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La obra infinita
Andrea Galvani gana el VII Premio Audemars Piguet a la producción de una obra de arte en ARCOmadrid 2019 con una instalación lumínica que rinde homenaje a las fórmulas físicas que nos salvan la vida a diario
A primera vista, la ciencia y el arte parecen sectores irreconciliables. Sin embargo, para el italiano Andrea Galvani (Verona, 1973) la física y los laboratorios son tan familiares como los lápices y las galerías de arte. El proyecto que presentó en la pasada edición de la feria madrileña de arte contemporáneo era una colaboración con la NASA, la UNAM de México y el Imperial College de Londres desarrollada como consecuencia del VII Premio Audemars Piguet a la producción de una obra de arte en ARCOmadrid 2019. En un espacio neutro, esculturas lumínicas replican fórmulas físicas indescifrables para los no iniciados. “Son fórmulas que han cambiado nuestra forma de entender el mundo”, apunta. “Algunas revolucionaron la tecnología. Una de ellas, por ejemplo, permitió fabricar teléfonos móviles. Otra sirve para prever terremotos”. De hecho, el nombre de la obra, Instruments for inquiring into the wind and the shaking Earth, es el del primer sismógrafo inventado en China, en el siglo II. “Son números invisibles que existen en nuestra vida”, señala el artista. “Cifras cercanas”. En eso coinciden con la relojera suiza, que lleva desde 1875 aplicando la precisión, la geometría y la tecnología a la creación de objetos capaces de medir el tiempo sin olvidarse de la poesía. No es casualidad que “artesanía” empiece por “arte”. Galvani ha concebido su obra como una instalación y una ‘performance’ cambiante.