La doxiciclina, la gran esperanza contra la explosión de casos de sífilis y clamidia
La toma de una pastilla de 200 miligramos en las 72 horas siguientes a una relación sexual sin preservativo reduce en un 80% la posibilidad de infección
Innovar con terapias punteras es un objetivo prioritario de la medicina para hacer frente a los grandes retos en salud. En ocasiones, sin embargo, la solución a algunos problemas ya se encuentra en los cajones de las farmacias y los avances científicos pasan, en realidad, por investigar nuevos usos para viejas moléculas. Es el reposicionamiento de medicamentos y este ha sido hasta el momento la mejor alternativa que los investigadores han encontrado ante una de las mayores preocupaciones de las autoridades sanitarias internacionales: la explosión de infecciones de transmisión sexual (ITS), un fenómeno global que castiga a Europa con especial virulencia.
“La doxiciclina es un antibiótico usado desde hace décadas para curar muchas infecciones. Ahora, nuevas investigaciones han demostrado que una pastilla de 200 miligramos, utilizada como profilaxis en las 72 horas siguientes a un contacto sexual de riesgo, reduce en cerca de un 80% la posibilidad de contraer sífilis y clamidia, dos de las ITS más comunes. Y este cambio en el uso del medicamento es un avance sustancial, porque es la primera vez en la que se describe una intervención farmacológica sencilla de aplicar que previene estas infecciones tan comunes en algunos grupos”, explica Santiago Moreno, jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, en Madrid.
La profilaxis posexposición con doxiciclina, conocida como
doxi-PEP, es un tema de máximo interés en los congresos científicos relacionados con las ITS. La razón es el imparable crecimiento de los contagios, del que han alertado la OMS y el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades. Los casos de sífilis en la UE crecieron en 2022 un 34% respecto al año anterior, mientras en España la incidencia de la enfermedad se ha multiplicado por 10 este siglo —de 1,77 casos por 100.000 habitantes en 2000 a 17,10 en 2022—, según un reciente informe del Ministerio de Sanidad.
María del Mar Vera, presidenta del Grupo de Estudio en Infecciones de Transmisión Sexual de
la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (GeITS-SEIMC), expone que “este incremento global ha obligado a impulsar nuevas estrategias preventivas y la doxiciclina ofrece unos resultados muy prometedores”. Sin embargo, avisa de que “el riesgo de favorecer el desarrollo de resistencias o los posibles efectos adversos del uso continuado de este fármaco” son limitaciones que exigen “prudencia” antes de extender este uso.
Tres grupos de estudio de la SEIMC —GeITS, GeSIDA y GEMARA, este último de resistencias a los antimicrobianos— publicaron en marzo “un documento de posicionamiento”, validado por Sanidad, que recoge la evidencia científica disponible e incluye unas recomendaciones. Según el texto, “la prescripción de la doxi-PEP se valorará únicamente y de manera individualizada en HSH [hombres que mantienen relaciones con hombres] o MTG [mujeres transgénero] que tienen sexo con hombres y que han presentado reiteradas ITS en el último año”. La toma de la pastilla “debe hacerse lo antes posible tras un contacto sexual” de riesgo, “idealmente en las primeras 24 horas, y nunca después de las 72 horas”.
Los grupos de la SEIMC también insisten en que “la prevención de las ITS mediante la doxi-PEP no debe realizarse a expensas de las medidas preventivas establecidas, por lo cual es fundamental informar al paciente sobre la importancia y la necesidad de mantener relaciones sexuales con protección”.
Un grupo de investigadores franceses publicaron en 2018 el primer gran estudio sobre la doxi-PEP. El trabajo siguió durante 10 meses a 232 participantes usuarios de la PrEP, una pastilla que evita el contagio del VIH si se toma antes de las relaciones sexuales de riesgo. Este fármaco ha demostrado una gran efectividad para evitar infecciones por el virus, pero este éxito ha tenido un efecto indeseado: reducir entre algunos grupos el uso del preservativo, lo que a su vez ha contribuido al aumento de otras ITS, coinciden los expertos consultados.
“Las investigaciones en Francia y Estados Unidos han mostrado que la doxi-PEP logra una disminución del 80% o superior del riesgo de contraer sífilis y clamidia entre usuarios de PrEP y pacientes con VIH en comparación con placebo. Frente a la gonorrea, en cambio, la doxiciclina no ha demostrado tener una efectividad significativa, lo que con seguridad se debe a las resistencias que el gonococo [la bacteria que la causa] ya ha desarrollado”, explica Moreno.
Estas evidencias han abierto un debate sobre el alcance que debe tener el uso de la doxi-PEP como estrategia de salud pública. Los tres grupos de la SEIMC abogan por utilizarla de forma individualizada solo cuando hay antecedentes de reiteradas ITS.
Sanidad ha colaborado y revisado el documento de la SEIMC, que ha sido “compartido con las comunidades dentro del Plan Nacional contra la Resistencia Antibiótica para trabajar conjuntamente en el abordaje de esta nueva estrategia preventiva y sus posibles implicaciones”, apunta Julia del Amo Valero, directora de la División para el control del VIH, ITS, hepatitis virales y tuberculosis del ministerio.