Un verdadero héroe francés
Muere el gendarme que se ofreció de canje en el secuestro en un supermercado
El teniente coronel de la Gendarmería Francesa Arnaud Beltrane, que el viernes se ofreció para intercambiarse con una rehén en el secuestro de un pequeño supermercado de Trèbes y que acabó muriendo por los disparos del yihadista secuestrador, se ha convertido en un auténtico héroe. Francia, tan acostumbrada a debatir sobre sus referencias nacionales, coincide por completo en alabar sin fisuras el gesto de Beltrane, de 44 años, casado y sin hijos. “Era muy consciente de lo que estaba haciendo”, aseguraba ayer su hermano.
Francia, un país en constante debate sobre sus referentes nacionales, ha encontrado un héroe. La muerte del teniente coronel Arnaud Beltrame en el ataque terrorista en Trèbes propicia un raro momento de comunión nacional. Ciudadanos y políticos de todo signo coinciden en la admiración y la conmoción ante un gesto fuera de lo común. El presidente Emmanuel Macron anunció ayer la organización de un homenaje nacional para quien, como dijo su madre, “defender la patria” y “defender a los demás” era “su razón de vivir”.
Fabienne llega apresurada con su coche, y le pregunta a los gendarmes dónde puede parar un segundo. Lleva en las manos un ramo de tulipanes amarillos, que poco después dejará frente a la verja de la sede de la Gendarmería Nacional del distrito de Aude, en Carcasona, donde estaba destinado desde agosto Beltrame.
El teniente coronel, de 44 años, se intercambió el viernes por la mañana en el supermercado de Trèbes, cerca de Carcasona, con una rehén que el terrorista Redouane Lakdim usaba como escudo. Lakdim aceptó el trueque y acabó disparando varias veces contra el policía. Beltrame murió de madrugada a consecuencia de las graves heridas. Fue la cuarta persona declarada muerta, además de Lakdim, en un triple ataque en Carcasona y Trèbes que ha recordado a Francia la persistencia de una amenaza terrorista autóctona. “No le conocía, pero he venido por él. Ha dado su vida por nosotros. Es lo mínimo que yo podía hacer”, dice Fabienne, emocionada. Dos agentes armados miran a la mujer mientras deja las flores.
Como ella, decenas de personas se acercaron ayer hasta el lugar donde Beltrame sirvió, sin saberlo, los últimos meses de su vida. El teniente coronel, casado y sin hijos, se ofreció como moneda de cambio en una situación extremadamente complicada, con medio centenar de personas retenidas por un joven de 25 años, armado y con un cuchillo, que gritaba “Alá es grande” y se definía como soldado del Estado Islámico.
Brillante hoja de servicios
“Era muy consciente de lo que estaba haciendo, mantuvo sus reflejos, incluso dejó el teléfono encendido”, aseguró su hermano Cedric en declaraciones a la radio francesa RTL.
No era la primera vez que el teniente coronel se encontraba en una situación de crisis. Tras licenciarse en la escuela militar con 26 años, donde destacó por su actitud “firme ante la adversidad”, su “lucha hasta el final” y “no darse nunca por vencido”, según una nota difundida por el Gobierno francés, el joven ingresó en la Gendarmería Nacional, un cuerpo militarizado, equivalente a la Guardia Civil española.
En 2003 se unió a la unidad de élite de las fuerzas francesas. Dos años después, sirvió en Irak, donde fue condecorado con la cruz del valor militar. Formó parte durante cuatro años del equipo de seguridad del palacio del Elíseo. En 2014, se incorporó al Ministerio de Ecología y Desarrollo como asesor del secretario general, y en agosto fue destinado a Carcasona.
“Sabía que tenía que ser él”, contó su madre, también a la radio francesa, al saber que un agente se había intercambiado voluntariamente por un rehén en Trèbes. “Siempre lo ha hecho todo por la patria. Es su razón de vivir”, añadió. “Arnaud es esto: defender a los demás”. Y aseguró que, probablemente, su hijo le hubiese respondido que solo cumplía con su deber.
“Al dar su vida para poner fin a la aventura asesina de un terrorista yihadista, cayó como un héroe”, dijo el presidente Emmanuel Macron en un comunicado.
La admiración es transversal. El gendarme “actuó como un héroe ante el enemigo”, dijo Marine Le Pen, presidenta del partido de extrema derecha Frente Nacional. “Beltrame, héroe de la condición humana”, afirmó el líder de la izquierda alternativa, Jean-Luc Mélenchon.
“Si no lo llamas héroe, ya no sé qué hay que hacer para ser un héroe”, insistió el hermano del teniente coronel, que defendió que Beltrame hizo “lo correcto”, salvando “muchas vidas”, a pesar de que sabía que “prácticamente no tenía ninguna posibilidad” de sobrevivir.
La sociedad francesa, como en general las europeas, se distingue de EE UU, donde se usa con facilidad la palabra héroe, pero también aquí se ha devaluado. En diciembre, cuando murió el cantante Johnny Hallyday, el presidente Macron dijo que Hallyday “forma parte de los héroes franceses”.
El homenaje nacional, decidido ayer en una reunión de Macron con el primer ministro y los ministros implicados en la investigación, representa una distinción especial y formal del Estado para Beltrame.
Su sacrificio ha tocado una fibra especial en un país golpeado en los últimos años por el terrorismo y enzarzado en incontables discusiones sobre los valores republicanos, la identidad común y los mitos nacionales que cohesionan al país. En el gesto del teniente coronel Arnaud Beltrame Francia descubre la mejor versión de sí misma.
El teniente coronel fue condecorado en Irak con la cruz del valor militar
“Beltrame hizo lo correcto, salvó muchas vidas”, dice su hermano Cedric