“La tuberculosis es la gran epidemia que está más lejos de ser controlada”
PETER SANDS Director del Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria
Hacía ocho años que un director del Fondo Mundial contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria no visitaba España. Lo hizo el lunes Peter Sands, nacido en Plymouth, Reino Unido, hace 56 años con un objetivo claro. “Abrir un diálogo con España para que esta vuelva a ser socio” y aporte a la organización. Hasta 2010 era uno de los 10 países que más donaba. A una semana de una reunión de la ONU sobre la tuberculosis, pone el foco en esta enfermedad. “De las tres grandes epidemias [sida, tuberculosis y malaria] es la que está más lejos de ser controlada”.
Ante un grupo reducido de periodistas convocados por el Fondo en la sede madrileña de ISGlobal y en una entrevista posterior, Sands hace balance: “27 millones de vidas salvadas entre las tres grandes epidemias, con importantes reducciones en la mortalidad (el 40% en sida, el 42% en malaria y un progreso menor en tuberculosis, el 21%)”. Pese a ello, admite que “no hay lugar para la complacencia”. Y es que el tercero de los Objetivos del Milenio que la ONU ha establecido indica que debe llegarse a un control de las tres enfermedades en 2030. Y eso no está tan cerca.
Un cambio “radical”
“La tuberculosis es la que está en un peor estado”, dice Sands. “Necesitamos un cambio radical para cerrar la brecha entre los 10 millones de personas que se calcula que la tienen, y los seis millones que están diagnosticadas. Si un 40% de los que adquieren una enfermedad no se tratan, no hay forma de acabar con una epidemia”, dice. La infección causa unos 1,7 millones de fallecimientos al año (500.000 la malaria; el sida, un millón), lo que la convierte en “el mayor asesino” de las tres.
Hay múltiples causas: falta innovación en las pruebas diagnósticas y los tratamientos, hay un riesgo creciente en la aparición de resistencias y la enfermedad se da “entre los más pobres de los pobres”. “Es invisible”, dice Sands. Y es, de las tres, la más extendida. “La tuberculosis te obliga a ser universal”, afirma.
En el sida, “aún hay dos millones de nuevos casos al año”, recuerda Sands. Y destaca que cada día se infectan “1.000 mujeres jóvenes o adolescentes” en África. Este caso indica otro factor que es clave para frenar estas enfermedades: los problemas de acceso por las barreras a los derechos humanos. En el caso de África se da un claro sesgo de género, y, en otras regiones —es el caso de los más desarrollados y de Latinoamérica—, se añaden asuntos como la discriminación de poblaciones como los hombres que tienen sexo con hombres, las personas dedicadas a la prostitución, los consumidores de drogas inyectadas
“Cada día se infectan de VIH 1.000 mujeres jóvenes en África”
“El mosquito que transmite la malaria es cada vez más resistente”
y los transexuales. “El estigma les impide conseguir tratamiento”, indica. También asociada a este hecho está la falta de acceso a la prueba. El resultado es que pese a los 17,5 millones de personas que reciben tratamiento antiviral con la aportación del Fondo, todavía quedan 20 millones sin medicar, y eso que en los países pobres se pueden conseguir los fármacos por menos de un euro al día.
En cuanto a la malaria, Sands cree que el mayor inconveniente es que “no se consiguen evitar los nuevos casos”. “Tanto el plasmodio [el parásito que la causa] como el mosquito que la transmite son cada vez más resistentes a las terapias y a los insecticidas con que se impregnan las mosquiteras”, que es la principal forma de prevención, destaca.
Esta enfermedad afecta a 220 millones de personas al año, y el director del Fondo destaca que la reducción de infecciones ha sido pequeña (el 6% en 15 años), y que incluso han subido algo en los últimos años. “Existe una cierta urgencia por desarrollar nuevas herramientas”, dice Sands, en referencia a que solo hay un prototipo de vacuna (el VIH no tiene, y la de la tuberculosis tiene una eficacia muy baja) y faltan tratamientos para afrontar las cepas resistentes.