EL CRUDO MENSAJE DE LA OPEP EN LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Los países exportadores de petróleo presentan un futuro en el que el ‘oro negro’ seguirá siendo la materia prima fundamental.
El secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohammad Sanusi Barkindo, pasó el martes por Madrid, en una especie de road show internacional. Hacía tiempo que un mandatario del poderoso cartel no se dejaba ver por estos lares y, en la jornada anual organizada por el Comité Español del Consejo Mundial de la Energía (CECME), el dirigente nigeriano vino a poner los puntos sobre las íes en algunas cuestiones energéticas de riguroso interés. Venía con las ideas frescas después de la reunión de la organización del fin de semana en Argelia y el ánimo mejorado por el rally alcista de un crudo que superaba los 80 dólares el barril.
No es que Barkindo denostara la transición energética (“todos los países de la OPEP firmaron el Acuerdo de París”, recordó), ni dejara de reconocer los desafíos climáticos. El problema son “las emisiones de las fuentes energéticas, como el gas o el petróleo, por lo que la solución está en las tecnologías, no en la eliminación de estas fuentes”, señaló). Pero puso sobre la mesa una cascada de previsiones que dirigen el debate hacia una realidad presente y futura. Es cierto, y entra en la lógica, que arrimó el ascua a su sardina; pero eso no quita para que reflejara una situación que a pocos les gusta oír en unos tiempos en que lo fetén es hablar (mucho y bien) de economía verde, de transición energética o del coche eléctrico, entre otros hitos, y (mucho y mal) de los combustibles fósiles.
Para sostener su mensaje bañó su discurso de datos ante un auditorio ad hoc (cedido por la compañía petrolera Cepsa, controlada por el Estado de Abu Dabi, miembro de la OPEP) repleto de representantes del sector. Según la OPEP, de ahora a 2040, la economía mundial crecerá un 200%, y la población, en más de 1.200 millones de personas para superar los 9.000 millones, por lo que el mundo va a necesitar mucha más energía. “El acceso a la energía no es un lujo, es una necesidad”, enfatizó, para destacar que la demanda de energía crecerá un 33% en 2040, con especial tirón de los países emergentes.
Según la organización, aumentarán todas las fuentes de energía, a excepción del carbón (en su declive sí existe unanimidad), que comenzará a declinar en 2030. Las energías renovables, sobre todo
solar y eólica, tendrán las mayores tasas de crecimiento (7,4% anual entre 2015 y 2040). No obstante, pese a que las renovables supondrán el 25%, el petróleo y el gas seguirán siendo preponderantes, copando el 53% del total (28% el petróleo y 25% el gas), cuando en 2015 representaban el 54% (32% y 22%, respectivamente). O sea, en 25 años solo se habrá reducido apenas un punto y la demanda de petróleo aumentará en 14,5 millones de barriles por día entre 2015 y 2040 y pasará de 97,2 a 111,7 millones.
Es decir, aunque el petróleo seguirá a la cabeza, pierde porcentaje en beneficio del gas y otras fuentes como la hidroeléctrica y las renovables, mientras el carbón pasará del 28% al 22%. En ese horizonte, el suministro de gas será el que más crezca, con el 35%, y el del petróleo, el 16%. Las renovables aumentarán un 21%, y las hidráulicas, un 4%; mientras que la nuclear lo hará un 10%, y la biomasa, un 9%.
Otro dato que no pasó inadvertido es el de las previsiones sobre el vehículo eléctrico. Las previsiones de la OPEP apuntan que tendrá una presencia del 13% de la flota total de vehículos en 2040, frente al 1% actual. Un crecimiento exponencial, aunque el porcentaje todavía se queda muy lejos de las cotas que se persiguen, dejando el campo dominado por los vehículos convencionales, que seguirán “siendo mayoritarios, aunque será necesario mejorar su eficiencia”, Barkindo dixit. Y es que el transporte supondrá la mayor tasa de la demanda energética, tanto en carretera como en aviación, principalmente por los países en desarrollo, Asia y los miembros de la OPEP. Le seguirá la industria petroquímica. Esto obligará a grandes inversiones, que cuantificó en 11.000 millones, necesarios para asegurar el suministro en un mundo en el que habrá 1.000 millones de personas sin acceso a la electricidad.
En 25 años solo habrá caído un punto la demanda de petróleo y gas, que será del 53%
El vehículo eléctrico pasará del 1% actual al 13% del parque automovilístico en 2040