La batalla del 5G
Una parte importante de esta visión enlaza con el ambicioso plan chino de infraestructuras en todo el mundo conocido como Nueva Ruta de la Seda. En 2015, Pekín propuso una Ruta de la Seda digital, que incluye el tendido de conexiones de fibra óptica, telecomunicaciones y redes de información vía satélite, entre otros factores. La tecnología 5G y sus estándares forma una parte clave de este proyecto: según algunos cálculos, citados en el informe del IFRI (Instituto Francés de Relaciones Internacionales), las empresas chinas ya cuentan con un 10% de las 1.400 patentes consideradas esenciales para esta tecnología. Los medios chinos calculan que para 2026 este sector estará valorado en unos 180.000 millones de dólares. Y en este sector, Huawei se describe como un “arquitecto clave”.
Pero los temores sobre la posibilidad de una “puerta de atrás” en la tecnología de Huawei que permita a las autoridades chinas acceder a los datos de sus usuarios ha suscitado las reservas de los Gobiernos occidentales. Tras las advertencias del vicepresidente de la Comisión Europea para el Mercado Único Digital, Andrus Ansip, ahora es Japón el que se plantea prohibir las compras gubernamentales de equipos de Huawei, según el diario Yomiuri Shimbun. Las agencias de inteligencia de EE UU acusan al gigante de las telecomunicaciones chino de tener vínculos con el Gobierno de Pekín.
Huawei rechaza “categóricamente” esas acusaciones. “Somos parte de la solución, no del problema. Ningún Gobierno le ha pedido a Huawei que construya puertas traseras ni interrumpa ninguna red, y nunca toleraríamos tal comportamiento por parte de ningún empleado de la compañía”, indicó la entidad en un comunicado.