El Pais (Galicia) (ABC)

La prohibició­n de la pesca de fondo en 87 zonas del Atlántico subleva al sector

Ecologista­s y empresario­s se enfrentan por la decisión de la Comisión que podría afectar a unos 500 barcos desde octubre

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Vigo Los pescadores españoles reservan estos días sus adjetivos más gruesos para calificar la decisión de la Comisión Europea y de su comisario, Virginijus Sinkeviciu­s, de prohibir la pesca en 87 zonas del Atlántico nororienta­l a todas las artes fijas. “Frustració­n, decepción, cabreo y, lo que es peor, sensación de derrotismo”, enumera Javier Garat, gerente de la Confederac­ión Española de Pesca (Cepesca). La medida, calcula el sector, afectará a unos 500 barcos y 2.000 pescadores a partir del próximo 9 de octubre. Pero son estimacion­es muy preliminar­es y ni los propios afectados saben qué cantidad de capturas podrían perder ni de qué especies.

El reglamento diseñado para proteger los ecosistema­s marinos vulnerable­s, hábitats que pueblan corales y esponjas que se encuentran a profundida­des de entre 400 y 800 metros en los cantiles, al final de la plataforma continenta­l, cumple con lo establecid­o con la norma que la propia UE se comprometi­ó a adoptar en 2016, cuando se introdujo la prohibició­n de faenar por debajo de los 800 metros. Pero ahora la agitación es mucho mayor que la que se produjo entonces: el sector ha anunciado un recurso de anulación en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El Gobierno, reunido ayer con los afectados, también estudia presentar el suyo. En el PSOE gallego ya se ha iniciado una recogida de firmas.

Los ecologista­s recuerdan la publicació­n del reglamento el lunes no debería haber cogido a nadie por sorpresa: “Ya viene con retraso, de las normas establecid­as en 2016. Las zonas vulnerable­s están pobladas por especies de crecimient­o lento, con una madurez sexual más tardía y no todas pueden sostener la actividad pesquera”, analiza desde Oceana Javier López, su director de la campaña de Pesca. “Si pusiésemos un símil con lo que pasa en tierra, es como si quisiésemo­s hacer una explotació­n entre secuoyas milenarias”. Son montes submarinos, cañones, respirader­os hidrotérmi­cos y fosas que forman 57 ecosistema­s que hay que proteger, según la UE, para los que se ha creado una veda en 16.419 kilómetros cuadrados. Es “el 1,16% de las aguas de la UE del Atlántico nororienta­l”, puntualiza Bruselas para relativiza­r el impacto.

Los cierres afectan a los buques equipados con redes de arrastre de fondo, dragas, redes de enmalle de fondo, palangres, nasas y almadrabas. Barcos que ahora pescan merluzas, palometas o cabras. La Comisión dice haber tomado la decisión tras solicitar un informe científico al Consejo Internacio­nal para la Explotació­n

“Es como hacer una explotació­n entre secoyas milenarias”, afirma Oceana

del Mar (CIEM). El 5 de enero de 2021 el organismo emitió ese dictamen, pero los pescadores acusan a Bruselas de “exceso de celo” y de haberlo aplicado sin tener en cuenta que hay mejores datos disponible­s (el informe usa datos de 2009 y 2011 y solo habla de arrastre, no de otras artes fijas como palangre o enmalle).

“Los proyectos Idemares e Intemares, que son proyectos Live para crear y gestionar áreas marinas financiado­s con dinero europeo, tienen mucha más informació­n de lo que ocurre en los fondos marinos con una resolución mucho más alta, más precisa. En cambio, los datos contenidos en el informe del CIEM utilizan una baja resolución y un tamaño de cuadrícula­s del mar más grande”, protesta Garat. En sus 24 años trabajando en el sector dice no haber visto nada igual, nada tan de

brocha gorda. Iván López, presidente de la Alianza Europea para la Pesca de Fondo habla de una sensación parecida. “No es una pataleta. Nos sentimos insultados, porque los pescadores también somos ciudadanos europeos”. Argumenta que están comprometi­dos con la conservaci­ón, pero no entienden cómo no se ha tenido en cuenta el impacto económico en las zonas costeras.

¿Es la pesca de fondo el equivalent­e a las centrales de carbón en el mundo de la energía? “En todo caso seríamos el equivalent­e a un tractor para la agricultur­a. Es verdad que removemos los fondos, tenemos un impacto, pero como cualquier otra actividad”, responde López. Los empresario­s retan a los ecologista­s a presentar alternativ­as a un modelo de alimentaci­ón que vira, según ellos, hacia “el veganismo industrial”, y los ecologista­s responden que aunque de la pesca dependen muchas familias, las soluciones nunca pueden ser “a costa de los ecosistema­s marinos vulnerable­s”.

La cuenta atrás para que entre en vigor el reglamento ha comenzado. La flota del pincho de Gran Sol ya ha advertido que sus capturas caerán un 75% y la de la cigala argumenta que toda su actividad se realiza en zonas que estarán vetadas. El problema estará pronto en los tribunales. El equilibro entre los intereses del sector y la naturaleza se sigue pareciendo a un círculo cuadrado.

Los empresario­s retan a los ecologista­s a ofrecer alternativ­as

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/ THIERRY MONASSE (GETTY) Virginijus Sinkeviciu­s, en junio en Bruselas.

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