Irán lanza un ataque con drones y misiles contra Israel
Netanyahu afirma en un mensaje a la nación que su país está preparado para “cualquier escenario” y pide a la población que siga las instrucciones del ejército
Irán lanzó anoche decenas de drones y misiles contra Israel en un ataque inédito, el primero directo de Teherán contra territorio del Estado judío. Así lo anunció a última hora del sábado el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, que avisó de que las aeronaves no tripuladas tardarían horas en llegar a su objetivo. El ataque se produce tras la anunciada represalia de Teherán por el asesinato, el día 1 en Damasco, de siete de sus mandos militares.
Las Fuerzas Armadas israelíes permanecían ayer en alerta total, movilizaron decenas de aviones y decretaron la modificación de las instrucciones para la población. La medida coincide con el refuerzo de la presencia militar estadounidense y el anuncio de su presidente, Joe Biden, de que interrumpía su descanso de fin de semana en la playa para regresar a la Casa Blanca a “consultar con su equipo de seguridad nacional sobre los acontecimientos en Oriente Próximo”. A primera hora del día, la Guardia Revolucionaria de Irán abordó en el estrecho de Ormuz un barco con 25 tripulantes y propiedad parcialmente de un empresario israelí.
La creciente tensión entre Israel e Irán ha pasado en pocas horas de las amenazas a los hechos. A última hora del sábado, el ejército israelí decretó la medida que venía evitando desde que Teherán anunció que vengaría el bombardeo en Damasco: la modificación de las instrucciones para la población, con la cancelación de las actividades educativas en todo el país y la limitación de las reuniones en zonas verdes a un máximo de mil personas. Poco después, compareció ante la nación el primer ministro Benjamín Netanyahu. “En los últimos años, y especialmente en las últimas semanas, Israel se ha estado preparando para un ataque directo de Irán. Nuestros sistemas defensivos están desplegados. Estamos preparados para cualquier escenario, tanto defensiva como ofensivamente. El Estado de Israel es fuerte. Su ejército es fuerte. Su población es fuerte”, señaló poco antes del anuncio del ataque con drones. “Tenemos un principio claro: haremos daño a quien nos lo haga. Nos defenderemos de cualquier amenaza y lo haremos con sensatez y determinación”, agregó.
Fue el colofón de una jornada que eleva el riesgo de que la guerra soterrada que mantienen desde hace años Israel e Irán se transforme en un conflicto abierto, pese a los llamamientos en los últimos días a la contención y al contundente “no [lo hagan]” pronunciado el viernes por Biden como advertencia a Teherán. La jornada comenzó con una acción comedida que, sin causar heridos ni atacar directamente territorio israelí, le otorgaba dos ventajas: mostraba su capacidad de infligir daño económico en el estrecho de Ormuz, una importante vía de paso marítima entre Irán, Omán y Emiratos Árabes Unidos, y dejaba la duda de si sería solo un primer paso, en una ambigüedad importante en la guerra psicológica.
Miembros de la Guardia Revolucionaria abordaron un carguero propiedad de una filial de Zodiac Maritime, una de las principales compañías marítimas internacionales, según anunció la agencia de noticias estatal iraní Irna. La compañía es parcialmente propiedad de Eyal Ofer, un empresario israelí cuyos barcos han sido atacados en el pasado. Las fuerzas iraníes condujeron la embarcación a su país. Mediterranean Shipping Company, la mayor empresa de transporte de contenedores y que alquilaba el barco a una filial de Zodiac Maritime, la empresa que posee en parte el empresario israelí, señaló que el buque tiene 25 tripulantes a bordo. Diecisiete de ellos son indios, precisaron las autoridades del país. Un vídeo difundido por la cadena saudí Al Arabiya mostró a unas personas bajando sobre el barco con una cuerda desde un helicóptero. El máximo responsable de la fuerza naval de la Guardia Revolucionaria, Alireza Tangsiri, ya advirtió el martes de que podrían cerrar el estrecho de Ormuz y de que veían como una amenaza la presencia de Israel en Emiratos. Ambos países normalizaron relaciones en 2020, junto con Marruecos y Baréin, en el marco de los Acuerdos de Abraham.
La diplomacia israelí reaccionó exhortando a la UE a “declarar de inmediato organización terrorista a la Guardia Revolucionaria y sancionar a Irán”, porque la embarcación tenía bandera de uno de sus Estados miembros, Portugal. Y el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, emitió un comunicado en el que advirtió a Irán de que “cargará con las consecuencias de elegir escalar más esta situación”.
