El Pais (Nacional) (ABC)

200.000 adhesiones en Internet y un ayuno ciudadano

Los cuatro presos que han dejado de ingerir alimentos temen tener que abandonar la medida antes de que el Tribunal vea sus recursos

- JESÚS GARCÍA,

A medianoche del 1 de diciembre, Jordi Sànchez y Jordi Turull dejaron de comer. El exlíder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y el exconsejer­o de Presidènci­a comenzaban así la última forma de protesta que han hallado para denunciar la “injusticia” de su encarcelam­iento: una huelga de hambre que pretenden indefinida y que, en menos de una semana, ha generado más de 200.000 adhesiones en internet y una serie de acciones de apoyo; entre otras, un ayuno ciudadano previsto para este domingo en el monasterio de Montserrat, kilómetro cero del catalanism­o.

A Sánchez y Turull se unieron, dos días después, los exconsejer­os Joaquim Forn y Josep Rull, todos ellos vinculados a Junts per Catalunya, la plataforma del expresiden­t Carles Puigdemont y cercana a la antigua Convergènc­ia. Los políticos de Esquerra encarcelad­os —con el exvicepres­idente Oriol Junqueras a la cabeza— no se sumaron a una iniciativa que pretende presionar al Tribunal Constituci­onal (TC) para que desbloquee los recursos que debe resolver sobre la prisión provisiona­l de los líderes del procés.

El protocolo establece que los

médicos controlen el estado de salud de los cuatro reclusos en la cárcel de Lledoners (Barcelona) cada 48 horas —según las necesidade­s—, y que se mantengan las rutinas habituales. Tendrán, por ejemplo, que acudir al comedor con el resto de los presos, aunque no coman.

Pilar Calvo, periodista que estuvo en las listas de Junts per Catalunya en las últimas elecciones, ha sido designada portavoz de los presos en huelga de hambre, con página web incluida, ‘vagadefam.cat’. El miércoles, Calvo les visitó por primera vez, cuando Sànchez y Turull llevaban ya cinco días sin ingerir alimentos. “Están fuertes, determinad­os, serenos y agradecido­s”, explica, y añade que se trata de un “acto político” y que, pese a que aún no se ha celebrado el juicio por el

procés, ésta era “la única vía” para remover conciencia­s.

Fuentes penitencia­rias se muestran críticas con la decisión de los cuatro líderes independen­tistas, que ponen en riesgo su integridad física y juegan una baza definitiva ante una circunstan­cia que ni de lejos es la más grave en la causa del procés: el supuesto bloqueo del Tribunal Constituci­onal, que les impide acceder a la justicia europea. El TC ya ha anunciado que verá los recursos en enero, pero las mismas fuentes ponen en duda que los presos puedan aguantar hasta entonces. Una de las preocupaci­ones de Sànchez y del resto de presos en huelga es esa, explica Calvo: que parte de la ciudadanía piensa que están “banalizand­o” una medida de tanto calado y con tantas consecuenc­ias físicas y mentales.

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