El centroderecha y el M5S se reparten la presidencia de las Cámaras en Italia
Italia ha comenzado la legislatura con un acuerdo entre el centroderecha, la coalición más votada, y el Movimiento 5 Estrellas (M5S), el partido más votado, para repartirse la presidencia de las Cámaras. Después del bloqueo en las primeras votaciones y la crisis en la derecha para presentar un candidato, se logró constituir el Parlamento. A partir de ahora, el presidente, Sergio Mattarella, deberá interpretar las pistas que arroja este acuerdo para iniciar las consultas de Gobierno.
El grillino Roberto Fico y la senadora de Forza Italia (FI), afín a Berlusconi, Maria Elisabetta Casellati serán, respectivamente, los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado. Ella es la primera mujer en ese cargo. La elección de ambos ha formado parte de una partida institucional, pero necesariamente sentará las bases para la formación de Gobierno en las próximas semanas.
Desde hace días el líder de la Liga, Matteo Salvini, y el cabeza del Movimiento 5 Estrellas, Luigi di Maio, repetían como un mantra que el objetivo era poner en marcha el Parlamento cuanto antes para iniciar la legislatura. Pero
aunque desde ambas filas insisten en que esta alianza no repercutirá necesariamente en los futuros pactos para formar Ejecutivo, los analistas creen que los votos de ayer hacen más fácil un futuro acuerdo de gobierno entre ambos. Después de la dimisión formal del primer ministro, Paolo Gentiloni, ahora se abre el turno del presidente de la República, Sergio Mattarella, que deberá hacer una lectura de estos movimientos en el Parlamento para iniciar las consultas.
Las votaciones empezaron entre el caos y el desacuerdo el viernes, pero terminaron con consenso y antes de lo previsto ayer, cuando el país ya se preparaba para un rosario de votaciones estériles. El M5S y el centroderecha habían alcanzado el jueves un principio de compromiso. Pero el nombre de Paolo Romani para el Senado, de FI y condenado en primera instancia por malversación de fondos fue la piedra en el camino. El M5S se negó a apoyar a un candidato con cargas judiciales y Berlusconi rechazó dar un paso atrás y proponer a otro. Hasta que Salvini desafió al excavaliere para salvar su acuerdo con Di Maio. Sin acordarlo con su socio, en la segunda ocasión mandó votar a su partido por otra candidata, Anna Maria Bernini. Inmediatamente, el magnate octogenario emitió un comunicado en el que hablaba de “acto de hostilidad” de Salvini, que “rompe la coalición y desenmascara su proyecto de gobierno”, en alusión a su sintonía con el M5S, que Berlusconi teme pueda ir más allá de la presidencia de las Cámaras.
La coalición de centroderecha llegó a la noche tambaleándose, pero se despertó unida en torno a una sola candidata y bajo la batuta de Salvini. A Berlusconi no le había quedado otro remedio que retroceder. Por la mañana, el acuerdo con el Movimiento seguía en pie. Luigi di Maio lo confirmó a primera hora: “Nosotros votamos a su candidato y ellos votan al nuestro”, dijo, y puso sobre la mesa el nombre de Fico para la Cámara de los diputados. Había retirado también la candidatura de Riccardo Fraccaro, vetada por la derecha. En este escenario, el Partido Demócrata, dividido y sin liderazgo claro, quedó relegado a mero espectador de la función.
Por ahora, las dos fuerzas antiestablishment que juntas suman mayoría, representadas por Matteo Salvini y Luigi di Maio, han revelado su pulso para ponerse de acuerdo. Los próximos días se demostrará si esta etapa crucial antes del inicio de las consultas ha conseguido despejar alguna incógnita sobre el nuevo Gobierno.