Nuestro experto resuelve todas sus dudas

Que la decoración es una ciencia, que los consultorio s sirven para solucionar dudas y que los consejos deben aplicarse a rajatabla son tres axiomas que no hay que tomar al pie de la letra. Xavi Sancho responde las dudas decorativas de nuestra redacción.

Tengo un sofá blanco que no es cómodo, pero sí bonito. En esta revista seguro que me entienden. Ha pasado el tiempo y el sofá está pachucho. ¿Tapizo? ¿Compro? ¿Cubro con una tela? Inducido por mi expareja, me compré un sofá de cuero blanco hace una década. Entonces, parecía sacado de una peli porno. Ahora parece sacado de una tienda que vende mobiliario utilizado en pelis porno solo disponibles en VHS. Si el suyo es de cuero, lo mejor es utilizar vinagre para tenerlo reluciente. Si es de tela, tírelo y compre uno oscuro. Si tiene un gran valor sentimental, tapice, y no pregunte qué puede hacer el poscapitalismo por usted, sino qué puede hacer usted por el poscapitalismo. Haga lo que haga, jamás lo cubra con una tela oscura. Eso es a la decoración lo que el peinado de Anasagasti a la alopecia.

Durante unos años me compré en CD los discos que tenía en vinilo y recientemente me estoy comprando en vinilo lo que ya poseía en CD. Padezco esquizofrenia y carencia de almacenaje. Ayuda.

No hay mueble de CD bonito. Se lo dice alguien que tiene 2.000 en casa. Pero a mí me quedan estupendos en el salón, a pesar de que hace años que no saco ninguno de la caja. Me hice los muebles a medida y los pinté. Deduzco que usted tiene menos y alojados en estanterías estrechas y feas, en plástica madera natural. La opción lógica sería deshacerse de todos. No hay nada más triste que la casa de alguien con las estanterías de CD medio vacías porque su expareja se llevó los suyos o porque pensó que guardaría unos cuantos por si vuelven a ponerse de moda. En cuanto al vinilo, la decisión de IKEA de dejar de fabricar la Expedit nos ha fastidiado. Lo mejor es comprar en Atocha Design. No hay placer más grande que gastarse 2.000 euros en una cómoda de aire vintage que ocupa lo mismo que una mesa para seis y en la que cabe no más que una octava parte de su colección. Si es útil, no es capricho. Si es divertido, no es trabajo.

Voy a mudarme y me debato entre un piso pequeño con una gran terraza, otro mediano con terraza acristalada y otro bastante grande con tres balcones de poco más de un metro. ¿Cuál elijo? Mire. Descarte el de la terraza acristalada: si han hecho eso es porque el salón era muy pequeño y los cuatro metros cuadrados que han ganado no le van a servir para demasiado. El de la terraza grande solo le valdrá si usted piensa invertir en un toldo, muebles de jardín y plantas grandes, de aquellas que le obligan a comprar un macetero mayor cada tres meses, y se divisan desde la calle llamando la atención de los transeúntes, quienes no pueden evitar desear vivir allí. La opción de los balcones tal vez sea la más sensata. Eso sí, no los utilice como trastero. A nadie le interesa saber que hace siglos que no compra una fregona y que la última vez que fue al DIA robó un carrito.

El otro día fui a cenar a casa de unas personas a quienes conozco poco. Era mi primera vez en su hogar y decidieron que era menester enseñarme cada estancia del mismo y narrarme la intrahistoria de cada mueble y cada cuadro. ¿Eso que me hicieron está bien?

Es peor que enseñar (y comentar) las fotos de la boda. Pero a mí me encanta ver las casas de los demás, sobre todo, si han cubierto el sofá con una tela, tienen una terraza acristalada y muebles de CD sin CD. Esa es gente que jamás seguiría un consejo mío. Y no hay nada que admire más en un humano que eso.

Puede pedir consejo a este hombre que la última vez que dio uno fue para recomendar la compra de un Discman escribiendo a xsancho@prisarevistas.com