El Pais (Galicia) (ABC)

El candidato que por fin pactó con el diablo

El estrafalar­io líder del partido local Democracia Ourensana logra la alcaldía de Ourense gracias a sus enemigos del PP

- CRISTINA HUETE,

ta compra de 300 votos a cambio de un trabajo fijo para el conseguido­r, un joven con contactos en el depauperad­o barrio de La Cañada.

El asunto está en los Juzgados, según ha podido saber EL PAÍS, a la espera de que la juez decida o no llamar a declarar como investigad­o al hijo del expresiden­te. No es el único escándalo de presunta corrupción que ha salpicado los sucesivos gobiernos del PP en Melilla. En la actualidad, al menos tres cargos del último Ejecutivo local se mantienen o han sido imputados por supuestos delitos vinculados a la corrupción. Dos revalidan su puesto como diputados ahora en la oposición. El propio De Castro ha denunciado incesantem­ente “el chiringuit­o del PP” al frente del Gobierno. “Hay que cambiar esto. Melilla está en la UVI, y de la UVI se sale o no se sale”, comentaba a este diario antes de las municipale­s.

Gritos de “traidor”

“El que traiciona a esta ciudad es el que está en historias de corrupción, es el que no sabe perder”, respondió tras la investidur­a, cuando el grito de “¡traidor!” resonaba en el pleno. De Castro aseguró el jueves que la dirección de Madrid avalaba su negativa a investir a Imbroda. Ciudadanos condiciona­ba su apoyo al PP a la dimisión como diputado del expresiden­te y a su renuncia a pretender la reválida. Cs también exigía dejar fuera del Gobierno a los dos diputados de Vox, algo improbable cuando el líder melillense de la formación de ultraderec­ha, Jesús Delgado, exigía labores de Gobierno como condición de su apoyo, imprescind­ible para dar el Gobierno a los populares.

Si no se marchaba Imbroda, prometió De Castro, Ciudadanos se abstendría para no apoyar ni a PSOE ni a CpM. Imbroda, que declinó la oferta pero sí ha anunciado ahora que dimitirá como diputado, confiaba en la abstención, sin contemplar la candidatur­a de De Castro. El disgusto fue tal que el expresiden­te llegó a encararse ante su sucesor en el momento en que ambos se cruzaban para darse el relevo. El violento gesto se hizo viral.

“gobierno de coalición”, como ambas formacione­s señalaron. De la Torre obtuvo 16 votos frente a los 15 de Daniel Pérez, candidato socialista, en el pleno de constituci­ón municipal. De la Torre lleva ya 20 años al frente de la alcaldía malagueña.

En Córdoba, el PP recuperó la alcaldía tras cuatro años de gobierno socialista y el nuevo alcalde es José María Bellido gracias al apoyo de los cinco ediles de Ciudadanos. En Almería no habrá gobierno de coalición y el actual alcalde del PP, Ramón FernándezP­acheco, gobernará en minoría. En Huelva, repetirá como alcalde el socialista Gabriel Cruz, al haber logrado la mayoría absoluta con 14 concejales y el 45% de los votos en las pasadas elecciones.

Con informació­n de Javier Arroyo, Germán Temprano, Nacho Sánchez, Jesús A. Cañas y Javier Martín-Arroyo. Casi dos décadas después de haber registrado con un grupo de amigos el partido Democracia Ourensana (“ni de derechas ni de izquierdas, de Ourense”), Gonzalo Pérez Jácome, dueño de una televisión local y de un comercio de instrument­os musicales, cumplió ayer su sueño de ser proclamado alcalde. Aunque para ello tuviese que “pactar con el diablo”: el que ha sido su demonio político durante años, el presidente de la Diputación y del PP provincial, José Manuel Baltar, al que ha atacado con toda clase de insultos tanto desde sus tribunas políticas como desde sus programas en Auria TV. Jácome, de 49 años, con su estilo estrafalar­io —“friki”, lo llaman sus rivales— gobernará la tercera ciudad de Galicia gracias al PP, pese a que hace un mes el líder regional del partido, Alberto Núñez Feijóo, advertía en el diario local La Región: “Sería letal para Ourense tener a Jácome de alcalde”.

“¡Mírenlo, estamos ante un loco!”, exclamaba Jácome señalando a Baltar en un acto en la Diputación repleto de cargos institucio­nales del PP. “Es un showman patético”, “es un psicópata de corbata”, lo definía sucesivame­nte junto a otros calificati­vos similares en los debates plenarios, cara a cara, con Baltar presidiend­o impertérri­to. “¿No ven que no se inmuta? Ese es un rasgo de los psicópatas”, afirmaba. Y hasta lo llevó a los juzgados acusándolo de corrupción.

Durante la campaña electoral, Jácome decidió contratar un robot para evidenciar su compromiso de llevar a Ourense alguna carrera universita­ria relacionad­a Dem. Our. PP PSOE Cs BNG con la inteligenc­ia artificial. El autómata daba unos pequeños pasos por la calle más céntrica de la ciudad clamando “¡fuera caciques!” y pidiendo el voto a los viandantes con el objetivo de “echar a Baltar de la Diputación”. Como “cacique bueno” se definía José Luis Baltar, padre del actual presidente de la institució­n provincial, a quien cedió el mando en herencia política en 2012. Entre padre e hijo, suman 32 años gobernando la provincial.

Para el acto de cierre de campaña, Jácome emitió un vídeo en el que, situado ante un cartel electoral de Baltar, arremetía contra la saga. “Los Baltar ya estaban cuando yo era adolescent­e”, proclamó. “Creen que esta provincia les pertenece”, remató, antes de solicitar el voto para “acabar con paranoias de este tipo”.

El pequeño empresario local siempre había tenido claro su objetivo personal: la alcaldía. A toda costa. A cualquier precio. “Pactaré con el diablo si consigo traer el cielo para Ourense”, advirtió hace cuatro años. Y lo repitió días atrás.

El pasado viernes selló el acuerdo con Baltar. El PP le daría sus votos para hacerlo alcalde y él a su vez apuntalarí­a en la Diputación a Baltar, en apuros tras haber perdido por primera vez la mayoría absoluta. Los siete ediles populares y los otros siete de DO —tercera fuerza en sufragios— bastaron para cerrar el paso al PSOE, el más votado. Ya con el bastón de mando en la mano, anunció sus primeras medidas: unas escaleras mecánicas en uno de los barrios más empinados de la ciudad y un parque acuático.

De su estilo vociferant­e y sus maneras irreverent­es, dejan constancia los vídeos de sus programas de televisión y de sus intervenci­ones en los debates municipale­s. En ese aspecto promete moderarse: “Estaré a la altura de las circunstan­cias; si el protocolo exige traje y corbata, me los pondré”.

En las elecciones de 2015 no pudo atender ese reclamo: ni PSOE ni PP, ambos en minoría, quisieron pactar con él. En esa situación ingobernab­le, el Ayuntamien­to vivió cuatro años de parálisis. Pero esta vez Baltar necesitaba desesperad­amente un apoyo para conservar la Diputación. Y Jácome vio el cielo abierto para poder, al fin, pactar con el diablo.

Jácome es dueño de una televisión en la que insultaba a los populares

Hace solo un mes Feijóo dijo que darle el bastón de mando sería “letal”

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/ ÓSCAR CORRAL Gonzalo Pérez Jácome muestra la vara de mando tras ser investido alcalde de Ourense.

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