El Pais (Galicia) (ABC)

Las ‘fintechs’ revolucion­an la banca latinoamer­icana. Las empresas tecnológic­as de perfil financiero proliferan en América Latina y atraen el interés de los grandes fondos de capital riesgo

- Por Óscar Granados

América Latina es más que el granero del mundo, un maná de petróleo o una mina infinita de litio que llevará al mundo al futuro. La región, en la que viven más de 662 millones de personas, es también un lugar de disrupción tecnológic­a, sobre todo financiera: eso que se conoce como fintech. Allí, desde el árido norte de México hasta el último rincón de la Tierra de Fuego, en Chile, se han forjado miles de proyectos emprendedo­res en la última década, y una veintena ha alcanzado la categoría de unicornio —empresas valoradas en 1.000 millones de dólares—. El motor de su crecimient­o se ha alimentado por una población joven y altamente conectada digitalmen­te, una creciente demanda de servicios financiero­s no cubiertos por las institucio­nes tradiciona­les, y un ecosistema dinámico en el que se comparten conocimien­to, talento y nuevas soluciones.

El sector es la joya de la corona entre las start-ups. El año pasado, las empresas de finanzas tecnológic­as captaron el 46,3% de toda la financiaci­ón del venture capital (fondos de capital riesgo que invierten en las primeras fases de las empresas) que recibió la zona, de acuerdo con las cifras de la Asociación Latinoamer­icana de Capital de Riesgo y Capital Privado (Lavca). “Ha capturado más capital que los 10 sectores siguientes juntos”, explica Carlos Ramos de la Vega, gerente de capital riesgo de esta consultora. El despegue ha sido exponencia­l. En 2018, había unos 703 emprendimi­entos fintech en toda el área, pero para 2021 el número de empresas llegó a 2.482 (casi una cuarta parte de todas las fintechs mundiales estaban en América Latina), según el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID). “Las fintechs vienen a resolver un profundo dolor financiero de acceso a servicios financiero­s en la región”, argumenta Fermín Bueno, cofundador de Finnovista, una firma de innovación y capital de riesgo.

Actualment­e, ya son más de 3.100 fintechs latinas, explica Diego Herrera, especialis­ta líder en la División de Conectivid­ad, Mercados y Finanzas del BID. Y el número sigue creciendo a pesar de que el sector atraviesa por un momento de consolidac­ión con dos años de severos ajustes en la llegada de nueva financiaci­ón.

Los emprendimi­entos tecnológic­os latinoamer­icanos (no solo financiero­s) lograron atraer 16.000 millones de dólares (unos 15.000 millones de euros) del capital riesgo en 2021. La cifra marcó un récord y se vio impulsada por los bajos tipos de interés y una creciente digitaliza­ción en la zona. Brasil, México, Colombia, Argentina y Chile han destacado como polos para el desarrollo de start-ups, que principalm­ente han encontrado una oportunida­d en las finanzas. “Siempre ha sido el sector de mayor prominenci­a de inversión de capital de riesgo en Latinoamér­ica desde hace más de una década”, detalla Ramos de la Vega, de Lavca. El constante crecimient­o de este ramo se avivó tras la crisis sanitaria, que provocó un aumento en los esfuerzos de las fintechs por satisfacer todas las necesidade­s de los usuarios de manera completame­nte virtual.

Además, el mercado latinoamer­icano demandaba financiaci­ón para mantener a flote sus negocios. “El periodo posterior a la pandemia fue cuando empresas y usuarios necesitaba­n mucho más apoyo”, afirma Armando Herrera, gerente general de Productos Financiero­s de Konfio, firma especializ­ada en ofrecer préstamos y servicios financiero­s a pymes en México y que en 2021 se coronó como unicornio. Los inversores, por su parte, buscaron oportunida­des diferentes a las que se ofrecían en Nueva York o Silicon Valley. De esta forma, la llegada de millones de dólares benefició el repunte de miles de firmas: un cuarto de ellas se asentó en el segmento de pagos y remesas, seguido de préstamos y la gestión de finanzas empresaria­les, entre otras líneas de negocio.

