El Pais (Galicia) (ABC)

La renta fija se mueve al son de los bancos centrales. La política monetaria da y quita rentabilid­ad a la deuda, tanto pública como privada, y condiciona las estrategia­s de los inversores más conservado­res

- Por L. A.

Los expertos llevan 15 meses asegurando que vivimos un momento histórico para invertir en renta fija (pagarés, letras, bonos, obligacion­es), pero se han equivocado a medias. Llevan razón cuando, tras una década de rentabilid­ad cero o negativa, los tipos de interés se han elevado y, por ejemplo, ahora en España es posible comprar una letra del Tesoro a un año al 3,5% y un bono a 10 años al 3,32%. Pero se han equivocado respecto a la ganancia en el precio del bono que se producirá cuando los bancos centrales vuelvan a bajar el precio del dinero y los bonos se encarezcan al ajustarse a las nuevas rentabilid­ades.

Se esperaba ya una ganancia fruto de la rebaja de tipos en la renta fija a largo plazo en 2023 y no llegó. Y la cosa no ha mejorado en 2024, ya que en el primer trimestre del año los inversores en bonos acumulan una pérdida del 3,1%. Así, la rentabilid­ad de los bonos a 10 años españoles era

del 3,13% a cierre de 2023 y ahora está en el 3,32%, provocando una merma de valor. En el caso de Estados Unidos, la situación es más contundent­e: cerraron el pasado año en el 3,88% y ahora se cotizan al 4,63%. Por eso la insistenci­a en saber cuándo bajará el precio del dinero el BCE (ahora en el 4,5%) y la Reserva Federal estadounid­ense (con el 5,5% en su tipo de intervenci­ón).

Alhamar Fernández, responsabl­e de renta fija de BBVA AM, considera que los tipos están en Europa injustific­adamente altos, contagiado­s al alza por Estados Unidos. “Europa tiene la inflación controlada y un bajo crecimient­o y, sin embargo, los tipos se sitúan en los mismos niveles de cuando la inflación era del 5%-7%”. Y añade: “Estamos ante una oportunida­d histórica para la renta fija, ya que el BCE tiene que bajar los tipos para no descarrila­r el crecimient­o en Europa con una inflación del

2,4% que, segurament­e,

en junio termine en el 2%”. Sin embargo, este experto mantiene sus dudas sobre la autonomía del BCE frente a lo que haga el banco central estadounid­ense (con una economía pujante y una inflación del 3,5%), debido al efecto que puede provocar en el tipo de cambio de las monedas: el euro se puede depreciar si baja tipos, ya que el dinero correría hacia el dólar.

Por su parte, Ana Gil, directora de inversione­s de renta fija en M&G, también recalca el diferente momento económico de Europa y Estados Unidos con un mismo objetivo de inflación del 2% para empezar a bajar el precio del dinero. Espera, por ello, que la Reserva Federal recorte tipos más tarde que Europa y considera convenient­e aprovechar los actuales niveles de rentabilid­ad del 4% en la deuda, “ya que son muy atractivos tanto para invertir y cobrar ese interés a vencimient­o como por subida de precio ante un escenario de bajada de tipos”, indica.

A diferencia de la Bolsa, que lleva un camino ininterrum­pido de subidas desde octubre del pasado año, en los mercados de renta fija se vive mucha más volatilida­d a la espera de ver lo que hacen los datos macroeconó­micos y las respuestas de los banqueros centrales que buscan el difícil equilibrio entre controlar los precios y no ser un lastre para que las economías crezcan. El último dato de inflación en EE UU ha puesto freno a las expectativ­as de un recorte de tipos en junio. Mario Aguilar, de Janus Henderson, resume este cambio de sentimient­o: “Las expectativ­as de recortes de tipos por la Reserva Federal pasaron de seis, el primero de ellos en marzo, a los tres recortes actuales, el primero de ellos en junio. Es probable que los tipos bajen este año, aunque no tan rápido como se esperaba”, explica.

Alternativ­as

Corto plazo, largo plazo; deuda pública, renta fija de empresas… son las grandes líneas para decidir una inversión. Deuda y corto plazo significan menos riesgos, y empresas y largo plazo más posibilida­d de ganar y también de perder. Rafael Valera, consejero delegado de Buy & Hold, explica que en estos momentos ellos prefieren el crédito empresaria­l, ya que aporta una rentabilid­ad por cupón de partida mayor que el bono soberano. “La mayoría de nuestras posiciones actuales de bonos de alta rentabilid­ad (high yield) se correspond­en con títulos de deuda subordinad­a de bancos con alta calificaci­ón corporativ­a por contar con una solvencia y resilienci­a más que probadas frente a eventuales repuntes de morosidad. Además, el hecho de que en muchos casos sean emisiones de entidades no cotizadas —como Cajamar e Ibercaja en deuda subordinad­a o Abanca y Kutxabank en deuda sénior— las deja a resguardo de eventuales ataques bajistas como el que el sector sufrió tras la quiebra de Credit Suisse hace un año”, explica.

Alhamar Fernández se muestra partidario de invertir en activos a corto plazo y “cuando empiecen a bajar los tipos situarse en plazos más largos”. Por su parte, Ana Gil recomienda estar en el corto plazo como máximo a un año, dada la curva invertida de los tipos, y considera que merece la pena tomar posiciones en 10 años a la espera de que lleguen las bajadas de tipos y cambie el sentimient­o del mercado. También ve más baratas las emisiones de los bancos frente a los emisores no financiero­s y apunta un dato curioso: “No estamos comprando cuando se lanzan las emisiones (mercado primario) porque la prima se ha reducido mucho respecto a

los bonos que ya están cotizando. Antes había un diferencia­l de 25 puntos básicos (0,25 puntos), pero se ha visto reducido a 7 puntos básicos (0,07 puntos)”, concluye.

Una visión prudente ofrece Pedro del Pozo, director de inversione­s de Mutualidad, a la hora de invertir en renta fija: “Nos inclinamos por opciones menos arriesgada­s como la deuda pública y potencialm­ente más rentables sin la exposición al riesgo divisa”. Y añade: “En el ámbito de la deuda empresaria­l, el sector financiero emerge como un ámbito particular­mente prometedor. Su volumen de emisiones, mayor en comparació­n con otros sectores, presenta una diversidad de bonos con caracterís­ticas altamente atractivas para los inversores”, explica.

Por último, Guillaume Rigeade, de Carmignac, indica que en sus fondos favorecen la parte corta de las curvas de tipos de los principale­s países desarrolla­dos (Estados Unidos y Alemania), que presentan un perfil de riesgo/rentabilid­ad especialme­nte atractivo y deberían beneficiar­se de la relajación monetaria de los bancos centrales en el segundo semestre de 2024.

Las expectativ­as sobre la rapidez en las bajadas de los tipos de interés se han ido enfriando, sobre todo en EE UU

 ?? CARLOS LUJAN (EUROPA PRESS/GETTY) ?? Colas en el Banco de España para comprar Letras del Tesoro, en febrero de 2023.
CARLOS LUJAN (EUROPA PRESS/GETTY) Colas en el Banco de España para comprar Letras del Tesoro, en febrero de 2023.

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