Torra choca con los Mossos tras ordenar cambios en su dirección por las cargas
El Gobierno catalán apoya la protesta callejera contra el Consejo de Ministros del próximo día 21 en Barcelona
La decisión del presidente catalán, Quim Torra, de depurar la cúpula de los Mossos tras las cargas policiales de los últimos días contra los Comités de Defensa de la República (CDR), que estaban impidiendo el ejercicio del derecho de manifestación, ha causado indignación entre los agentes. Los sindicatos exigieron ayer la dimisión del consejero de Interior, Miquel Buch, y le reprocharon que ponga en duda su trabajo. El Govern decidió ayer además apoyar la protesta callejera contra la celebración en Barcelona de un Consejo de Ministros.
Las cargas de los Mossos el jueves en Terrassa y Girona contra activistas que pretendían boicotear manifestaciones de Vox, y que rompieron cordones policiales, lanzaron objetos y quemaron contenedores para lograrlo, ha abierto una nueva crisis en el Gobierno catalán. El presidente, Quim Torra, exige al consejero del Interior, Miquel Buch, que en cuatro días depure la cúpula de la policía catalana, un cuerpo en tensión permanente desde el referéndum del 1 de octubre. El vicepresidente del Parlament, Josep Costa, pidió expulsar a antidisturbios. ERC tachó de “desproporcionada” la actuación y la CUP reclamó la dimisión de Buch.
Las críticas a los Mossos provienen de sus propios jefes políticos, no de la oposición, algo que provocó un profundo malestar en el cuerpo. Buch afirmó en TV3 que “algunas de las imágenes” de las cargas “no se acaban de ajustar a los principios de una policía democrática” y aseguró que no le “temblará el pulso” si tiene que echar a agentes de los antidisturbios. Los sindicatos mayoritarios de la policía catalana exigieron su dimisión, le acusaron de ser el consejero de los Comités de Defensa de la República (CDR), convocantes de las protestas, y le reprocharon que ponga en duda su trabajo. “¡Basta ya!”, reclamaron.
Hasta ahora, la CUP había liderado las críticas a los Mossos y al titular de Interior por las cargas en las últimas manifestaciones con altercados, como las del sindicato Jusapol o el intento de entrar a la fuerza en el Parlament en el aniversario del referéndum. Ayer se sumó el principal socio de Gobierno de Torra. “Mostramos el malestar y la preocupación por las actuaciones desproporcionadas de los Mossos”, escribió en Twitter la portavoz de ERC, Marta Vilalta. El partido ya ha pedido una reunión con Buch.
La presión llegó incluso de las propias filas de Junts per Catalunya. “No podemos tolerar que ningún agente con escudo de la Generalitat se comporte como los que vinieron a apalearnos [el 1 de octubre]. Si hay que expulsar a agentes de la Brimo [antidisturbios], se tiene que hacer sin más dilación”, escribió el vicepresidente primero del Parlament, persona de confianza de Puigdemont, y compañero de filas de Buch, Josep Costa. También la ANC tachó de “desproporcionadas” las cargas.
El consejero del Interior y Torra se reunirán el domingo, cuando el presidente catalán regrese de Bruselas. “Le acabaré de informar y tomaremos las decisiones conjuntamente”, explicó Buch. Interior está decidiendo todavía si el jefe de los Mossos, Miquel Esquius, asistirá a la reunión.
La intención, insisten fuentes del departamento, es revisar las imágenes y, después, analizar si es necesario tomar decisiones, como podrían ser la apertura de expedientes, cambios en la cúpula o al frente de la Brimo. El propio Torra, en unas declaraciones posteriores, rebajó la exigencia a “cambios en los protocolos”, sin descartar tampoco modificaciones en la estructura de la policía.
Ciudadanos tachó de “inadmisible” que se “criminalice e impida” a los Mossos trabajar “después de las tremendas imágenes” en Girona y Terrassa, escribió la líder del partido en Cataluña, Inés Arrimadas, en Twitter. El PSC también salió en defensa de la policía y calificó de “irresponsable” poner en duda “su profesionalidad”, dijo el líder del partido, Miquel Iceta. El diputado del PP Alejandro Fernández pidió la dimisión del consejero. “Un consejero que no defiende a los Mossos y el orden no puede seguir en el cargo”, dijo en Twitter, donde alabó a los agentes por “garantizar el derecho de manifestación”.
“La ‘kale borroka”
El líder de la oposición, Pablo Casado, exigió al Gobierno que intervenga la autonomía de Cataluña con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. “La kale borroka independentista ya no es una anécdota”, dijo en un acto en Teruel, “está completamente fuera de sí”. Y aseguró que Pedro Sánchez será “cómplice” sino pone fin a la situación.
La portavoz del Gobierno, Isabel Celáa, declinó opinar sobre las cargas de los Mossos, porque, dijo, el Ejecutivo no es la autoridad competente para valorar si se deben revisar los protocolos de actuación, como ha anunciado que hará la Consejería de Interior. Sí afirmó que el Gobierno está “muy en contra” de manifestaciones violentas, “ocurran donde ocurran”.
La decisión del Govern sobre los Mossos se tomará “en breve”, “a lo largo de la semana que viene”, porque “hay que dar esa respuesta a la ciudadanía”, según dijo Torra en una comparecencia ante los medios desde Eslovenia.
Los Mossos analizan ahora diversas imágenes, entre ellas los golpes de porra que recibió un joven en Girona, después de que los grupos independentistas radicales arrancasen las vallas que les separaban de una manifestación de Vox. Una actuación que el propio director de la policía, Andreu Martínez, defendió como “correcta” el mismo jueves por la tarde en rueda de prensa. También estudian algunas intervenciones en Terrassa, donde la diputada de la CUP Maria Sirven recibió un impacto en la mano de un proyectil de viscoelástica. El Síndic de Gregues, el defensor del pueblo catalán, ha abierto además una investigación.