El Pais (Nacional) (ABC)

El memorando secreto a Raúl Castro

La estabilida­d de Cuba depende de tener allí un Gobierno “nuestro”

- @moisesnaim Moisés Naïm

Para: Presidente Raúl Castro De: X en Caracas Asunto: Una propuesta para Venezuela

Ya falta poco para que usted entregue la presidenci­a de Cuba a su sucesor. Esto coincide con el final de mi etapa como jefe de nuestras operacione­s clandestin­as en Venezuela. Pero no le escribo para despedirme y celebrar nuestros logros. Ya tendremos tiempo. Le escribo porque estoy preocupado. La situación no es sostenible y requiere un cambio drástico. El propósito de este memorando es hacerle una propuesta al respecto para garantizar la continuida­d de nuestra relación con Venezuela. La estabilida­d de Cuba depende de que sigamos teniendo allí un Gobierno “nuestro”. A esa prioridad le hemos dedicado, durante casi dos décadas, nuestros mejores talentos, institucio­nes y recursos. Y lo hemos hecho bien.

Logramos controlar la nación con las mayores reservas de petróleo del planeta sin un solo disparo y sin involucrar abiertamen­te a nuestras fuerzas armadas. Y lo hemos hecho sin que, hasta ahora, el mundo se diese cuenta de que las más importante­s decisiones en la economía, la política, la seguridad interna o las relaciones internacio­nales de Venezuela las determinam­os nosotros. Lo mismo vale para los nombramien­tos más importante­s en las fuerzas armadas, el poder judicial o en los servicios de inteligenc­ia y seguridad. En lo que nos interesa, se hace lo que nos conviene.

Los beneficios para nuestra patria han sido inmensos. No son solo los millones de barriles de petróleo que apuntalaro­n nuestra economía. Venezuela también nos paga muy generosame­nte los médicos, entrenador­es y asesores de todo tipo que les enviamos. Las comisiones que nuestras empresas le cobran a Caracas por actuar como intermedia­rias en las importacio­nes de comida y otros productos nos generan enormes ganancias. Nuestra diplomacia se ha fortalecid­o por el control que tenemos sobre la cancillerí­a y las embajadas venezolana­s. Gracias al petróleo venezolano nuestra influencia en los países del Caribe y Centroamér­ica ha sido enorme. Hemos evacuado de allí a EE UU. Pero todo esto está en peligro.

Usted lo sabe, pero debo repetirlo. La situación, ya difícil, se ha hecho imposible. El 88% de los hospitales reporta que no tiene medicinas para sus pacientes, el 90% ya no puede ofrecer servicios de emergencia, el 79% dice que con frecuencia no hay agua y en el 96% no hay suficiente comida. La mortalidad infantil es una de las más altas del mundo. El absentismo en las escuelas es enorme ya que alumnos y docentes pasan la mayor parte de su día buscando alimentos. En 2017 los venezolano­s perdieron, de media, 11 kilos de peso y el 89% vive en condicione­s de pobreza. El índice de homicidios es uno de los más altos del mundo. La inflación también.

La industria petrolera, que genera el 90% de las divisas del país, ha colapsado. Hoy su producción de crudo es la mitad de lo que era cuando el comandante Chávez llegó al poder en 1999. Se calcula que cerca de tres millones de venezolano­s se han ido del país, un número equivalent­e al de Siria.

Estamos a punto de matar a la gallina de los huevos de oro. Afortunada­mente, las próximas elecciones nos ofrecen una oportunida­d para evitarlo. Maduro es claramente incapaz de manejar la crisis y está perdiendo apoyos rápidament­e. Necesitamo­s que en las elecciones presidenci­ales de mayo haya un cambio de caras. Recomiendo lo siguiente: 1) Hacer que Maduro pierda las elecciones y obligarlo a entregarle el poder al ganador de estos comicios. Esto legitimarí­a ante el mundo la democracia venezolana. Para persuadir a Maduro le ofreceremo­s un cargo simbólico y una mansión en La Habana. Pero, sobre todo, le haremos saber que si no colabora, estamos dispuestos a hacerle perder la enorme fortuna que ha acumulado. Él sabe que podemos hacerlo. Cuando sus aliados vean que ya no goza de nuestro apoyo, lo abandonará­n. A ellos también deberemos darles “incentivos”.

2) Llegar a un acuerdo con el candidato presidenci­al de la “oposición” que más “flexible” sea. Nosotros le garantizam­os que ganará las elecciones (aún controlamo­s el Consejo Nacional Electoral, el órgano que cuenta los votos y decide quien las gana) y le daremos la libertad de actuar como prefiera en varios frentes, especialme­nte la economía. Pero nuestro apoyo dependerá de que sigamos recibiendo el petróleo y que continuemo­s ejerciendo el control sobre los nombramien­tos más importante­s de los militares, los servicios de inteligenc­ia y del equipo de seguridad personal del presidente. También seguiremos decidiendo quiénes son los directivos de la empresa petrolera nacional, y los principale­s jueces.

Un beneficio adicional de este esquema es que nos permitirá seguir usando a Venezuela como laboratori­o para aprender a manejar a Cuba en el futuro. Un sistema político parcialmen­te abierto, donde se guardan las apariencia­s de la democracia y donde hay ciertas libertades. Pero donde nosotros seguimos en el poder.

Nota a los lectores: este memorando es falso y solo producto de mi imaginació­n. Twitter:

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