El Pais (Galicia) (ABC)

‘Abertzale’, el noveno apellido vasco

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Primero llegó un correo de un lector, Iñaki Galdos Irazabal: “Leo con interés la crónica de Mikel Ormazabal acerca de la campaña electoral vasca y me encuentro, una vez más, con el mal uso que hace su diario del término abertzale: ‘Andueza no da ninguna opción a los abertzales’, escribe el periodista refiriéndo­se a EH Bildu”.

En una extensa explicació­n, el lector reclama que esa palabra en euskera no se use solo para definir a la izquierda independen­tista vasca y avisa de que, de hacerlo, podría prestarse a la confusión: “En el acto de inicio de campaña, [el coordinado­r general de EH Bildu, Arnaldo] Otegi propuso un acuerdo entre abertzales, instando al PNV, sin citarlo, a pactar con ellos. Extraña propuesta, podrían pensar no pocos lectores, la que se hace a sí mismo”. Por eso, concluye: “Es necesario que modifiquen el uso incorrecto del término, cuya exclusivid­ad, de tenerla alguien, le correspond­ería al PNV por razones históricas”.

Después, se produjo la situación de la que alertaba. En la crónica del fallecimie­nto del exlehendak­ari José Antonio Ardanza (PNV), se recogía esta frase de Andoni Ortuzar, presidente de su partido: “Se nos va un gran abertzale que vivió el exilio y la clandestin­idad”.

En euskera, abertzale significa patriota o nacionalis­ta, según define la Real Academia Vasca. Fue un neologismo creado a partir de la palabra aberri (patria) y el sufijo –zale (seguidor o aficionado a algo) por Sabino Arana Goiri en 1896. El Libro de estilo recoge este vocablo y acepta que se utilice, pero prefiere “términos más precisos”, como nacionalis­ta o independen­tista.

Mikel Ormazabal, redactor de EL PAÍS en el País Vasco, admite que el periodismo ha contribuid­o a deformar el significad­o en euskera al tratar de diferencia­r dos sensibilid­ades políticas: la del nacionalis­mo conservado­r, que representa el PNV, y la de los independen­tistas de izquierda, reunidos ahora bajo el nombre de EH Bildu (coalición integrada principalm­ente por Sortu, partido heredero de Herri Batasuna (HB), y otras formacione­s como Eusko Alkartasun­a, Aralar o Alternatib­a). “Son clichés que se consolidan, sin tener en cuenta que el significad­o no es exacto”, reconoce. “Aunque en sentido estricto tan abertzale es Iñigo Urkullu como Arnaldo Otegi, todo el mundo te dirá aquí que es una referencia al mundo de Bildu”.

Este uso ha llevado a resignific­ar la palabra y ahora identifica a EH Bildu como el heredero de lo que fue HB, el brazo político de ETA. Por eso, Ana Lorite, redactora jefa de la Unidad de Edición, considera que se perdería esta connotació­n si solo se dijera “la izquierda independen­tista vasca”.

El historiado­r Gaizka Fernández Soldevilla agrega que el debate forma parte de la disputa histórica de la izquierda independen­tista con el PNV por los símbolos y el lenguaje. Es, añade, un caso parecido al de gudari (soldado), término que, dice, “ya se han apropiado” los primeros.

En esta campaña electoral se ha puesto de manifiesto que EH Bildu, en una estrategia para ampliar su electorado, prima las propuestas socioeconó­micas sobre las independen­tistas y se ha empeñado en mostrar un perfil más moderado que deje atrás su pasado relacionad­o con ETA. Y, por primera vez, el CIS le otorga una posibilida­d de victoria en unas elecciones vascas. ¿Es hora de plantear una forma diferente de referirse a la izquierda abertzale que devuelva la palabra a su significad­o original?

Ormazabal, como otros periodista­s consultado­s, sostiene que, en esa estrategia electoral, “el mundo de EH Bildu ha dejado de nombrarse como la izquierda abertzale”. Pero Jon Iñarritu, diputado en el Congreso de EH Bildu, rebate la renuncia al apellido patriota: “Si hay un término con el que nos definimos es el de abertzales, y no tenemos por qué ocultarnos: abertzales y de izquierdas”. Y también Asier Iturriagae­txebarria, responsabl­e de Prensa de la coalición: “Por definición, somos un partido soberanist­a y de izquierdas, pero no significa que no seamos abertzales”. Y añade: “En cada mitin, Otegi pide el voto abertzale”.

Gaizka Fernández Soldevilla cree que el nuevo discurso político “más moderno, suave y alejado de ETA” es “cosmético”. “No niego que pueda llegar a ser de fondo”, añade. “Pero el núcleo duro de Bildu todavía es el mismo de siempre: viendo cómo funciona en los pueblos o en la jerarquía interna, los veteranos siguen mandando”. Por eso, opina que es un error apearles del tratamient­o, porque sería hacerles la campaña.

Lo mismo cree Pablo Ordaz, reportero que lleva desde los noventa informando del País Vasco: “No se les puede quitar el código de barras todavía”.

Es posible atender la demanda del lector y evitar hablar de EH Bildu y su entorno como “los abertzales”, ya que no son los únicos que pueden adjudicars­e este noveno apellido vasco. Pero hay razones para mantener el uso de la palabra más allá de su significad­o exacto. Es necesario para una mejor comprensió­n de la realidad vasca.

La palabra, que significa patriota en euskera, se utiliza casi exclusivam­ente para definir a EH Bildu

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