El Pais (Galicia) (ABC)

La policía acorrala a su objetivo gallego más huidizo

Juan Vidal Padín, ‘El Burro’, un conocido empresario de Pontevedra, tendrá que presentars­e en los juzgados cada 15 días, investigad­o por una insólita descarga de cocaína delante de su propia casa

- ELISA LOIS Pontevedra

En la historia del narcotráfi­co nunca están todos los que son, pero para la policía solo es una cuestión de tiempo, a veces muchos años de espera. Tarde o temprano, la codicia o el exceso de confianza acaba con aquellos que parecen intocables y son contados los casos de narcos que han sobrevivid­o en este negocio sin entrar en la cárcel por la táctica de la retirada. El caso de Juan Vidal Padín, alias El Burro, que lleva casi dos décadas en el candelero de las descargas de cocaína en la ría de Arousa pero sin caer en ninguna redada, es ahora el mayor reto policial de la costa oeste. El empresario, sin antecedent­es, fue detenido por primera vez este martes, y lo dejó en libertad la jueza que dirigió la investigac­ión en la que aparece como sospechoso de fletar en marzo de 2023 el cargamento de cocaína del Poseidón, el segundo narcosubma­rino apresado en Galicia procedente de Sudamérica. Según la investigac­ión, el semisumerg­ible se adentró hasta un kilómetro de distancia de la costa, frente al acantilado donde el empresario tiene su búnker particular, su chalé y varios negocios. Allí se realizó el desembarco de la cocaína que luego se almacenó en la nave industrial de una de sus empresas, Náutica Vidal, según la policía.

En medio de un enorme despliegue de agentes antidroga, Juan Vidal, de 54 años, pasó 24 horas esposado y no quiso declarar en la Comandanci­a de la Guardia Civil de Pontevedra aunque fue asistido por un abogado de oficio. Solo dijo que declararía en el juzgado donde fue sometido a un largo interrogat­orio. La jueza que dirigió la operación conjunta de la Unidad Central de Estupefaci­entes, las unidades del ECO y EDOA de la Guardia Civil y Servicio de Vigilancia Aduanera, lo dejó en libertad junto a otros cinco supuestos colaborado­res del presunto narco, uno de ellos arrestado en Fuertevent­ura.

La magistrada le impuso como medida cautelar su comparecen­cia quincenal en el juzgado como investigad­o por un presunto delito de contraband­o relacionad­o con las cuatro embarcacio­nes incautadas en una de sus empresas. Una de ellas estaba en construcci­ón y otra, la más llamativa de 16 metros y cuatro motores de 1.680 caballos, una de las mayores y potentes incautadas de la última generación de lanzaderas capaces de alcanzar aguas internacio­nales para alijar cargamento­s en apenas cinco horas.

Pese a un año de investigac­iones para reconstrui­r la llegada

del Poseidón a Galicia y su conexión con el avistamien­to mediante cámaras infrarroja­s de varias planeadora­s, días antes de que el narcosubma­rino apareciera a la deriva el 11 de marzo del pasado año, todo el esfuerzo policial ha sido inútil para implicar a El Burro en esta operación transoceán­ica, al menos por ahora. El hecho de que el semisumerg­ible de 15 metros de eslora apareciese flotando en el entorno de las propiedade­s del detenido es mucha casualidad

y un indicio más de las hazañas de El Burro, pero no es una prueba fehaciente, como tampoco se le ha podido involucrar con las dos enormes lanzaderas (cuyo coste se estima en unos 300.000 euros cada una) que apareciero­n varadas con motores y combustibl­e en distintas playas al otro lado de la ría, pero en la provincia de A Coruña. La hipótesis policial es que los pilotos las abandonaro­n al ser alertados de que habían sido descubiert­as por los radares del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) instalados en varios puntos estratégic­os de la ría de Arousa.

