Torrent suspende el debate de investidura tras la advertencia del Gobierno
El presidente del Parlament, Roger Torrent, suspendió ayer la sesión de investidura de Jordi Turull y la reconvirtió en un pleno para abordar la situación de excepcionalidad política tras el ingreso en prisión del candidato y de otros cuatro líderes independentistas.
La oposición en pleno —salvo la CUP— pidió con antelación a Torrent no celebrar la sesión al no estar presente el candidato —que perdió en primera vuelta por 65 votos en contra y 64 a favor y ayer habría vuelto a perder— y también para no alimentar más el conflicto, muy latente el viernes. Roger Torrent era consciente desde entonces de que la investidura no podría celebrarse, pero mantuvo la convocatoria para, a su juicio, canalizar la necesidad de debatir una crisis devastadora. El independentismo seguía ayer en una situación de conmoción. “El Estado está impidiendo que se refleje la soberanía expresada libremente en las urnas”, afirmó Torrent ya en el hemiciclo,ante la contrariedad de parte de los constitucionalistas y especialmente de Ciudadanos, que le acusó de utilizar el cargo para hacer un mitin.
El Gobierno de Rajoy se sintió aliviado después de constatar que Torrent no echó un pulso institucional. El Ejecutivo advirtió ayer por la mañana, hora y media antes de que empezara el Pleno, de que no podía celebrarse la sesión y que en ese supuesto “iba a estudiar las medidas oportunas por ir en contra de la doctrina del Tribunal Constitucional y del propio reglamento de la Cámara”. No solo eso; avisó de que existía un precedente y advirtió de las consecuencias. El Tribunal Constitucional anularía esa sesión y la Fiscalía actuaría contra Torrent y los miembros de la Mesa por incurrir, como mínimo, en delito de desobediencia como el que se le acusa ahora a Carme Forcadell, expresidenta del Parlament y en prisión, también por otros delitos, desde el viernes. Torrent mantuvo Torrent no cruzó la línea roja que le marcó el Gobierno de que cometería una ilegalidad si mantenía la investidura. Con todo, cumplió el deseo de Turull de seguir con el pleno y llamó, fuera del hemiciclo, a crear un frente contra la “represión” al que se sumaron los comunes.
la incertidumbre sobre el pleno, pero desde el viernes trabajó con los independentistas en una fórmula alternativa. Sabía que la investidura era inviable y sin sentido porque Turull había ingresado
en prisión y la Ley de la Presidencia de la Generalitat exige que el candidato esté presente. De hecho, el 30 de enero ya acató al Constitucional y suspendió la de Carles Puigdemont. Ayer volvió a hacerlo. “Les anuncio que voy a suspender el pleno, que suspendo”, enfatizó para despejar dudas. “Es evidente que en estas condiciones