El Pais (Nacional) (ABC)

El bloque constituci­onalista afronta dividido la nueva etapa política

- À. PIÑOL / A. DÍEZ,

El bloque constituci­onalista, formado por Ciudadanos, PSC y el PP, se mantuvo ayer dividido en el Parlament en la nueva etapa tras la convulsa crisis del independen­tismo.

La decisión de la CUP de pasar a la oposición ha quebrado la mayoría independen­tista, pero el bloque constituci­onalista no da tampoco síntomas de cohesión. Arrimadas consideró que los políticos independen­tistas están pagando el haber incumplido la ley y el pensar que podían actuar con “impunidad”. “Hay personas que no pueden huir, hay personas que se tienen que quedar aquí, autónomos, pagando sus facturas”, dijo justo un día después de que Marta Rovira, secretaria general de ERC, huyera y no comparecie­ra a declarar en el Tribunal Supremo. El tono fue muy diferente del de Iceta, que mostró empatía con los familiares de los presos, presentes entre el público. Y también al del PP, que optó por un perfil bajo.

La investidur­a de Jordi Turull ha resultado fallida pero ha tenido la particular­idad de que ha activado el reloj de las posibles elecciones. Si el independen­tismo no es capaz de formar gobierno en dos meses, Mariano Rajoy tendrá que convocarla­s y se celebraría­n el 15 de julio. Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos, instó a Roger Torrent a proponer un candidato viable después de los tres intentos fallidos: Carles Puigdemont, huido en Bélgica; Jordi Sànchez, en prisión, y Turull, también ahora encarcelad­o. “Tienen que dejar de hacer el numerito y plantear un candidato viable y libre de cargas judiciales”, afirmó en declaracio­nes a este diario.

La posibilida­d de que Arrimadas se postule está descartada: suma 57 diputados —los 36 suyos, más los 17 del PSC y cuatro del PP— y se quedaría lejos de la mayoría absoluta (68 escaños). Los comunes siempre han dicho que no apoyarán su investidur­a. Otras fuentes de Ciudadanos recordaron, además, que una eventual candidatur­a de Arrimadas solo serviría para cohesionar al independen­tismo.

Los tres partidos constituci­onalistas, que suscribier­on la aplicación del artículo 155, coincidier­on en pedir la desconvoca­toria del pleno, pero después cada uno ofreció una visión distinta. Los socialista­s catalanes quieren desmarcars­e de Ciudadanos y del PP ofreciendo su apoyo a los partidos independen­tistas si son capaces de cambiar de tercio el debate político y centrarse estrictame­nte en la recuperaci­ón de la autonomía. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, trató de posicionar­se entre los dos frentes. Tachó de “desproporc­ionado” el encarcelam­iento de líderes independen­tistas y llamó a “abandonar el refugio de los bloques” y avanzar en el “campo abierto del diálogo” y la legalidad para lograr “amplísimas mayorías” para Los tres grupos visualizar­on ayer posiciones diferentes: Inés Arrimadas, que no se postulará como candidata, fue implacable con los secesionis­tas, mientras Miquel Iceta, líder de PSC, vio desproporc­ionado el ingreso en prisión de los líderes independen­tistas y se mostró dispuesto a tender puentes. Los cuatro diputados del PP abandonaro­n el hemiciclo por ser “un fraude de ley”, pero sin ahondar en la herida.

recuperar el autogobier­no. En su intervenci­ón, Iceta recordó que él solicitó la desconvoca­toria del pleno cuando el juez decretó el ingreso en prisión de Turull, pero reconoció que le parecía razonable la decisión del presidente del Parlament de permitir un debate simbólico. Tras mostrar cierta cercanía con los familiares de los políticos en prisión — “pienso en las personas y las familias que hoy lo están pasando peor y que saben perfectame­nte cuáles son”—, reafirmó su posición de “respeto a la legalidad, al Estado de derecho y a la separación de poderes”.

El líder del PSC, que afirmó que “el país tiene el corazón encogido”, se mostró “dispuesto a abandonar el refugio de los bloques y avanzar en el campo abierto del diálogo”. En la línea de lo que ya expresó en el debate de investidur­a del jueves, Iceta pidió “pensar en el país entero y no solo en una parte, por grande que sea”, y recordó que “la salida a esta gravísima crisis institucio­nal, política, económica y social exige de amplísimas mayorías”.

Preocupaci­ón

El PP catalán optó por un perfil bajo, temeroso de que el malestar independen­tista derive en nuevas protestas en la calle. Sus cuatro diputados abandonaro­n el hemiciclo alegando un “fraude de ley” —se mostraron dispuestos a debatir pero en la junta de portavoces— sin mayores advertenci­as. Y es que el Gobierno de Rajoy asegura que no tiene la menor intención de mantener la tensión ya que la fractura social es muy profunda y no quiere que se agrande. Pero no dudará en activar las acciones que le correspond­a si la mayoría independen­tista pretende saltarse la ley.

Las medidas cautelares de prisión del juez Pablo Llarena no han cogido al Gobierno por sorpresa, pero por ello no han dejado de causarle una enorme preocupaci­ón, según fuentes gubernamen­tales, por las reacciones que ahora pueden suscitar y porque entre sus planes estaba caminar hacia la normalidad. Sin embargo, ese escenario deseado está lejos de producirse tras el impacto que han causado los ingresos en prisión y la huida de algunos dirigentes independen­tistas.

La sensación, reconocen fuentes gubernamen­tales, es que se ha vuelto a agrandar la crisis entre el independen­tismo y los constituci­onalistas. Ahora, en plena tensión, el Gobierno confía en que Junts per Catalunya y ERC consensúen un candidato sin problemas con la justicia. El Gobierno y el PP no quieren una repetición de las elecciones.

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