Unos y otros saben, sin embargo, que —sin más represalias— sería un golpe muy débil compara
do con un ataque tan provocador (contra altos mandos militares y en un edificio consular en otro país) como el que lanzó Israel. Teherán viene señalando que no quiere una guerra, pero tampoco dejar pasar por completo el ataque. Le haría mostrarse como débil o acobardado, lo que le coloca ante un ramillete de malas opciones, más el riesgo de que un fallo de cálculo o un error sumerja a la región en una guerra en la que Israel tiene más que ganar: alejaría la mirada de Gaza, arrastraría a EE UU a un conflicto que no desea y cambiaría la “ecuación de seguridad” (como la suele denominar) en Oriente Próximo. Israel suele denominar a Irán la “cabeza del pulpo”. Los tentáculos serían la milicia Hezbolá en Líbano, otras en Irak y Siria, los hutíes en Yemen y Hamás, el grupo islamista que lanzó el ataque del 7 de octubre.
Rouzbeh Parsi, jefe del programa de Oriente Próximo y Norte de África del centro de análisis Instituto Sueco de Asuntos Internacionales, considera que, para Irán, la toma del barco ha sido “una forma de hacer algo que no sea lo bastante grave como para legitimar una represalia israelí que provoque a su vez una escalada”. “Mi pronóstico es que, con este acto de alcance limitado, Irán pretende evitar esa represalia israelí, pero es impredecible saber si ello disuadirá o no a Israel de responder. Dudo de que sea todo lo que vaya a hacer Irán, pero sí le sirve para ganar tiempo”, explica. Tras el asalto a la embarcación, Vali Nasr, profesor de Estudios de Oriente Próximo y Relaciones Internacionales en la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, recordaba en la red social X que Teherán “ya ha obtenido varias victorias” solo con las amenazas de represalias. Primero, porque al obligar a Europa y a los países del Golfo a pedirle moderación, les impone asimismo “la responsabilidad de frenar también la respuesta de Israel a la respuesta iraní”, lo que “contribuye en gran medida a lograr el objetivo de Irán de establecer un sistema de disuasión con Israel”.
El creciente enfado de la Administración de Biden con Israel por la guerra en Gaza se ha difuminado en las últimas horas, a medida que cobraba fuerza la perspectiva de un ataque a su más estrecho aliado en Oriente Próximo. Las últimas acciones de Irán parecen haber devuelto la relación bilateral, cuestionada en las filas demócratas por el alto coste en vidas civiles en la Franja, a su mejor momento. Ya lo avisó el presidente Biden el viernes: por muchas críticas que pueda haber hecho al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu —hace tres días calificó de “error” su gestión de la guerra—, en lo relativo a la defensa de Israel se cierran todas las filas.
El respaldo sin condiciones a Israel se sustancia en el envío de más buques de guerra y aviones por el Pentágono, según ha informado el diario The Washington Post, lo que también contribuye a alimentar la tensión. “Estamos trasladando activos adicionales a la región para reforzar los esfuerzos regionales de disuasión y aumentar la protección de las fuerzas estadounidenses”, según fuentes de Defensa. Los movimientos incluyen el reposicionamiento de dos destructores, uno de los cuales ya estaba en la región y otro que fue redirigido allí, según fuentes estadounidenses. Al menos uno de los buques cuenta con el sistema de defensa antimisiles Aegis.
Este contexto es el que ha llevado el petróleo a máximos en meses, con cada vez más países occidentales elevando el nivel de alerta de los viajes a Israel y más aerolíneas evitando sobrevolar Oriente Próximo. La aerolínea holandesa KLM ha anunciado que dejará de sobrevolar Israel e Irán “por precaución”, aunque mantendrá la ruta al aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, que apenas conlleva adentrarse en territorio israelí y sigue considerando segura. Lufthansa y su filial Austrian Airlines, las dos únicas compañías occidentales con rutas a Teherán, han dejado estos días de sobrevolar Irán. El Ministerio de Exteriores de Países Bajos ha anunciado el cierre de su embajada en Teherán desde hoy.
Calibrar hasta dónde puede llegar la respuesta al bombardeo de Damasco es ahora la pregunta del millón, especialmente por parte de Teherán, que, a pesar de la tradicional hostilidad retórica —EE UU sigue siendo el Gran Satán para la vieja guardia del régimen de los ayatolás— ha medido milimétricamente sus fuerzas ante la maquinaria militar estadounidense. En los primeros meses de la guerra entre Israel y Hamás, las milicias respaldadas por Irán atacaron regularmente a las tropas estadounidenses en Irak, Siria y Jordania. Un ataque con dron mató a tres estadounidenses en Jordania en enero, y tras la represalia de EE UU en Irak y Siria, Teherán hizo cesar los ataques de sus apoderados por temor a una respuesta más contundente del Pentágono. Recíprocamente, la Administración demócrata también ha dejado claro que quiere evitar una guerra total.
“Nos debemos a la defensa de Israel”, subrayó Biden el viernes, no sin advertir de la necesaria cautela para no revelar información clasificada ni los planes de contingencia ante ese golpe, que esperaba “más pronto que tarde”.
“Nos debemos a la defensa de Israel”, ha subrayado el presidente de EE UU
Cada vez más países están elevando el nivel de precaución de los viajes a Israel