El Parlamento rechaza la moción para evitar una salida sin acuerdo
Los laboristas pretendían ejercer el control sobre la agenda legislativa
El Parlamento británico rechazó ayer, por 309 votos frente a 298, la maniobra impulsada por el Partido Laborista para evitar a toda costa que el nuevo primer ministro que surja de las filas conservadoras pueda llevar adelante un Brexit sin acuerdo el próximo 31 de octubre. No era la primera vez que se intentaba algo así, ni será la última, pero en esta ocasión los diputados conservadores más moderados han preferido evitar el conflicto y no interferir en el proceso de elección de un nuevo líder tory, justo en el día en que el favorito de todas las encuestas, Boris Johnson, presentaba su candidatura.
En el sistema parlamentario británico, el Ejecutivo tiene un poder casi absoluto a la hora de fijar el orden del día y la agenda legislativa de Westminster. La oposición cuenta con un número limitado de días en cada periodo de sesiones para presentar sus propias iniciativas, y ayer era uno de esos días.
En un esfuerzo respaldado por conservadores rebeldes como Oliver Letwin, y por otros partidos como los liberales demócratas o los nacionalistas escoceses del SNP, el Parlamento debatió una moción que hubiera dado a los diputados el control de la agenda en una fecha determinada, el 25 de junio. Lo suficiente como para imponer un proceso legislativo de debate sobre los siguientes pasos a dar respecto al Brexit, pero sobre todo un mensaje claro al primer ministro entrante, sea quien sea, de que deberá descartar la opción de un Brexit a las bravas el próximo 31 de octubre, la última fecha acordada con Bruselas para la salida del Reino Unido. La maniobra fue acelerada después de que algunos candidatos a liderar a los tories, como el exministro para el Brexit, Dominic Raab, sugirieran estar dispuestos a bloquear la actividad parlamentaria para que los diputados no pudieran evitar el desenlace del Brexit. “Si un nuevo primer ministro fuera lo suficientemente loco como para intentar algo así, el Parlamento tendría los medios para poder evitarlo”, defendió el portavoz laborista Keir Starmer, en el debate previo a que la moción fuera finalmente derrotada.
Receso de verano
Letwin, quien en los últimos meses se ha convertido, junto al exabogado general del Estado, Dominic Grieve, en el azote de sus propios correligionarios conservadores, pidió sin éxito a la bancada conservadora que respaldara la moción: “Los candidatos a suceder a May saben que les basta con entrar en Downing Street y no hacer nada durante cuatro semanas, y estaríamos fuera de la UE. La mecha no es de combustión rápida, pero se
trata de una bomba ya encendida. Si no la desactivamos ahora, no seremos capaces de hacerlo en septiembre o en octubre”. Una vez elegido el nuevo primer ministro, en la última semana de julio, el Parlamento entrará en su receso de verano y el plazo para cualquier solución alternativa a un Brexit a las bravas será muy limitada.
Los euroescépticos celebraron la derrota como una confirmación de que la Cámara no tiene una posición tan unánime como parecía en un principio a la hora de rechazar un Brexit sin acuerdo, aunque por el tono del debate más bien pareció que los conservadores moderados se negaron a dar un cheque en blanco a la oposición. Y que desde la dimisión de May y el inicio de la contienda interna por el liderazgo del partido, ha desaparecido, momentáneamente, la sensación de urgencia vivida en Westminster en los últimos meses.