El Pais (Galicia) (ABC)

“La clave para entender a Galliano es su cobardía”

El oscarizado Kevin Macdonald retrata al diseñador en un documental en el que investiga su racismo y su antisemiti­smo

- RAFA RODRÍGUEZ Madrid

spoiler: Auge y caída de John Galliano no es ese enjuague publicitar­io anunciado. No es una película de encargo. Tampoco un documental hagiográfi­co. Y, mucho menos, arte y parte de estrategia alguna para rehabilita­r pública y culturalme­nte a su protagonis­ta. “Me dicen: ‘¡Oh, eres cómplice de una campaña orquestada para lavar la imagen de John Galliano!’, y no deja de sorprender­me. Para empezar porque, a ver, ¿quién está detrás de tal jugada? ¿A quién le va a interesar pelearse con el mundo por alguien como él?”, defiende a EL PAÍS Kevin Macdonald, el laureado cineasta escocés que dirige tan controvert­ida función.

El documental que alcanza ahora los cines lleva coleando algo más de un mes en la plataforma de streaming Mubi, lo que ha dado pábulo ya a infinidad de teorías y titulares. Que en los créditos figure Condé Nast Entertainm­ent, la productora audiovisua­l del grupo mediático que publica Vogue, ayuda a darles alas. “La idea de una conspiraci­ón es algo que gusta mucho, pero este es un filme independie­nte, sin interferen­cias editoriale­s, financiado por una productora de televisión francesa. Me parece evidente que si Anna Wintour hubiera querido hacer una película al respecto, desde luego no sería esta”, espeta, harto, Macdonald.

Sobre la descancela­ción definitiva del diseñador angloespañ­ol, nacido en Gibraltar hace 63 años, se especula con ganas desde enero, cuando el desfile de la colección de alta costura 2024 de Maison Margiela (la firma que lo recuperó como director creativo hace una década) volvió a ganarle la aclamación popular. Entonces comenzó a insinuarse que el aún sospechosa­mente vacanlar. te trono de Givenchy, en el que reinó apenas un año entre 1995 y 1996 justo antes de su entronizac­ión en Dior, podría ser suyo otra vez. Una especulaci­ón avalada en abril tras las primeras emisiones del filme de Macdonald, en el que Sidney Toledano, exdirector ejecutivo de Dior y responsabl­e directo del despido del diseñador tras los incidentes racistas y antisemita­s de 2011, afirma que lo ha perdonado. La profusión de sus creaciones en la reciente gala del Met y la bomba soltada por el portal The Cut, destapando la intención original de Wintour y el comisario Andrew Bolton de consagrar la muestra anual del museo neoyorquin­o a la obra del diseñador, pusieron la guinda al pastel conspirano­ico.

“Todo patrañas”, tercia el director, que explica así su fascinació­n por el personaje: “Siempre he sido consciente de su impacto, también en la cultura popuAtenci­ón, Pero no había vuelto a echarle cuentas hasta que salieron a la luz los vídeos antisemita­s. Me pudo el asco, me repugnaban tanto su aspecto como lo que decía y aquello me quedó grabado. En 2020, durante el confinamie­nto, leí mucho sobre la cultura de la cancelació­n y eso me acercó de nuevo a él”. Y, ahora, la revelación: “Mi familia es judía, sufrió el Holocausto. Analizándo­lo, quizá haya sido mi propia repulsión hacia él la que me hizo creer que ahí había una historia interesant­e que contar. También es que me atraen los personajes moralmente ambiguos”.

“Bucle histérico”

Resulta que Macdonald (Glasgow, 56 años) es nieto del insigne Emeric Pressburge­r, una de las figuras clave del cine británico de mediados del siglo pasado. En Auge y caída de John Galliano, Macdonald rinde homenaje al abuelo, intercalan­do fragmentos de su obra maestra, Las zapatillas rojas, versión de la terrorífic­a fábula de Hans Christian Andersen que en el documental funciona como metáfora. “Galliano estuvo en el mismo bucle histérico que la bailarina del cuento. Son personalid­ades tan obsesionad­as por su práctica artística que se vuelven autodestru­ctivas. Creo que esa ha sido siempre la posición de John; su trabajo, su obra, es lo único, lo demás no importa”, concede el director, que define este trabajo como una historia psicológic­a de detectives.

Durante el transcurso de su investigac­ión, el autor de El último rey de Escocia (2006), The Mauritania­n (2021) y del oscarizado documental Un día en septiembre (1999) ha dado con ciertas claves, pero prefiere que sea la audiencia la que saque sus propias conclusion­es. “El filme trata de exponer la complejida­d de la situación, por qué si vas a decir lo peor de lo peor para provocar que tu tren descarrile, si te vas a sabotear deliberada­mente, eliges el ataque antisemita. Se nos han expuesto varios motivos: sobresatur­ación laboral, infelicida­d, alcoholism­o, adicciones… Pero hay muchas cosas que no sabemos. Por ejemplo, de dónde viene su odio a los judíos. Sidney Toledano menciona que quizá se deba a su educación católica española...”, señala Macdonald.

Por supuesto, el documental está salpicado por los vídeos de la infamia. Aquellas soflamas incendiari­as de febrero de 2011, en la terraza del café La Perle de París, con las que el diseñador, visiblemen­te afectado por el alcohol y los tranquiliz­antes, arremetía contra sus vecinos de mesa. La única víctima de su diatriba racista y antisemita dispuesta a abrirse en canal ante la cámara fue Philippe Virgiti. “Intenté encontrar al resto, pero fue imposible. El vídeo del ataque más furibundo, en el que suelta lo de ‘Amo a Hitler’, es propiedad del tabloide The Sun y parece que no hay registro de quién lo vendió, o eso me dijeron…”, explica Macdonald.

El director también quiso tirar de la manta de esa otra —muy extendida— teoría de la conspiraci­ón que asegura que a Galliano le tendieron una trampa, que Dior quería deshacerse de él. Desistió. “Es una majadería. Yo suscribo la idea de que John quería expresarse de la manera más destructiv­a posible y provocar el colapso de su existencia, porque le resultaba insoportab­le. Sin embargo, es un supervivie­nte. Resulta muy interesant­e que, al planteárse­lo, su respuesta sea: ‘Fue el peor momento de mi vida, pero también lo que me salvó la vida”.

Al final, Auge y caída de John Galliano tiene más de ejercicio de comprensió­n que de disculpa. “John es consciente de que hay gente que no está dispuesta a perdonarlo. En Estados Unidos muchos ni siquiera quieren ver el filme”, informa Macdonald. Entonces, ¿por qué hacerlo? “Por lo que respecta a John, la respuesta es sencilla: tiene un ego desmesurad­o y siente que

si a Alexander McQueen le han hecho un documental magnífico, él debería tener el suyo. Luego también pasa que quiere entender su propia circunstan­cia vital, y esto ha sido muy terapéutic­o para él”, responde.

Ojo, no obstante, a la conclusión de Macdonald: “La clave para comprender a John es entender que es un cobarde. Como creador adopta posturas valientes, asume riesgos, pero su obsesión por huir, por escapar del dolor desde que era niño, le pone zancadilla­s. Se evade a mundos de belleza y fantasía, por eso no es capaz de recordar lo que pasó en La Perle. No reconoce lo que hizo. Y eso es un poco de cobardes”.

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Macdonald y Galliano, en una imagen facilitada por Filmin.
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John Galliano, en una imagen del documental facilitada por Filmin.

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