La historia del arte judicializada
La Abogacía del Estado aporta dos informes sobre la inexportabilidad del cuadro de Sorolla, a pesar del permiso concedido en 2007. Están firmados por la Dirección de Museos Estatales y la Promoción de las Bellas Artes y apuntan que Fin de jornada avanza “las preocupaciones lumínicas más intensas” de la pintura de Sorolla. Sería “una pérdida irreparable para el patrimonio la salida de este bien”, añaden. Para la familia la obra no cumple el requisito de “mayor relevancia o excepcionalidad” y asegura que “no es imprescindible”, ya que no se trata de un periodo de especial relevancia. Además, sostienen que la obra del pintor ya está muy representada en las colecciones estatales y que se ha autorizado la marcha de otras obras de valor artístico y comercial “muy superior”. Pero el tribunal madrileño concluye que la pintura es importante y tumba el informe pericial de la familia por falta de imparcialidad. el patrimonio histórico español”. Esto confirmaría, se sostiene, el “uso cauteloso de la facultad restrictiva”.
El juicio ha destapado una situación anómala, en la que los abogados del Estado han defendido la importancia de la pintura (aportando informes oficiales) y los abogados de la familia (con informes privados) todo lo contrario: la falta de excepcionalidad de la obra para dejarla marchar. Y, a pesar de ello, reclaman un valor de seis millones de euros en el mercado.
El tribunal no duda de la generosidad que la viuda y el hijo del pintor tuvieron con el Estado al legarle parte de la herencia, pero le recuerda a la familia demandante que esta virtud es recíproca, “por los recursos que ha dedicado la Administración a que se conozca y aprecie la obra de Sorolla”. La sentencia incide en esa generosidad: “No debe interpretarse como una especie de carta blanca para que los descendientes del pintor puedan libremente sacar del país el patrimonio histórico que es de su propiedad”.
Para los magistrados, la Abogacía del Estado ha defendido los hechos, contra los argumentos de la familia, “de forma razonada, documentada e incluso brillante”. A saber: que existen hasta cinco informes que apoyan la denegación del permiso solicitado; que no hay ningún óleo de Sorolla pintado en Jávea en 1900 de temática similar; que una perito señala que es la primera gran obra del pintor, en la que se retrata el tema marinero de forma moderna, con los trabajadores de espaldas, el llamativo uso del escorzo, las diagonales, la pincelada, el color… El tribunal desestima los dos informes privados que la familia ha presentado, porque, “por más énfasis que haga en ellos” el demandante, no son imparciales.
Además, los abogados del Estado estiman la venta de Fin de jornada en 3,5 millones de euros. En cuanto a la posible adquisición de la obra por el Estado, los jueces del TSJM aclaran que la normativa no obliga a tal compra. Pero señalan que en las declaraciones prestadas en autos se refleja la existencia de contactos entre ambas partes para proceder a la compra.