La investigac­ión concluye que, al no poder recoger ambas planeadora­s el cargamento en alta mar, Vidal ordenó a los tripulante­s del narcosubma­rino que se adentraran en la ría en una larga travesía nocturna. Una vez desembarca­do el alijo a pie de la playa desde donde se divisa Náutica Vidal, los marineros intentaron remolcar

el navío para sacarlo mar adentro, pero al no lograrlo optaron por abandonarl­o hasta que un mariscador lo divisó a la deriva.

Tras horas de registro en las naves de la empresa Hermanos Vidal Padín S. L., incluso con perros adiestrado­s ante la sospecha de que pudieron servir de escondite del alijo del Poseidón, los agentes no localizaro­n ni rastro de estupefaci­entes. Tampoco en la casa de Vidal ni en las del resto de los detenidos apareció alguna prueba, como anotacione­s o elementos de navegación que les relacionas­e con el viaje del Poseidón, y mucho menos para incriminar­los con el narcotráfi­co. La falsa alarma que generó la detención de El Burro ha agrandado todavía más la vieja leyenda en torno a este huidizo personaje que ha sabido vivir permanente bajo la sospecha de narcotrafi­cante, y al mismo tiempo estar alejado del foco mediático como un empresario multifacét­ico con negocios como la náutica de lujo, activos inmobiliar­ios y venta de productos de pesca y marisqueo.

El Burro ha conseguido ganarle por el momento la partida a la policía, rodeado de lugartenie­ntes leales e imponiendo un absoluto hermetismo en sus negocios. El afronta una investigac­ión por contraband­o y una exhaustiva inspección de la Agencia Tributaria por un posible blanqueo de dinero, según avanzó la policía.

Operación Campeón

Juan Manuel Vidal y su hermano Santiago, conocidos policialme­nte como Los Burros, constituye­ron un holding empresaria­l que llegó a superar las 30 sociedades en la pasada década. En 2011 una investigac­ión de Aduanas levantó la liebre de otro peso pesado de los negocios, el empresario lucense Jorge Dorribo (fallecido en 2019), dueño de los Laboratori­os Nupel. Sus declaracio­nes inculpator­ias dieron origen a la Operación Campeón, la mayor trama de fraude de subvencion­es, cohecho y tráfico de influencia­s juzgada en Galicia, aunque llegó a juicio desinflada por falta de pruebas.

Con los teléfonos pinchados Aduanas constató que Juan Vidal y Jorge Dorribo eran más que amigos y que estaban conectados con una empresa de gestión de préstamos hipotecari­os y promoción urbanístic­a que aparecía en el listado de sociedades de la causa. La relación de ambos era muy estrecha hasta el punto de que Dorribo llegó a comprar a través de Vidal dos yates (Mansoor y Evelyn), fondeados y embargados en el puerto deportivo de Vilagarcía de Arousa, de cuyo mantenimie­nto se encargaba su empresa náutica.

También aparece embargado en la causa un espectacul­ar chalé que Dorribo compró en 2007 por más de un millón de euros. La casa está estratégic­amente situada con vistas a la ría en una urbanizaci­ón de Carril, en el término municipal de Vilagarcía, cuyo promotor fue el excontraba­ndista y narcotrafi­cante Luis Falcón, Falconetti.

De la investigac­ión de la Agencia Tributaria afloraron varias subvencion­es que recibió Vidal. Aunque Aduanas no pudo probar un posible delito de blanqueo en sus negocios, las inspeccion­es de Hacienda que originaron la Operación Campeón sí dieron su fruto. La Agencia Tributaria denunció ante la fiscalía de Pontevedra a Padín Vidal por fraude fiscal, al no declarar 600.000 euros de los dos millones que supuestame­nte recibió de una promotora creada en 2001 para construir una urbanizaci­ón en Toledo.

La jueza lo dejó en libertad con medidas cautelares tras ser detenido el martes

El acusado ha sabido vivir siempre bajo la sospecha de ser narcotrafi­cante

 ?? ÓSCAR CORRAL ?? Juan Manuel Vidal Padín salía detenido el martes de un registro en Vilaxoán (Pontevedra).
ÓSCAR CORRAL Juan Manuel Vidal Padín salía detenido el martes de un registro en Vilaxoán (Pontevedra).

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