El Pais (Nacional) (ABC)

La foto que disparó las especulaci­ones en Marruecos

La prensa marroquí se resiste a abordar la ausencia de la princesa Lalla Salma

- FRANCISCO PEREGIL,

Al caer la noche del martes 27 de febrero en Marruecos se conoció una noticia importante. La agencia oficial de informació­n MAP decía de que el rey Mohamed VI, “al que Dios asista”, acababa de superar en la clínica parisiense Ambroise Paré una operación de corazón a causa de una arritmia cardiaca. Para ilustrar la noticia aparecía una fotografía. En ella se veía al monarca sonriente en su cama acompañado de sus tres hermanas, las princesas Hasna, Mariam y Asma, de su hermano, Mulay Rachid, y de sus dos hijos, el heredero Mulay Hassan, de 15 años, y la princesa Lalla Jadiya, de 11. Faltaba en la imagen su esposa, la princesa Lalla Salma, de 39 años. Hasta aquí, los hechos. Pero la foto disparó los rumores sobre las supuestas malas relaciones de la pareja.

Lalla Salma apareció el 22 de noviembre de 2017, en Marrakech, durante unas jornadas contra el cáncer, en su calidad de presidenta de una fundación que lucha contra esta enfermedad. Poco después, el 12 de diciembre presidió en el museo Mohamed VI, de Rabat, el homenaje al pintor Mohamed Amine Demnati (1942-1971). Desde entonces, nada se supo de ella hasta que apareció la fotografía del rey en Francia.

Tras la informació­n oficial sobre la operación quirúrgica de Mohamed VI, decenas de personas, y entre ellos varios periodista­s extranjero­s, empezaron a recibir mensajes en sus correos electrónic­os en los que se criticaba de forma anónima la ausencia de la princesa en París. “Lalla Salma ha rehusado exponerse al frío glacial de la Ciudad de la Luz y ha preferido permanecer en Marrakech y pasearse por sus calles soleadas”, señalaba un comentario. El mensaje indicaba que Lalla Salma había sido vista en la conocida plaza de Yemaa el Fna y en otros lugares de Marrakech donde se hizo “selfies” para “conseguir likes en las redes sociales”. “Lalla Salma”, concluía el texto “parece finalmente más obnubilada por mantener su imagen de glamur que por el deber natural de velar en la mesilla de noche de su marido”.

El contenido de ese correo era el mismo que publicaba una web, Le Crapouillo­t Marocain, casi desconocid­a en Marruecos. Tres días después, el mismo medio, volvía a criticar a Lalla Salma bajo el título: “La engañosa actitud cool de una princesa”. Se decía ahí que Salma muestra desprecio en su manera de hablar a los demás, que tiene un carácter “colérico y agresivo”, con “grandes dosis de narcisismo”, un “ego desmesurad­o” y “una preocupaci­ón desproporc­ionada” por su imagen. El mismo medio señalaba, sin ninguna firma que avalase el artículo, que la princesa discutía con los miembros de la familia real, con el entorno del soberano y con el personal que tiene a su servicio, “a pesar de las llamadas al orden recurrente­s de su esposo”.

¿Divorcio?

Desde España, El Confidenci­al apuntó el 5 de marzo que Mohamed VI ajustaba cuentas con su esposa a través de la prensa. El 13 de marzo, La Vanguardia titulaba: “Divorcio a la vista en Marruecos”. Ocho días después la revista ¡Hola! aseguró que el monarca y la princesa se habían divorciado. Lo publicó el 21 de marzo, día en que se cumplió el 16º aniversari­o del matrimonio. Sin embargo, el Palacio Real no emitió ningún comunicado al respecto.

En Marruecos, ninguno de los medios escritos en árabe, que son los que mayor tirada tienen, abordó el tema. Pero el director de la web LeDesk, Ali Amar, escribió un artículo titulado ‘La ausencia de Lalla Salma, tema tabú para la prensa marroquí’. Amar lamentaba “el miedo” de los periodista­s “en un contexto cada vez más difícil para la libertad de prensa, donde la autocensur­a, largamente practicada, se ha convertido en una norma aceptada”.

Hasta el matrimonio de Mohamed VI con Lalla Salma, en 2002, ninguna esposa del rey había sido presentada en público y ninguna recibió el título de princesa. Salma Bennani ofrecía una imagen sin precedente­s entre las esposas de los reyes marroquíes: fue primera de su promoción en estudios de ingeniería informátic­a. Es hija de un profesor universita­rio y quedó huérfana de madre a los tres años. Nació en Fez pero se crió en Rabat. Cursó el bachillera­to en la rama de ciencias en el Liceo Hassan II, un instituto público de la capital, continuó sus estudios de Matemática­s en otro centro público, el Liceo Mulay Yussef. En 1997 ingresó en la Escuela Nacional Superior de Informátic­a y Arquitectu­ra de Sistemas (ENSIAS), donde terminaría sus estudios tres años después.

 ?? / FADEL SENNA (GETTY) ?? El rey Mohamed VI (derecha); a su lado, su hijo Mulay Hassan; detrás, su esposa Lalla Salma, de azul, y en primera línea, el rey Abdalá II de Jordania, en Casablanca, en 2015.
/ FADEL SENNA (GETTY) El rey Mohamed VI (derecha); a su lado, su hijo Mulay Hassan; detrás, su esposa Lalla Salma, de azul, y en primera línea, el rey Abdalá II de Jordania, en Casablanca, en 2015.

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