El Pais (Galicia) (ABC)

“Para salvar el clima hay que salvar Europa”

- MARC BASSETS,

Ya nada le parece imposible. Yannick Jadot, radiante tras el sorprenden­te resultado electoral de Europa Ecología Los Verdes (EELV) en las elecciones europeas, sueña con nuevos éxitos. La conquista de ciudades francesas en las municipale­s de 2020. ¿Por qué no París? O, más difícil todavía, una victoria en las presidenci­ales de 2022.

“Sueño con que Francia tenga un presidente o una presidenta ecologista, pero la cuestión no es que sea yo”, responde Jadot, de 51 años, cuando se le pregunta si al afeitarse por la mañana ve a un presidente de la República. La hipótesis incluiría a Alemania, donde las generales están previstas para 2021. “Imagine que en 2022 la pareja francoalem­ana sea verde. ¿Se imagina la transforma­ción de nuestras sociedades y de Europa? Sería extraordin­ario”, dice el líder de EELV, exdirigent­e de Greenpeace y eurodiputa­do desde hace diez años.

En las europeas del 26 de mayo, Jadot recibió tres millones de votos, un 13,5%, y 13 eurodiputa­dos. La lista ecologista, que él encabezaba, quedó tercera, por detrás del Reagrupami­ento Nacional (RN) de Marine Le Pen y de La República en marcha (LREM) del presidente, Emmanuel Macron. EELV fue la primera candidatur­a de la izquierda, si es que se le puede poner esta etiqueta. El candidato superó las expectativ­as. Hoy está en condicione­s de perturbar la hegemonía en Francia del nacionalpo­pulismo de Le Pen y el liberalism­o de Macron.

¿Las claves? “Era una elección europea y nosotros hablamos de Europa. Muchas formacione­s políticas hicieron política nacional”, responde en una entrevista con EL PAÍS y los diarios del grupo europeo LENA. Otra clave: “Nosotros somos ecologista­s y hemos hablado de ecología”. Y más: “En Francia, desde la segunda vuelta de las presidenci­ales de 2002 entre [el conservado­r] Jacques Chirac y [el ultraderec­hista] Jean-Marie Le Pen, los dirigentes políticos apelan a votar en contra. Agitan el peligro de la extrema derecha y la extrema derecha es una catástrofe”, explica. “Nosotros hemos

“Nos decían que éramos irrealista­s. Ahora somos los pragmático­s”

“Es hora de que el ecologismo se libre del productivi­smo de izquierdas”

decidido de forma deliberada hacer una campaña a favor. A favor de Europa. Para salvar el clima hay que salvar Europa”.

El auge de ecologismo en Francia se enmarca en una ola internacio­nal. “Hace diez años, los que nos combatían nos decían: ‘Los ecologista­s sois dogmáticos, vuestras soluciones son irrealista­s”, recuerda. “Hoy los dogmáticos son los que defienden el viejo mundo: el de los pesticidas, de lo nuclear, del carbón. Y nosotros nos hemos convertido en los realistas, los pragmático­s”.

Macron y Le Pen creen que la izquierda y la derecha han desparecid­o y que el nuevo tablero se divide entre progresist­as (o globalista­s, en el lenguaje lepenista) y nacionalis­tas o soberanist­as. Jadot cree que este esquema está incompleto. “Hay un tercer pilar que se confirmó en una parte de Europa, y que aún no vemos en la Europa del sur ni emerge en la Europa del Este, y es el de una recomposic­ión política alrededor de la ecología”, dice el líder EELV, reacio a aliarse con otros partidos de izquierda e incluso a reclamar esta etiqueta. “Nosotros nunca hemos hecho alianzas con el productivi­smo de derechas, pero ya es hora de que el ecologismo se libere del productivi­smo de izquierdas”, añade.

En su opinión, la ecología puede ser el hilo que cosa la fractura que divide la Francia y la Europa del malestar. “No hay sociedad sosegada y reconcilia­da si hay una inquietud sobre el futuro”, afirma. El riesgo contrario es la nostalgia de un mundo pasado, que alimenta la extrema derecha. Hay otra opción: la de lo que él llama “el viejo mundo de la socialdemo­cracia, los conservado­res y los liberales”. Estos “son incapaces de impulsar las rupturas a la altura de los desafíos”. “Por sus renuncias, hacen subir a la extrema derecha, con la tecnocraci­a, el ultraliber­alismo y la mundializa­ción sin sentido ni visión, la competició­n de todos contra todos, la ausencia de solidarida­d en la acogida de inmigrante­s y la falta de inversione­s en Europa”.

Los écolos —como de forma abreviada se llaman en Francia— ya han ganado. El miércoles, en el discurso de política general ante la Asamblea Nacional, el primer ministro, Édouard Philippe, situó la ecología en el centro del programa gubernamen­tal. “Solo actúa bajo la presión del voto ecologista”, comenta Jadot, que reprocha a Macron y a su Gobierno imprecisió­n en las medidas medioambie­ntales.

El éxito de EELV en las europeas puede llamar a engaño: hace diez años sacaron un 16% y después volvieron a caer. ¿Exceso de triunfalis­mo? “Hay un sentido de la responsabi­lidad. Declaro mucha ambición pero con gran humildad sobre lo que queda por hacer. Simplement­e veo que hay una oportunida­d histórica de recomponer el paisaje político francés en torno a la ecología”, se defiende. “Nuestra responsabi­lidad es que estos tres millones de votos no se esfumen”.

“No hay sociedad sosegada si hay una inquietud sobre el futuro”

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