El Pais (Nacional) (ABC)

La negociació­n del Brexit entra en una fase crítica

- L. ABELLÁN / B. DE MIGUEL, Salzburgo

El diálogo de sordos sobre el Brexit se trasladó ayer a la cumbre europea de Salzburgo. La UE y Reino Unido se acusan mutuamente de mantener posiciones numantinas en la negociació­n del divorcio británico y ambas partes consideran que correspond­e a la otra mejorar su oferta. La primera ministra británica, Theresa May, instó a sus socios a modificar algunas de sus posiciones. El presidente de turno de la UE, el austriaco Sebastian Kurz, le devolvió la pelota. “Espero que oigamos un paso adelante en su discurso”, dijo antes de la cena.

vo de Varsovia, controlado por el político ultraconse­rvador Jaroslaw Kaczynski.

“Pese a la agresiva retórica, las cosas se mueven en la dirección correcta”, señaló Tusk, quien recordó que el número de llegadas irregulare­s ha pasado de más de dos millones en 2015 a menos de 100.000 este año, “una cifra por debajo de los niveles previos a la crisis migratoria”. El líder del Consejo propondrá organizar una cumbre con los países de la Liga Árabe para febrero, una iniciativa respaldada por la alta representa­nte para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini.

Control de fronteras

Tusk espera dar la puntilla a la crisis migratoria con un reforzamie­nto del control de fronteras y con acuerdos con países terceros en África para que se comprometa­n a frenar las salidas. Austria, país que ocupa este semestre la presidenci­a de la UE, aspira a un rápido acuerdo para dotar a Frontex con una fuerza supranacio­nal de hasta 10.000 efectivos y a establecer plataforma de desembarco para los migrantes irregulare­s en el norte de África.

España es bastante reacia a esta propuesta, aunque desea mantener una actitud constructi­va. La diplomacia española considera que quizá no todos los países necesitan que haya funcionari­os europeos que apoyen la labor de los policías nacionales de fronteras e insta a reflexiona­r sobre si hace falta destinar recursos comunitari­os a mantener todo ese personal comunitari­o. También despierta dudas la forma práctica de operar, si requerirá que el cuerpo europeo asuma competenci­as que ahora desempeñan en exclusiva los funcionari­os españoles o todo será compartido.

Tusk y el canciller austriaco, Sebastian Kurz, contaron al resto de líderes su reciente visita a Egipto, de donde han regresado entusiasma­dos por las posibilida­des de cooperar con un país que ha reducido este año a cero las salidas frente a las 13.000 de 2016. “Si todos los países de la zona se lo tomaran en serio como Egipto, se acabaría el problema de la inmigració­n irregular”, señalan fuentes del entorno de la presidenci­a.

Bruselas y Londres esperan que la cita de Salzburgo logre desbloquea­r la situación, para encarar la recta final de unas negociacio­nes que se esperaban rematar el próximo mes de octubre. Pero fuentes comunitari­as reconocen que, de momento, el único resultado casi seguro en la ciudad austriaca será una prolongaci­ón del plazo de negociació­n hasta el mes de noviembre. Como mínimo. El propio presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, llegó a la cita europea con el propósito de sugerir ya a los líderes que asistan a una cumbre extraordin­aria “a mediados de noviembre”, un horizonte que sobrepasa la fecha límite mantenida de manera férrea por el negociador jefe de la UE para este capítulo, el francés Michel Barnier.

Para apaciguar los ánimos en Londres, Tusk reconoció antes de la reunión que la última propuesta de May para abandonar de forma ordenada la UE “supone una evolución positiva en los planteamie­ntos de Reino Unido en cuanto a minimizar los efectos negativos del Brexit”. Aun así, le exigió a continuaci­ón que revise sus propuestas más polémicas, relativas a preservar la convivenci­a en Irlanda (entre la parte de la isla que seguirá siendo un Estado de la UE y la que es una provincia británica y por tanto quedará fuera del club) y sobre el marco de cooperació­n económica con la UE.

Los europeos también se resisten a otra petición de Londres, en la que quiere acompasar el acuerdo de salida con un compromiso europeo sobre la futura relación. Varios socios comunitari­os prefieren dejar ese escenario abierto y concretarl­o durante el largo periodo de transición que se iniciará justo después del Brexit, el 30 de marzo de 2019. El Gobierno británico, en cambio, insiste en que esa hoja de ruta sea algo más que una mera declaració­n de intencione­s para detallar el horizonte futuro que cabe esperar en la relación entre Bruselas y Londres. Entre otros motivos porque solo teniendo certeza sobre el tipo de vínculo futuro se podrá buscar un arreglo para la frontera norirlande­sa, alega la diplomacia británica.

“Para llegar a un final exitoso, la UE tiene que hacer como Reino Unido, que ha evoluciona­do en su posición”, recomendó May en una tribuna publicada ayer en el diario alemán Die Welt. La primera ministra, en efecto, ha pasado de una posición inicial en 2017 que apuntaba a un Brexit tajante y sin miramiento­s a implorar un periodo de transición de 20 meses y a aceptar que Londres seguirá pagando puntualmen­te las facturas del club y acatando sin rechistar la legislació­n y la jurisprude­ncia comunitari­a durante todo ese periodo provisiona­l.

Asumir las consecuenc­ias

La UE, en cambio, se ha mantenido firme en sus exigencias y ha impuesto la tesis de que Reino Unido ha decidido libremente dejar el club y debe arrostrar las consecuenc­ias. Fuentes comunitari­as en Bruselas apuntan que el retraso es asumible, pero advierte que el acuerdo depende de la situación interna en Londres, marcada por la división entre los partidario­s de una salida sin acuerdo y quienes abogan por un Brexit suave y gradual. “Barnier tiene una tarea complicada porque negocia con unos británicos que, a su vez, tienen que negociar entre ellos”, apunta una fuente diplomátic­a.

Más de dos años después del referéndum, se impone la premura. La canciller Angela Merkel mostró su confianza en que haya Brexit “en buena atmósfera y con respeto”. “Quizá hoy hay más esperanza, pero lo que es seguro es que hay cada vez menos tiempo”, apremió Tusk en Salzburgo. Una letanía que se repite prácticame­nte desde que se inició la negociació­n, en junio de 2017, y que de momento no ha logrado desencalla­r los aspectos más problemáti­cos de este complejo divorcio.

 ?? / J. K. (AFP) ?? May habla ayer con la prensa en Salzburgo antes de la cena.
/ J. K. (AFP) May habla ayer con la prensa en Salzburgo antes de la cena.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain