Inabarcable Cambage
España cae derrotada en semifinales por Australia con 33 puntos y 15 rebotes de la mejor jugadora del Mundial y peleará por el bronce con Bélgica
Cuando España despertó de su sueño, la gigante australiana seguía allí. La descomunal actuación Liz Cambage, la jugadora más determinante de este Mundial, cerró a la selección de Mondelo las puertas de la final. Australia se medirá hoy con EE UU por el oro; la selección española peleará contra Bélgica por el bronce (18.30, Tdp), la medalla que prolongaría un lustro de podios para un grupo que esta vez no le alcanzó con su pasión titánica. Cambage, con 33 puntos y 15 rebotes en 30 minutos en pista, resultó inabarcable en un duelo bravo que llegó igualado a los minutos finales, pero con las anfitrionas rotas en su intento de frenar a una jugadora monumental desde su 2,03m.
De inicio, la tormenta australiana se saldó con un balance de daños de 9 puntos de Cambage y un contundente 6-21 en el marcador. Pero, como sucediera ante Canadá en cuartos, España recibió un electroshock desde el banquillo. De nuevo al rescate, Queralt Casas, Cristina Ouviña, Marta Xargay y Laura Gil encumbraron su papel de especialistas construyendo junto a Ndour un parcial de 9-2 que amortiguó la sacudida rival y la distancia en el marcador (15-23, m. 10).
No paró Cambage, pero tampoco lo hizo la selección española que, de nuevo con el protagonismo de Casas, siguió ajustando el pulso. La alero de Girona anotó el segundo triple de las anfitrionas y forzó la segunda personal de Cambage, que rescató su fama de agitadora con sucesivos gestos a la hinchada española. La agitación kamikaze de España surtió efecto de nuevo con dos triples consecutivos de Torrens que empataron el choque y desataron la apoteosis en La Laguna (30-30, m. 17).
No paró la carga española pero, en su esfuerzo por contener a Cambage, las de Mondelo se cargaron de faltas. No había tiempo para remilgos. Bea Sánchez se incorporó a la misión para proteger a la batería de interiores y, con un triple de Ndour y una canasta de Cruz, España logró ponerse por delante antes de ir a vestuarios (35-34, m. 20). De nuevo rozando la lona, las anfitrionas apretaron los dientes para agarrarse al sueño de la final. Cambage sumaba más que nadie (15 puntos y seis rebotes en 12m 56s), pero España entera era un punto mejor.
Sin embargo, las anfitrionas acumularon malas noticias en la reanudación. Llegaron de forma consecutiva la tercera falta de Nicholls, la cuarta de Gil y la tercera también de Ndour. Australia armó un parcial de 2-8 (37-42, m. 23) y la pista volvió a ponerse cuesta arriba para España. El siguiente arrebato competitivo lo lideraron Torrens y Sánchez para volver a reenganchar a las de Mondelo. El carácter servía para producir a buen ritmo, pero los recursos comenzaban a agotarse para contener a Cambage.
Con casi 15 minutos de semifinal por delante, Nicholls, Ndour y Gil estaban al borde del KO con cuatro faltas. Las anfitrionas no solo se dejaron el alma en defensa sino que se desataron en ataque con un parcial de 14-4 (del 44-44 al 58-48) antes de la recta de meta. El gigante aguardaba.
Cambage lideró un parcial de 0-9 en el inicio del último cuarto, caminó contundente hacia la treintena de puntos, se quitó de su camino a Ndour y devolvió el mando a Australia. Pero, acto seguido, recibió la técnica que llevaba tiempo buscando y España se volvió a meter en el partido (64-61, m. 36). Y llegó el más difícil todavía. También sin Nicholls. Un triple de George estiró la cuerda (64-69, m. 38) y a España no le dio más de sí el corazón.