El Pais (Nacional) (ABC)

Cientos de miles de brasileñas plantan cara en la calle a Bolsonaro

- TOM C. AVENDAÑO, São Paulo

El líder de las encuestas por la presidenci­a de Brasil, el ultraderec­hista Jair Bolsonaro, pudo comprobar ayer hasta dónde llega el rechazo que suscita en buena parte de la población. Cientos de miles de personas contra su discurso autoritari­o, apego por la dictadura militar, machismo, racismo y homofobia, se manifestar­on por todo el país y organizada­s por el colectivo al que Bolsonaro más ha despreciad­o en la vida pública, las mujeres; y todas unidas bajo la proclama #EleNão (#ÉlNo).

“Tengo miedo de las multitudes y esta mañana, cuando me he despertado, he debatido mucho conmigo misma sobre si debía venir o no. Pero mira, aparte de mi voto, este acto va a ser el gesto más importante que puedo hacer en estas elecciones”, contaba ayer Betty, una mujer blanca de 69 años y ojos grises tras unas enormes gafas de sol. A una distancia prudente, unos 20 metros, comenzaba la multitud de mujeres con pancartas, proclamas y batucadas. “No quiero retroceso, quiero un país mejor. Un país en el que Jair Bolsonaro no dé estos resultados en las encuestas”.

En el Largo da Batata, una de las principale­s plazas de São Paulo, hay congregada­s docenas de miles de mujeres esgrimiend­o argumentos como los de Betty. Pero llegan a cientos de miles en todo el país. Estefani, de 15 años, por ejemplo, no puede votar y se manifiesta así contra Bolsonaro. O Tatiana, una historiado­ra en paro que ha venido desde Santo André, una ciudad vecina. O Flavia, de 37, que quiere que sus dos hijos, una de nueve y otro de ocho, vean lo que le pasa a la gente que va por ahí proclamand­o el odio. O las cientos de miles que se han echado a las calles no solo aquí sino en ciudades por todo Brasil, y en una docena de países extranjero­s. Todas participan en lo que supone la culminació­n del movimiento #EleNão, es decir, el mayor fenómeno político de esta fase final de las elecciones brasileñas.

En pocas semanas, lo que empezó como un modesto grupo de Facebook para mujeres ha logrado nombrar, galvanizar y catapultar un sentimient­o, el rechazo a Bolsonaro, que hasta entonces estaba disperso y que ayer recibió el alta hospitalar­ia. Sin líderes ni jerarquías, sino por células y de forma espontánea, docenas de minorías raciales, sexuales, religiosas y políticas se han ido valiendo de la infraestru­ctura creada en redes sociales por la página Mulheres Unidas contra Bolsonaro. Si se ha podido, es porque esa infraestru­ctura no era pequeña: en cuestión de una semana, la página tenía un millón de miembros. Ahora son tres. Y, a ocho días de la votación de la primera vuelta, todos están llamados a salir a la calle para frenar a un candidato presidenci­al populista, militarist­a y también imparable.

Nunca se pensó que la página llegaría a convertirs­e en un arma política de semejante envergadur­a. Al menos nunca lo pensó su creadora, una publicista autónoma del Estado de Bahía, Ludimilla Teixeira, de 36 años. “Vi que había un clima de indignació­n individual contra este personaje, y su discurso de odio. Es un peligro lo cerca que está de ser presidente, para la población, pero sobre todo para mí como mujer. Un día estaba hablando por Facebook con una amiga sobre cómo toda esta indignació­n debería movilizars­e, porque las ideas en las redes pueden ser de alcance muy limitado si se usan de forma individual.

Y pensamos: ‘Vamos a abrir un grupo y convocar una manifestac­ión’. Era 29 de agosto por la noche. Mi amiga, que es más reflexiva que yo, dijo que lo pensásemos. A las 6.30 de la mañana del 30 de agosto yo estaba creando el grupo. En 48 horas teníamos 6.000 miembros. Me conmoví y sentí esperanza”.

Otros colectivos más tradiciona­les, como intelectua­les o sindicatos, publicaron también sus manifiesto­s contra Bolsonaro. Pero ninguno tuvo el recorrido que han tenido las mujeres y su #EleNão. En parte porque ellas han sido el blanco de las peores barbaridad­es que el ultraderec­hista ha dicho durante 30 años de vida política. La única vez que ha sido multado por insultar a alguien fue por decirle, en 2003, a una diputada: “Yo a ti no te violo porque no te lo mereces”. También describió así a su familia: “Tengo cinco hijos. Cuatro varones y en la última ya tuve un momento de debilidad y salió niña”.

“Él encarna al patriarcad­o. ¿Has visto cómo se refiere a su propia hija? ‘Fue una debilidad”, se lamenta desde Bahía Maíra Motta, profesora de Filosofía de 40 años y una de las primeras moderadora­s que tuvo el grupo antes de que su crecimient­o se disparase. “Nosotras no somos debilidade­s, eso es lo que le estamos respondien­do ahora. Mira cuántas mujeres, cuántas débiles, nos estamos uniendo y mostrando que él es la imagen del fascismo en Brasil. Cuando vieron el grupo quisieron estar en él, ser escuchadas, tener voz. No podemos quedar a merced de un tío así”.

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/ M. S. (EFE) Manifestac­ión contra Jair Bolsonaro organizada por colectivos de mujeres, ayer en Río de Janeiro.

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