El cambio de Piqué y de los capitanes del Barça
El central ha pasado de liderar al equipo e influir en la directiva a ayudar a los jóvenes tras asumir Xavi el mando
Barcelona A Gerard Piqué le gusta ser arte y parte, jugador y empresario al mismo tiempo, nunca espectador y menos de un partido de fútbol como es habitual esta temporada en el Barça. El central solo ha sido titular en uno de los ocho partidos, el de Liga que disputó en Cádiz, y jugó la segunda parte contra el Viktoria Plzen en la Champions. El sábado contempló el encuentro ante el Elche desde el banquillo junto a Jordi Alba y Sergi Busquets. No se alineó ninguno de los capitanes porque Sergi Roberto estaba lesionado y el brazalete lo portó Ter Stegen.
Sergi Roberto (20%), Alba (30%) y Busquets (59%) suman más minutos que Piqué (18% sobre 270). No todos viven su situación de la misma manera: Sergi Roberto sabe que es un jugador complementario y alternativa en el lateral derecho a Koundé, Araujo y Bellerín. Busquets es la pieza capital del equipo al que el técnico dosifica para optimizar su rendimiento: ha sido titular en cinco partidos y completó 426 minutos. Y Alba mantiene su condición de internacional pese a perder la titularidad ante el Rayo y ser la tercera opción como lateral zurdo por detrás de Marcos Alonso y Balde. El peor parado es Piqué.
El catalán ocupa el quinto puesto en el ranking de centrales por detrás de Koundé, Araujo, Eric García y Christensen. La competencia es máxima como Xavi
ya le advirtió antes y después de la gira por Estados Unidos. Piqué asumió el reto y se esforzó en su recuperación después de jugar lesionado algunos partidos del pasado ejercicio —por una tendinopatía— cuando el Barcelona se jugaba la clasificación para la Champions. “Nos puede ayudar en otro tipo de rol. Veremos cómo va, depende de sus sensaciones y de las mías”, advirtió el entrenador iniciada la Liga.
Piqué de momento guarda silencio y, por tanto, hay que remitirse a sus opiniones cuando ya se advertían problemas con su continuidad en el Camp Nou. “No aceptaré retirarme siendo suplente”, afirmó en una entrevista a EL PAÍS el pasado mes de octubre.
También argumentó que si se tenía que ir para que llegara sangre nueva se iría, como reflexión al 2-8 encajado contra el Bayern en 2020. Nada que ver con los tiempos en que era considerado vital: “Sin Piqué, se nos cae el invento”, confesó Tito Vilanova, ayudante entonces de Pep Guardiola, en junio de 2011.
Pedri, en cualquier caso, ha intervenido a su favor: “Alba y Piqué son unos capitanes espectaculares, nos ayudan mucho y aportan felicidad”. A Piqué se le vio abstraído en el banquillo del Camp Nou. El jugador sabe que es noticia por su poca participación en el equipo, por su separación de Shakira —la madre de sus dos hijos— y la aparición de una nueva compañera, así como por los negocios de su empresa Kosmos.
La mediación con la Federación Española y Arabia Saudí en la organización de la Supercopa y la Copa Davis tienen hoy menos protagonismo que el Andorra, club que preside. Y también se discutió, después de la producción del documental de Griezmann, sobre el interés —desmentido por la junta— de Piqué por comprar el
24,5% de Barça Studios. El empresario Piqué sigue en activo, el futbolista no juega y el activista ha disminuido su presencia en las redes sociales y en programas como El Hormiguero o en actos con Ibai Llanos mientras intenta escapar de los paparazzi por las calles de Barcelona.
A Piqué, de 35 años, le quedan dos años de contrato, hasta 2024, igual que a Alba, que cuenta 33. El futuro a corto plazo de ambos es una incógnita si se tiene en cuenta que su alto sueldo no se corresponde con su importancia en el equipo de Xavi. Alba fue ofrecido al Inter; hay varias cláusulas en el contrato de Piqué; Sergi Roberto, a sus 30 años accedió a continuar hasta 2023 y Busquets, de 34, se irá en verano a la MLS.
El cambio de liderazgos será progresivo por necesidades deportivas y económicas hasta 2024. Los capitanes dejaron de mandar y el poder pasó a manos de Xavi y del presidente, Joan Laporta. Todo parece pautado, pero nadie prevé la respuesta de Piqué. No hay que olvidar que quien ahora ayuda en lugar de dirigir dijo que quería ser presidente del Barça.