El Pais (Galicia) (ABC)

Una casa de muñecas real y centenaria

La reina Camila amplía la biblioteca en miniatura para celebrar los 100 años del juguete de María de Teck, esposa de Jorge V

- BEATRIZ SERRANO, Madrid

La gran obra de Edwin Lutyens (Londres, 1869-1944) fue planificar y construir, a lo largo de 20 años, la ciudad de Nueva Delhi, fundada en 1911 por Jorge V, entonces emperador de la India, quien decidió trasladar allí la capital desde Calcuta durante el periodo del Raj británico. Para este propósito, el arquitecto diseñó un área administra­tiva en el centro de un sistema de amplias avenidas, aceras anchas y majestuoso­s jardines, siguiendo el modelo de ciudades como Washington, y añadiendo una arquitectu­ra que tomaba lo mejor del clasicismo occidental y elementos de tradición local. Su enorme proyecto comenzó en 1912, cuando Lutyens visitó por primera vez la ciudad, y se inauguró de manera oficial en 1931. Entre medias, el que fuera el primer arquitecto en ser nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico, recibió un particular encargo: construir una casita de muñecas para la reina María de Teck, esposa del Jorge V, y una gran aficionada a la decoración y a las miniaturas. Segurament­e, en el momento en el que aceptó aquel humilde proyecto, el arquitecto no pensó que llegaría a eclipsar la creación de toda una ciudad en la India, pero lo cierto es que, 100 años más tarde, la casa de muñecas de la reina María es su obra más famosa. Prueba de ello es que, con motivo de su centenario, es otra reina, Camila, quien toma la batuta de sus predecesor­as y se ha encargado de renovar su impresiona­nte biblioteca con motivo del centenario.

La casa de muñecas fue idea de la princesa María Luisa, prima del rey Jorge V y amiga de María de Teck, quien decidió que este sería un buen regalo de toda la nación para su reina tras la I Guerra Mundial. Lutyens, amigo de la princesa, decidió embarcarse en el proyecto. Escogió el estilo eduardiano —la época de Eduardo VII se caracteriz­ó como un periodo dulce y ostentoso cuyo fin lo marcan dos hechos trágicos: el hundimient­o del Titanic y el inicio de la I Guerra Mundial—, quizás como guiño nostálgico a la infancia de la reina y a una Inglaterra en mejor estado de salud. El proyecto se materializ­ó en 1924: “Se pretendía que la casa fuera lo más fiel posible a la vida real. Incluso

incluye electricid­ad, agua corriente y ascensores en funcionami­ento”, explican en la página de The Royal Trust. Incluye las habitacion­es reales del rey y la reina, salón y comedor principal, sala de juegos de los niños, cocinas, jardines, bodega, cocheras e incluso, en la zona del ático, las habitacion­es del servicio. También tiene recreacion­es en miniatura de algunas de las joyas de la Corona, con diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas y perlas reales. Según presumen en la página web, es la casa de muñecas más grande del mundo.

Fue presentada en la exposición Empire de Wembley en 1924. Revistas de arquitectu­ra y decoración, como Architectu­ral Digest, le dedicaron artículos. En 1925 se trasladó al castillo de Windsor, donde ha permanecid­o desde entonces y se puede visitar.

De entre todas las estancias, hay una que recibe especial interés: la biblioteca. “¿Cuántas residencia­s de Londres tienen una biblioteca compuesta por 200 libros escritos por las manos de sus autores y una colección de más de 700 acuarelas de artistas vivos?”, se pregunta el autor E. V. Lucas en el libro The Book of the Queen’s Dolls’ House. Precisamen­te fue Lucas, de la mano de la princesa María Luisa, quien se encargó de catalogar y organizar esta librería para la que la princesa encargó libros originales a autores vivos —además de contener títulos de referencia—. La lista incluye firmas como Chesterton, Conrad, Conan Doyle, Huxley, Kipling, Vita Sackville-West...

100 años más tarde, es la reina Camilaquie­n ha decidido añadir nuevas obras a esta biblioteca. Se trata de 20 pequeños manuscrito­s, escritos y decorados a mano por destacados escritores e ilustrador­es, que pretende ser una muestra de la literatura contemporá­nea del Reino Unido. Entre los autores escogidos se encuentran Joseph Coelho, Imtiaz Dharker, Philippa Gregory, Robert Hardman, Charlie Mackesy, Ben Okri y Sarah Waters. Entre los escritores ha llamado la atención en los medios británicos, el del escritor gastronómi­co Tom Parker Bowles, hijo de la reina Camila, que ha participad­o con un texto titulado Una receta digna para una reina.

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/ GETTY Varios artesanos trabajaban en la casa de muñecas de la reina María en 1923.

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