El Ejecutivo aprueba otra vez el déficit que rechazó el Congreso
El Consejo de Ministros aprobó ayer de nuevo los objetivos de estabilidad para el periodo 2019-2021. Trata así de sortear el bloqueo del PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso y en el Senado. Es la segunda ocasión que intenta tramitar los límites de déficit, deuda pública y la regla de gasto. La primera vez que los llevó al Congreso, el 27 de julio, no logró sacarlos adelante. En esta ocasión también será difícil que lo consiga, pero el movimiento le permite iniciar el trámite para aprobar los Presupuestos a partir de enero.
Hacienda vuelve a plantear una meta de déficit del 1,8% del PIB para este año, frente al 1,3% que programó el anterior Gobierno de Rajoy. De no salir adelante la propuesta socialista, el Ejecutivo elaborará los Presupuestos con la senda fiscal de Rajoy, lo que conlleva un nuevo ajuste de 3.500 millones. Y se verá obligado a nuevas subidas de impuestos o a aplazar algunas de las medidas de gasto ya anunciadas. Bruselas ha advertido a España de que el plan presupuestario sobreestima los gastos y sobrevalora los ingresos.
Requisito legal
La aprobación de los objetivos es uno de los trámites legales que exige la liturgia presupuestaria. Se trata de un paso imprescindible para aprobar los Presupuestos. El Gobierno lo intenta por segunda vez porque así lo establece la Ley de Estabilidad Presupuestaria, la norma consagrada en la Constitución, que persigue el saneamiento de las cuentas públicas. Esta norma establece se presenta una senda de déficit que no recibe el aval parlamentario, el Gobierno tendrá 30 días para proponer otra. Así que Sánchez va con retraso.
El Consejo de Ministros aprobó la nueva senda sobre todo para cumplir el trámite que exige la Ley de Estabilidad, y no tanto con la idea de aprobarlos. Es consciente de que volverá a chocar con el muro que han levantado el PP y Cs en el Senado. Tras consultar con la Abogacía del Estado considera que habiéndolo intentado ya las dos ocasiones, como establece la Ley de Estabilidad, tiene vía libre para llevar los Presupuestos al Congreso sin sombra de ilegalidad, como le acusaban los populares y desde Ciudadanos.