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Dormir muy bien exige trabajo
En 1901 los ingenieros de la compañía inglesa Vispring decidieron insertar uno a uno los muelles de acero de sus colchones en saquitos individuales de algodón. Habían inventado los muelles ensacados, que, encajados manualmente en forma de panal, conforman un tipo de colchón insólitamente sólido y cómodo. Si a esta peculiar técnica le sumamos rellenos naturales (lana, pelo de caballo, mohair, cachemir y seda), laterales cosidos a mano (hasta ocho horas de trabajo por cada colchón) y capitoné artesanal, la ecuación se resuelve en una de las camas más lujosas del mundo y un buen lugar en el que vivir el tercio de nuestra vida que pasamos durmiendo. El relleno del colchón Magnificence incluye lana de Shetland con certificación Platinum. Arriba, la cama en edición limitada Elizabeth.