Los profesores de la Rey Juan Carlos exigen claridad en el ‘caso Cifuentes’
Profesores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) han exigido al rectorado que difunda las conclusiones de la investigación interna que ha iniciado para dilucidar si se cometieron irregularidades con el máster de Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, y que trabaje para poder “restituir la confianza” en la institución. Esta es la primera vez que el campus reacciona ante un escándalo, porque no lo hizo con los plagios del anterior rector.
La misiva, colgada en la plataforma de protesta change.org, ha sido respaldada ya por 1.200 personas, muchos profesores y alumnos que muestran en sus comentarios su “vergüenza” por la situación. Las notas de Cifuentes fueron alteradas, pasando de “no presentada” a “notable”, como adelantó EL PAÍS.
La carta, dirigida al rector Javier Ramos, partió de la facultad de Comunicación. En ella se manifiesta su rechazo a “las prácticas que se están poniendo en evidencia” en las informaciones publicadas sobre el máster en Derecho Autonómico. Bajo el título Prestigio o estigma, califican de “insuficientes”
las explicaciones del rectorado y consideran que son “lesivas” para el prestigio de la universidad y para “el valor social” de las titulaciones, a causa de las “incongruencias” y “contradicciones” no “despejadas”.
El miércoles, tras una rueda de prensa del rector, el director del máster (Enrique Álvarez Conde) y el profesor de la nota alterada (Pablo Chico), la universidad dio por cerrado el caso. Pero en menos de 24 horas el rector dio un vuelco y anunció que abría una información reservada para aclarar las dudas. “Nosotros no emitimos juicios de valor, si es verdad o no lo que pasó. Queremos que se aclare con garantías”, exige Carmen Caffarel, exdirectora de TVE, del Instituto Cervantes y catedrática de la URJC.
En 2012 el rector Fernando Suárez expulsó de la URJC a los 11 profesores sin puesto fijo del equipo de su contrincante electoral, David Ríos. Ello sumió al campus, ya de por sí mudo, en el absoluto letargo. Por eso esta carta demuestra que algo se está moviendo en la universidad. Suárez se vio obligado a readmitir a los 11 expulsados en 2013.
Cuando en noviembre de 2016 se destaparon los plagios del rector, apenas dos profesores en el Consejo de Gobierno se mostraron críticos con Suárez, que fue ovacionado. Tampoco los docentes se adhirieron entonces a la carta de repulsa de cinco de los plagiados.
La exdecana de Comunicación Mercedes del Hoyo, una de las dos personas críticas en el Consejo de Gobierno con el hurto intelectual de Suárez, cree que “llueve sobre mojado” y ello ha llevado a la movilización de la plantilla. “Con los plagios era una cosa inadmisible del rector y nos dejó muy mal a la comunidad. Pero esto afecta al sistema, lo cuestiona entero”.
“Esto ha sido la gota que ha colmado el vaso”, añade Caffarel. “Yo no tengo nada que perder pero hay quien puede temer represalias en su carrera. Y ahora han dicho basta”. Ramos cerró la comisión de los plagios del que era su mentor. Pero el escenario es muy distinto. “Ramos no sabía nada de lo que pasaba en el área de Derecho. Es ingeniero y estaba en otro campus. Lo de Cifuentes para él ha sido una sorpresa”, dice Del Hoyo.
Ramos envió el viernes un correo a toda la comunidad universitaria prometiendo contundencia si se halla falsificación en los documentos de Cifuentes. Diez asociaciones estudiantiles, por su parte, emitieron también ese día un comunicado en el que piden la dimisión de Cifuentes por haber “desprestigiado la URJC con sus intereses personales”.