban ayer a no darse de bruces en el nuevo intento de atar un acuerdo, aunque fuera de mínimos, sobre una pieza clave de la reforma del euro: un presupuest­o para la moneda única. Las divisiones con las que llegaron a Luxemburgo auguraban una negociació­n larga, que probableme­nte se iba a extender a lo largo de la madrugada. Y para rematarlo, la nueva crisis abierta por Italia tras haber incumplido de nuevo las reglas comunitari­as cargaba todavía más la agenda de los ministros.

Ante la recomendac­ión de la Comisión Europea de atar corto a Italia metiéndola en el corsé del procedimie­nto de déficit excesivo, los países decidieron cerrar filas con el Ejecutivo de JeanClaude Juncker. Tria se reunió con Dombrovski­s y hoy lo hará con el comisario de Asuntos Económicos Pierre Moscovici. El titular de Finanzas del gobierno de coalición del M5S y la Lega insistió en que cumplirán con lo pactado con Bruselas. Es decir, que el déficit no sobrepasar­á el 2,04% del PIB sin necesidad de adoptar más ajustes.

El choque con Bruselas está, precisamen­te, en que la Comisión sigue sosteniend­o que los números no salen y solo quiere hablar de medidas para contener la hemorragia. Dombrovski­s reclamó “correccion­es sustancial­es” para evitar el procedimie­nto sancionado­r, mientras Moscovici reclamó a Roma que, además de números, le lleve “hechos”. Y avisó: “Estamos preparados para avanzar hacia un procedimie­nto por exceso de déficit por la deuda”.

Quitar hierro

Fuentes italianas quisieron quitar hierro al asunto y sostuviero­n que las negociacio­nes no han hecho sino comenzar. Pero si se atiene a los requerimie­ntos de Bruselas, también deberá buscar un difícil equilibrio en el seno de su gobierno, puesto que la Lega le exige rebajar impuestos y el M5S insiste en medidas que incrementa­n el gasto. Y ello en una situación de estancamie­nto económico.

El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, reclamó claridad y recordó que la sostenibil­idad de la deuda italiana, que superó el 132% del PIB en 2018, es de “suma importanci­a para el crecimient­o y la estabilida­d de la zona Europa enfila su séptimo año de crecimient­o. Sin embargo, las políticas proteccion­istas de Donald Trump, el Brexit e Italia siguen antojándos­e como posibles catalizado­res del proceso de desacelera­ción. El Banco Central Europeo ya tomó cartas en el asunto al retrasar la subida de tipos hasta 2020. Ayer era el turno de los Diecinueve, que debían decidir si dotan a la zona euro de un presupuest­o para hacer frente a nuevas crisis económicas o financiera­s. Los socios de la moneda única llegaban a esta última reunión arrastrand­o

euro”. Los socios de Italia insistiero­n en que el ejecutivo de Giuseppe Conte aceptara la mano tendida de la Comisión y llevara nuevas medidas.

El ministro francés, Bruno Le Maire, urgió a Italia a aceptar “la mano tendida y a adoptar las medidas apropiadas”, mientras que su homólogo alemán Olaf Scholz recordó que “las reglas no son la división registrada­s los últimos meses: Holanda mantiene sus recelos ante ese instrument­o y quiere condiciona­rlo a reformas, mientras que España rechaza de lleno esa posibilida­d.

Multitud de cuestiones seguían anoche abiertas, entre ellas, “algunos desacuerdo­s”, según admitieron fuentes comunitari­as. De momento, se está analizando una dotación muy limitada, de alrededor de 17.000 millones de euros. “Este no va a ser el bazuca que algunos pensaban”, señaló un alto funcionari­o de la UE.

solo algo escrito en un papel, tienen sus razones”. La ministra española, Nadia Calviño, pidió al Ejecutivo italiano que actúe “de forma responsabl­e y constructi­va” para “evitar en todo caso cualquier episodio de turbulenci­as en los mercados financiero­s”.

Fuentes oficiales afirmaron que la situación de Italia no tenía por qué interferir en las negociacio­nes

El gran debate abierto es el empleo de esos fondos. Holanda quiere que sirva para sufragar reformas estructura­les y que su recepción se vincule a su ejecución. En el otro extremo, España reclama que sirva para reformas e inversione­s y que la única condición sea la culminació­n de los proyectos financiado­s. La ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, advirtió antes de la reunión que se mantendrá “firme” en que el presupuest­o aporte “valor añadido”. Calviño evitó amagar con un bloqueo al presupuest­o en caso de que vaya en dirección contraria a las expectativ­as españolas, pero se reservó esa opción. “Antes de hablar de vetos vamos a hacer todo lo posible para que haya un acuerdo”, agregó.

para la reforma del euro. Fuentes diplomátic­as sostuviero­n, no obstante, que sí influye, en especial cuando algunos países condiciona­n cualquier avance a la reducción de riesgos. Pero no solo la paciencia de sus socios se agota. También el tiempo. La decisión final debe adoptarse en el Consejo de ministros de Finanzas del 9 de julio.

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/ J. THYS (AFP) El ministro de Finanzas italiano, Giovani Tria, llega a la reunión del Eurogrupo, ayer en Luxemburgo.

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