México hace catarsis un año después del terremoto
Ciudad de México recordó ayer a las víctimas del terremoto. Se cumplía un año del devastador movimiento de tierra que dejó 230 muertos solo en la capital. Se cumplían, también, 33 años de otro catastrófico seísmo, el de 1985, que acabó con miles de vidas en la ciudad. La bandera nacional ondeó a media asta en el Zócalo, en recuerdo de los fallecidos. El presidente, Enrique Peña Nieto, encabezó el izado de bandera, justo a las 7.19 (14.19 en la España peninsular), hora del terremoto de 1985.
Desde la mañana, damnificados del sismo pararon, marcharon, se manifestaron en diferentes puntos. A las 10.00, inquilinos de las torres Pestalozzi, golpeadas por el temblor, cortaron el Viaducto, una importante avenida que cruza de este a oeste la capital. Querían llamar la atención sobre “la falta de transparencia” del destino de los donativos recibidos por el Gobierno en los últimos meses. También pidieron “agilidad” en la reconstrucción.
Es uno de los temas de estas semanas, el horror burocrático que sufren las familias que perdieron sus casas para acceder a los fondos de reforma y reconstrucción. La ambigüedad del Gobierno local frente a las peticiones de apoyo. La poca claridad sobre quién es susceptible de recibir ayuda.
En el resto del país, el primer aniversario de los sismos —antes del 19 de septiembre del año pasado, hubo otro el 7, que afectó a Oaxaca y Chiapas—, ha llegado a los medios en forma de reclamo. Con pocas excepciones, la reconstrucción avanza lentamente. Ha habido reclamos por las sospechas de corrupción en el reparto de los fondos estatales para la reconstrucción y porque los fondos repartidos apenas sirven para armar viviendas menores, de peor calidad que las que se cayeron.