Juventudes, entre lo novedoso y lo de siempre
Ante la constitución de nuevas organizaciones en Ciudadanos y Podemos, las entidades “clásicas” proclaman su actualidad Los objetivos son los mismos: incorporar talento y vender el partido en su entorno
Pablo Casado tiene 37 años. Albert Rivera, 38. Pablo Iglesias tiene 40 y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, 46. Sin duda, la actual es la generación de políticos de primera línea más joven de los últimos años en España. Pero este relevo generacional, más visible en las nuevas fuerzas políticas que tratan de “vender” que son distintos, no se traduce sin embargo en un cambio en los principales objetivos de sus juventudes. Tanto los jóvenes de Podemos como los de Ciudadanos mantienen las mismas prioridades que han caracterizado a los partidos más clásicos (Nuevas Generaciones en el PP; y Juventudes Socialistas en el PSOE): incorporar talento a sus filas y vender el partido en su entorno social.
La diferenciación se produce entonces, sobre todo, en la estructura. La canaria Melisa Rodríguez, de 32 años, es la secretaria de juventud del partido de Albert Rivera y responsable de Jóvenes Ciudadanos. Nacieron hace año y medio y apostaron por un formato “horizontal sin apenas estructura, en el que no hay que pedir el DNI para ocupar un puesto o una lista electoral” cuenta Rodríguez, quien añade que “en el resto de partidos, los jóvenes actúan como un lobby que no premia el talento y las capacidades”.
Algo que comparte David Soto, miembro del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos. Este guipuzcoano de 28 años es el enlace para la creación de una plataforma juvenil, que se lanzó el pasado 2 de noviembre en un Encuentro Estatal de Juventud llamado Rebeldía. Soto cree que “por lo general, la dinámica de las juventudes tradicionales adolece de endogamia, lo que acaba por convertir sus espacios en trampolines hacia la institución”. Para Soto, los objetivos de un “espacio joven politizado” deben ser “el pensamiento crítico y el despliegue popular”. Su proyecto de juventudes creará también un “espacio horizontal” con “objetivos concretos” de movilización.
“Una pequeña familia”
Desde los partidos clásicos, se defienden. Omar Anguita, líder de Juventudes Socialistas de España (JSE) asegura que su organización es una “pequeña familia”. “Somos voluntarios, tienes que tener una vocación, pero no significa tener que acabar en política”, afirma convencido. Anguita asegura que la política le permite “sentirse realizado”. Este madrileño de 28 años explica que las juventudes son “correas de transmisión con la sociedad, pero no dentro del partido”, ya que su objetivo principal es trasladar “las preocupaciones reales de los jóvenes” a la Ejecutiva nacional del PSOE.
La visión de Diego Gago, presidente de Nuevas Generaciones (PP) y concejal en Vigo de 31 años, es parecida: “Este es un ejercicio altruista, solo cobra un 1%”. Gago y Anguita señalan que sus organizaciones se han “actualizado”. “La comunicación con la sociedad, con las redes sociales, es lo que más ha cambiado”, asegura el líder de NN GG. Y en JSE “ha cambiado todo menos las ideas, que son muy progresistas”, cuenta Anguita.
Pero ambos reconocen que desde las juventudes se recluta para el partido. “Hay una simbiosis entre el partido y nosotros”, cuenta Gago. Muchos cargos actuales del PP han pasado por NN GG, algo que para el gallego es un “orgullo”. Anguita reitera que su organización es “para hacer política”, aunque admite que “si tienes la oportunidad de trabajar en las instituciones, mejor”.
Mismos objetivos
La visión de la juventud como cantera no es muy distinta de la idea que tienen las nuevas organizaciones juveniles, aunque proclamen su diferencia. Rodríguez admite que “la prioridad es detectar talento joven”. “Desde que se planteó Jóvenes Ciudadanos, el porcentaje de estos en puestos en agrupaciones y listas ha aumentado exponencialmente”, asegura. En Podemos, sin embargo, no van tan lejos. No ven el reclutamiento como objetivo, aunque Soto sí reconoce que la participación genera “operadores políticos que pueden involucrarse en Podemos”.
Tampoco lo que hacen las juventudes del PSOE y el PP es muy distinto de lo que se hace en Ciudadanos. Y habrá que ver lo que haga Rebeldía. Formación, recogidas de material escolar o alimentos, campañas de firmas, activismo medioambiental... Eso sí, difieren claramente en los números: NN GG tiene 40.000 afiliados y JSE en torno a 10.000, mientras que los jóvenes de Ciudadanos son 6.000 y en Podemos “no se puede hablar aún de cifras”.
Los cuatro coinciden que las juventudes son una herramienta de cambio, como aseguran Anguita, Rodríguez y Soto. Y en la misma línea se muestra Gago: “Sería mala noticia que desaparecieran”. A pesar de los esfuerzos por diferenciarse, las distintas juventudes se parecen más de lo que creen.
“Tienes que tener vocación, pero no significa tener que acabar en política”