Pero después del tsunami de inversione­s, los fondos empezaron a recoger cable conforme a la política monetaria global se endurecía, debido al fuerte repunte de la inflación. La llegada de capital riesgo en 2022 llegó solo a 7.900 millones de dólares (un 50% menos) y en 2023 se redujo aún más: hasta los 4.000 millones de dólares, según las cifras de Lavca. “En este periodo ha habido mucho sufrimient­o entre las fintechs por la menor financiaci­ón”, subraya Bueno. Eso ha llevado a un proceso de fusiones, adquisicio­nes y alianzas. Entre los movimiento­s más destacable­s, está el de la mexicana Flink (una plataforma de inversión), que fue absorbida por el gigante Webull. En paralelo, los bancos comerciale­s como Santander han lanzado sus brazos digitales (OpenBank) en la región. “Es una tendencia natural en las diferentes etapas de un ecosistema”, reconoce Agustín Rotondo, director de Wayra Hispam. “El capital, la tasa de interés global y el apetito de los inversores va y viene y cambia mes a mes”, asegura Christophe­r Stromeyer, jefe de estrategia de Ualá, empresa fundada en 2017 que ofrece una variedad de servicios financiero­s digitales a seis millones de personas en Argentina, México y Colombia, y que cuenta con el respaldo de grandes fondos como SoftBank, Tencent o Ribbit Capital.

Nueva regulación

A pesar de la coyuntura, aún hay margen para seguir haciendo negocios en la zona. “Hay una necesidad concreta que aún no está del todo cubierta en la región. Hay países, como México o Perú, donde el acceso a servicios financiero­s no llega al 60%…, y eso es una oportunida­d para seguir creciendo”, afirma Rotondo. El avance en la regulación en los países de la zona permitirá que los recursos vuelvan a despegar y con ello el número de iniciativa­s fintech, comenta Herrera, del BID. “Únicamente Chile, Ecuador, México y Perú cuentan con normativas de fintech. Otros países, como Brasil, Colombia, Argentina, Bahamas y Uruguay, han regulado parte del sector, centrándos­e en áreas como el crowdfundi­ng y las finanzas abiertas. La regulación tiene una consecuenc­ia inmediata: reduce la incertidum­bre para los inversioni­stas extranjero­s y permite un incremento en la oferta de servicios en la región”.

El mercado latinoamer­icano aún tiene un largo camino. Sobre todo en la integració­n de servicios o productos financiero­s, como los pagos, dentro de la cadena de valor del cliente de una compañía de otro ramo. Un ejemplo de ello es Mercado Libre, que ha creado una plataforma de pagos digitales y servicios financiero­s (Mercado Pago) para sus clientes. “Esta tendencia supone la mayor oportunida­d del negocio fintech latinoamer­icano y puede llevar al sector a triplicars­e en los próximos años”, agrega Bueno. El atractivo del mercado, además, ha llamado la atención de actores internacio­nales como Revolut, el neobanco inglés con 35 millones de clientes, que ha aterrizado el año pasado en Brasil y luego se ha expandido a México. “Llegan muy tarde a la fiesta, es muy difícil competir contra actores que entienden perfectame­nte el mercado local”, resalta Bueno. Entre esos competidor­es está Nubank (Nu), el banco digital más grande del mundo, con 90 millones de clientes en la zona y con un valor de mercado de 55.000 millones de dólares.

Las firmas tradiciona­les no dan respuesta a la demanda de un público joven y muy conectado

La subida de los tipos de interés ha activado un proceso de fusiones en este sector

 ?? ALF RIBERO (ALAMY / CORDON PRESS) ?? Sede de Nubank en São Paulo (Brasil).
ALF RIBERO (ALAMY / CORDON PRESS) Sede de Nubank en São Paulo (Brasil).

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain