Italia se gana el derecho a rescatar de California al ‘Atleta victorioso’
Estrasburgo sentencia que Roma puede exigir el retorno de la estatua de bronce griega, en posesión de la Villa Getty de Malibú
El Atleta victorioso —o Atleta de Fano—, una estatua de bronce del periodo griego clásico (300100 a. C.) atribuida por los estudiosos al artista Lisipo y expuesta en un museo de California, tiene que volver a Italia. Tras una larguísima e intensa batalla legal, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo falló ayer que Italia tiene derecho a confiscar la obra al museo Villa Getty de Malibú, que además actuó con “negligencia” o “mala fe” al comprar la pieza, pese a que conocía que Italia estaba tratando de recuperarla, dicen los jueces europeos. La escultura, que representa a un joven atleta que se toca la corona de olivo que luce en la cabeza con la mano derecha, es una de las pocas figuras de bronce griegas a tamaño real que se conservan en el mundo.
Roma, que emprendió hace tiempo una lucha para recuperar bienes expoliados, asegura que la figura del Atleta victorioso fue sacada de contrabando y vendida ilegalmente hasta terminar en manos del fondo que gestiona el museo estadounidense. Este puede ser el final del camino para la estatua, en el centro de una polémica mucho más amplia sobre la restitución de patrimonio histórico. Sin embargo, Getty ha insinuado que recurrirá la sentencia.
La estatua del Atleta victorioso fue hallada por unos pescadores en 1964 en el mar Adriático, frente a la costa de Pedaso (Marcas, Italia). Pero un año después fue vendida a un desconocido y subastada en Múnich (Alemania) por una empresa con sede en Liechtenstein, según detalla la sentencia europea. Se abrieron entonces dos investigaciones en Italia, una por la recepción y manipulación de un objeto arqueológico robado perteneciente al Estado, y otra por exportación ilegal. En 1977, el Getty Trust, que gestiona el centro de arte, compró la estatua mediante un contrato firmado en el Reino Unido por 3,95 millones de dólares. El Atleta victorioso llegó a Villa Getty, cerca de Los Ángeles, en marzo de 1978.
Tras conocer la venta, las autoridades italianas iniciaron el proceso para recuperar la pieza, relata la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, a través de instituciones, órdenes de Interpol, varias investigaciones penales internas, una carta de solicitud al Gobierno del Reino Unido —por donde transitó la estatua— y otra carta de solicitud a las autoridades estadounidenses. Todo sin ningún resultado. El Atleta victorioso terminó en Villa Getty.
El Ministerio de Patrimonio Cultural y Medioambiental italiano empezó entonces un periplo diplomático ante el Gobierno
de Estados Unidos, esgrimiendo la convención de la Unesco sobre los medios para prohibir y prevenir las importaciones, exportaciones y transferencias de propiedad ilícitas —de la que son signatarios tanto Italia como EE UU—. Pese a que se logró que la estatua formara parte de un acuerdo de devolución junto a otros tesoros arqueológicos, el Getty se negó a retornar la pieza alegando que los presuntos delitos habían prescrito y que Getty Trust había actuado de buena fe al comprar la estatua.
En 2010, los esfuerzos diplomáticos se transformaron en un periplo judicial que ha terminado en Estrasburgo.
El ministro italiano de Cultura, Gennaro Sangiuliano, se mostró “enormemente feliz” por la sentencia, por unanimidad, del Tribunal de Estrasburgo, según publicó en sus redes sociales. Sangiuliano explicó que solicitará formalmente la ayuda de EE UU —que no forma parte de los convenios del Tribunal de Estrasburgo— para confiscar la estatua. Su
Gobierno, el de Giorgia Meloni, ha incrementado los esfuerzos jurídicos y diplomáticos para la restitución del patrimonio cultural y amenaza con suspender las colaboraciones con los museos que se niegan a acatar las órdenes de restitución emitidas por los tribunales italianos.
Getty, que recurrió al Tribunal de Derechos Humanos en 2019, tiene ahora tres meses para apelar el fallo del alto tribunal europeo. Si no lo hace, la sentencia será firme. “Creemos que la posesión pública por parte de Getty durante casi 50 años de una obra de arte que no fue creada por un artista italiano ni encontrada en territorio italiano es apropiada, ética y consistente con el derecho estadounidense e internacional”, declara la institución en un comunicado en el que asegura que seguirá los cauces legales “procedentes” para defender que tiene derecho a quedarse con la figura.
“Demostración razonable”
Los jueces europeos, sin embargo, aseguran que la estatua es italiana no solo porque la insignia del barco pesquero que la localizó era italiana, sino también porque ha habido “una continuidad entre la civilización griega, que se había expandido en territorio italiano, y la posterior experiencia cultural romana”.
“El Tribunal ha considerado que las autoridades italianas han demostrado razonablemente que la estatua había formado parte del patrimonio cultural de Italia y también había pertenecido legalmente al Estado cuando los tribunales italianos dictaron la orden de confiscación”, argumenta el tribunal de Estrasburgo en su fallo. Los jueces europeos detallan en la sentencia que Italia tiene derecho a recuperar la pieza en virtud de varios instrumentos internacionales para proteger los bienes culturales, bienes robados y la devolución de bienes culturales sacados ilegalmente de un Estado. La lista de leyes y reglamentos a la que recurren en la sentencia para avalar la confiscación es larga.